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REAL SOCIEDAD 1-GETAFE 2

El Getafe aprovecha la expulsión de Llorente y remonta a la Real

Un golazo de Mikel Merino de cabeza adelantó a los de Alguacil, pero Jaime Mata y Maksimovic le dieron la vuelta al marcador, ya en inferioridad la Real.

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El Getafe aprovecha la expulsión de Llorente y remonta a la Real
ANDER GILLENEAAFP

El Getafe se lleva la victoria del Reale Arena remontando el tempranero gol de la Real gracias a una buena segunda parte en la que fueron capaces de anular a un equipo donostiarra que había dado una verdadera exhibición en la primera mitad, pero no le sirvió de nada. La expulsión De Diego Llórente con más de media hora de juego por delante resultó fundamental y dio alas al Getafe para terminar llevándose los tres puntos. Tendrán que aprender los donostiarras de lo ocurrido, y también el Getafe, que no puede tirar 45 minutos por la borda con tanta facilidad. En Anoeta tuvo tiempo de reacción, pero no siempre va a ser así. Porque no siempre se van a encontrar con una expulsión que les facilite las cosas. 

El partido comenzó por los derroteros esperados, con la Real intentando hacerse con el dominio de la pelota, y el Getafe bien pertrechado en defensa, con su dureza habitual, para buscar desactivar sus líneas de pase y salir a la contra rápidamente con Mata y Jorge Molina, frescos al haberse evitado el largo viaje a Krassnodar. En la Real, Guevara era la novedad en la sala de máquinas, un claro mensaje desde el banquillo de Imanol Alguacil, cuya premisa era volver a tener mucho más el balón, algo de lo que adoleció el equipo realista en Sevilla, y fue el principio del fin de un partido que le hizo perder las buenas sensaciones que había encontrado. 

Dio frutos primero el estilo de la Real, porque a los cinco minutos de juego una buena combinación por la derecha entre Zaldua y Portu acabó con un centro del murciano que Mikel Merino remató de cabeza a la red, ante la caraja monumental de la defensa del Getafe, que se pareció poco al equipo de Bordalás. Ni presionaba arriba, ni era fuerte en defensa, ni achicaba el centro de campo para evitar los pasillos interiores. Ese contexto era un caramelo para Oyarzabal, Ødegaard y Merino, que no pararon de realizar combinaciones que no terminaron en gol por muy poco.

Fue casi un milagro que la Real no se fuera al descanso con un resultado mejor. Y mientras el Getafe, desaparecido en esos primeros 45 minutos, se dedicó a explorar el otro fútbol que tan bien controla Bordalás para sacar a sus rivales del partido, esta vez sin éxito. Suárez, Nyom y Jasón tuvieron sus más y sus menos con jugadores de la Real, y casi estuvieron más tiempos tirados sobre el césped que de pie. Solo un disparo tímido desde la frontal de Fajr es demasiado poco para un equipo que quiere crecer en la liga y que Europa no se convierta en su penitencia. 

Se esperaba una reacción de vestuario de Bordalás, que es algo que maneja muy bien. Pero se encontró con una Real muy seria, que intentó estar ajena al otro fútbol, y que quería cerrar cuanto antes el partido con el segundo gol. Imanol tenía claro que no quería ninguna distracción, como la de Portu, que se fue al vestuario discutiendo con Fajr. El partido siguió por los mismos derroteros, pero el Getafe dio un paso adelante, salió Kenedy para potenciar la banda izquierda con Cucurella, fue más agresivo en su presión, y obligó a la Real a jugar más en largo perdiendo algo el control de la situación. Con el Getafe en pleno crecimiento, llegó la jugada clave del partido, la expulsión de Diego Llorente por doble amarilla, por cortar un balón con la mano evitando un mano a mano de Mata. 

Eso cambió radicalmente el escenario, porque el Getafe sí creyó que podía darle la vuelta al marcador, mientras la Real no era capaz de detener esa avalancha, comandada por un gran Kenedy, que lideró saliendo desde el banquillo al conjunto azulón. Mata empató primero en uno de los pocos desajustes defensivos de la Real, y después remató la faena Maksimovic al marcar el gol de la victoria al cazar un rechace dentro del área pequeña.

Imanol Alguacil intentaba reaccionar para buscar el empate, ponía toda su artillería sobre el campo, pero el Getafe era ya para entonces un muro infranqueable. Cuando los azulones se dedicaron a jugar y no a impedir jugar al rival, le dieron la vuelta al resultado. Curioso. A la Real, que desde la expulsión de Llórente lo vio todo muy cuesta arriba, no se le puede negar valentía. Pero esta vez le sirvió de poco. Cuantas veces lamentaran no haber matado en su buena primera parte el partido. Cosas del fútbol.