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ESPANYOL 2-BARCELONA 2

Un derbi de locura

El Espanyol acaba igualando ante diez un partido que el Barça sacó adelante con más empuje que juego. Los blaugrana acaban campeones de invierno.

Barcelona

Wu Lei enganchó al nuevo Espanyol a LaLiga con el gol en el minuto 88 que le valió un empate al Espanyol ante el Barça (2-2) que supone un chute brutal de adrenalina para los pericos en su lucha por la permanencia ante un Barça que se dejó igualar un partidazo del que nadie salió completamente satisfecho aunque todos se agarran a lo positivo. El Barça acaba campeón de invierno y el Espanyol dio una estupenda imagen en un duelo de locura. A los dos equipos les queda mucha historia por escribir.

El Barcelona del 2020 insistió en los errores del 2019 y ante el Espanyol volvió a demostrar que fuera de casa es un absoluto descalzaperros. Estaba claro que la salida a Cornellà para afrontar el derbi suponía un cóctel peligrosísimo en el que se mezclaba la agónica situación de los pericos, el nuevo entrenador, el parón navideño y una hoja de servicios fuera de casa que daba pavor a los blaugrana.

Todos estos avisos pasaron desapercibidos para los barcelonistas en la primera parte, mientras que los locales supieron tirar de lo que tenían: épica y pulmones. El Espanyol de Abelardo fue un equipo de salida superior al Barcelona en lo que los blanquiazules podían superar a los blaugrana. Se situaron mejor, plantearon estupendamente el partido y desde el minuto uno supieron perfectamente a lo que tenían que jugar. En el otro lado, los de Valverde volvieron a repetir de salida el mismo partido fuera de casa que llevamos viendo todo el curso.

Al Espanyol le bastó con contener al Barça y dejar que asumiera el rival una posesión inane en busca de su oportunidad. Y a la primera, cantaron bingo. Una falta absurda de De Jong proporcionó a los de Abelardo una jugada de estrategia que los defensas blaugrana defendieron desastrosamente. David López peinó el balón lejos de Neto, que jugaba por la lesión de Ter Stegen.

Trató de reaccionar el Barcelona en base a las arrancadas de Messi. Pero eran jugadas aisladas en las que el argentino no pudo sorprender a Diego López. La mejor ocasión para el Barça fue una aparición fugaz de Suárez en el 41 que disparo al poste. Fogonazos de rebeldía ante un partido que se jugaba según el guion de Abelardo. El uruguayo, que parecía ausente del partido, empezaba a dar signos de vida. Un aviso que se concretaría nada más empezar la segunda parte.

Para tratar de cambiar alguna cosa, Valverde introdujo en el descanso a Arturo Vidal por Rakitic. Cambio que su agente contabilizó como partido jugado para hipotéticos pleitos. Y con razón. En el arranque de la reanudación, el Barça se encontró con el fogonazo que cambió el escenario del partido tirando del repertorio más clásico. Apertura a Alba que centró al área donde apareció Suárez en el primer despiste de los centrales blanquiazules para empatar el partido. Al uruguayo jamás se le puede dar por muerto.

Aprovechó el Barcelona su momento tirando de los profesionales porque el partido estaba para los séniors, para jugadores con cuajo y en ese escenario nadie como la pareja Suárez-Vidal, que a base de empuje lograron el segundo gol en el 59. El chileno apareció de la nada para rematar de cabeza un centro del uruguayo que cambiaba el decorado de un partido que se empezó a disputar sin red. Y ante este decorado, De Jong fue el que salió tarifando porque el ritmo del duelo le pasó por encima y pecó de pardillo y dejó a su equipo con diez en el 75 completando un partido lamentable.

Aprovechó el equipo españolista su superioridad y logró un empate merecido con un tanto sensacional de Wu Lei que dejó la sensación de que los locales han recuperado el pulso para salvarse y que los de Valverde siguen viviendo del carisma de sus estrellas, pero ahí siguen, liderando la tabla.