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COPA ITALIANA | SEMIFINALES

Un golazo de Fabián Ruiz acerca el Nápoles a la final

Una preciosa rosca del exbético valió la victoria en la semifinal de ida ante el Inter en San Siro. Los de Conte empujaron en el tramo final del encuentro, pero sin éxito.

Un golazo de Fabián Ruiz acerca el Nápoles a la final
DANIELE MASCOLOREUTERS

Entender la temporada del Nápoles es cada vez más complicado: los sureños pasan de sufrir con equipos que luchan por el descenso a batir conjuntos como Liverpool, Juventus y Lazio con todo merecimiento. Esta noche ha vuelto a ocurrir: tras la fea derrota con el Lecce del domingo, los azzurri ganaron 1-0 en San Siro ante el Inter, dando un paso importante hacia la final de Copa italiana.

Gattuso tuvo que renunciar a Insigne por molestias en la rodilla, y en su lugar decidió adaptar al mediocampista Elmas, dejando fuera una vez más a Lozano. Su elección pareció acertada en la primera parte, cuando los partenopei cerraron líneas, apenas concedieron a sus rivales un cabezazo de Lautaro y crearon hasta tres ocasiones claras para adelantarse.

Mertens chutó fuera un centro de Callejón en el corazón del área y el guardameta Padelli ganó dos mano a mano, uno ante el mismo Elmas y otro de Zielinski, que lo desperdició con una débil vaselina. El gol, merecido, llegó en el arranque de la segunda mitad.

Fabián, que volvió a ser titular tras dos partidos de ausencia por gripe, combinó con Di Lorenzo en el límite del área rival, se deshizo de Brozovic con una finta y luego se sacó de la chistera una rosca maravillosa que se coló por la escuadra, silenciando San Siro. Un gol precioso, que rompió su sequía comenzada en septiembre.

Conte, enfurecido como siempre y más (discutió con el árbitro y fue amonestado), sacó la artillería pesada en busca del empate: desde el banquillo llegaron Eriksen y Alexis, que con Lukaku y Lautaro formaron un muy ofensivo 4-3-3. Los milaneses crearon peligro, inevitable con tanta calidad, pero el Nápoles copero también sabe sufrir y se llevó un triunfo fundamental: el 5 de marzo se jugará el pase a la final con el San Paolo lleno y un gol de ventaja.