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ASPIRE GLOBAL SUMMIT

"Al jugador no se le ayuda diciéndole que es una mierda; la responsabilidad se reparte"

Mauricio Pochettino, entrenador del Tottenham, ofreció una Master Class en el Aspire Global Summit, en Doha, en la que habló sobre sus métodos y motivaciones.

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"Al jugador no se le ayuda diciéndole que es una mierda; la responsabilidad se reparte"

En una época turbulenta en el Tottenham tras dos goleadas en contra consecutivas, Mauricio Pochettino ofreció una máster class en la inauguración de la Aspire Global Summit, en Doha (Qatar), en la que charló sobre la situación de su equipo y en cómo se gestiona emocionalmente el fútbol. Aquí van algunas de sus reflexiones.

Introducción. “Quiero felicitar a la academia Aspire por la excelente labor que está haciendo y por las infraestructuras con las que cuentan. También por el título de Qatar en la última Copa de Asía. Agradezco que hayan contado conmigo para su seminario de fútbol”.

Pasión. “El fútbol es un contexto de la emoción. Representa pasiones, emociones, pero ahora además se ha convertido en un gran amor, un amor hasta la locura. El fútbol es necesario para realizar nuestros objetivos. Sin fútbol, no podemos explicar las emociones. Son inseparables”.

Ánimos. “Nosotros en el Tottenham trabajamos en equipo. Después de dos grandes derrotas como las que hemos sufrido, tenemos que pensar en el futuro. Hay que recuperar el nivel emocional. Cuando estás en el top, sientes que debes responder a la dignidad”.

Responsable. “La responsabilidad para los entrenadores es muy grande. Hay que convencer a los jugadores y a la gente de lo que haces. A veces hay que reaccionar como hermanos, como psiquiatras. Lo que esperaban de mí cuando llegué no sólo son conocimientos de fútbol o saber usar un sistema y otro. Es más que eso”.

Motivación. “El fútbol nace en el corazón. Nuestra responsabilidad es ser guardianes de esto, hacer que no se olvide. Hay que ayudar a los jugadores a motivarse. Pero, ¿cómo puedes motivarte después de la Champions? Yo les digo: “¿Somos profesionales o no?”.

Cambios. “Es difícil controlar las emociones cuando uno juega la final de Champions y en unos meses ahora está en la situación en la que está. Las cosas cambian rápido en el fútbol. Puedes ser un equipo el año pasado y otro muy diferente ahora. En nuestra mano está cambiar las dinámicas. Pelear. Este deporte funciona así”.

Reacción. “El equipo ha perdido la confianza después de dos goleadas en contra. Tenemos que trabajar para ganarnos de nuevo esa confianza. Hablamos con los jugadores. Les decimos que hemos perdido por errores, pero hay que intentar olvidarse de ellos. La mejor manera de ayudar al jugador no es decirle que es una mierda lo que ha hecho. No te puedes esconder. Hay que repartir la responsabilidad”.

Presidente. “La gente puede decir que se ha empeorado la relación con el presidente, pero no es así. Lo importante es mantener esta relación y guardarnos el respeto. Necesitamos saber manejar nuestra filosofía para estar juntos”.

Liderazgo. “Tengo un equipo de 50 personas que trabaja conmigo. ¿Cómo hacer llegar mi filosofía? Hablando con los jugadores. No con cuatro o cinco jugadores cercanos, sino con todos. Un club no es solo la gente que trabaja en él o el equipo, también lo es la grada o es su cultura. Hay que entender bien la historia del equipo en el que estás”.

Azar. “En el fútbol siempre hay una parte de suerte, de juego. ¿Qué podemos hacer cuando un delantero se queda delante de un portero? ¿Rezar? Lo que sí podemos es crear hábitos. Hacer que los jugadores tengan en la inconsciencia algunas cosas muy asimiladas. Incluso en la final de Champions, perdiendo 1-0 desde el primer minuto, el equipo siguió jugando como le habíamos enseñado. Ese es el asimilamiento que hay que buscar”.