NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

DANI CANCELA | HONG KONG

"Quiero convertirme en un 'one club man' en Hong Kong"

El lateral gallego del Kitchee, Dani Cancela, atiende a diario AS antes de iniciar la que será su novena temporada en Hong Kong.

Actualizado a
Dani Cancela, jugador del Kitchee de Hong Kong
Kitchee

Dani Cancela (A Coruña, 1981) tenía 29 años cuando inició su primera aventura en el extranjero. Se marchó para unos meses y el próximo viernes arrancará la que será su novena temporada en Hong Kong. En 2010 firmó por el Kitchee, con el que ya ha ganado casi una veintena de títulos. En septiembre cumplirá 38 años, pero ni los más jóvenes juegan tantos minutos como él. También es un fijo en la selección. Se nacionalizó en 2017 y desde entonces no se ha perdido una convocatoria.

Está haciendo carrera en Hong Kong. Ahora ha renovado por dos temporadas más.

Las cosas están yendo muy bien. La pasada temporada jugué todos los partidos menos uno por sanción y con la selección también lo jugué todo. Me encuentro bien y el club también lo considera así. Quería quedarme y estoy contento de seguir en el mismo equipo. A estas alturas me apetece ser un ‘one club men’ en Hong Kong, que para un extranjero no es nada fácil.

¿Recuerda sus inicios en Hong Kong? Con Josep Gombau en el banquillo Kitchee fue pionero en el fútbol de toque.

Cuando estás dentro no percibes estas cosas. Yo venía de jugar con Quique Setién en el Lugo, ya tenía interiorizada esa filosofía. Venir a Hong Kong fue continuar haciendo las cosas que a mi me parecían normales. Pero ahora que tengo compañeros que por aquel entonces jugaban en otro equipo me dicen que aquel Kitchee les volvía locos. Que era imposible quitarnos el balón. Para mi, que venía de España, era algo normal, pero aquí causó un impacto muy grande. No solo ganábamos, también nos sentíamos muy superiores.

Ahora parece más complicado ganar.

Todo se fue igualando. Los equipos van encontrando antídotos. Ahora mismo el fútbol de Hong Kong tiene mucho más nivel que cuando llegamos. Hay muchos equipos que tienen muy buenos jugadores. Cada vez es más complicado ganar, pero en Kitchee seguimos teniendo un afán competitivo superior al del resto de equipos. En estos 10 años solo hemos perdido una final, eso significa que cuando las cosas se ponen más tensas nosotros somos capaces de dar un plus que los demás no. Estamos acostumbrados a competir.

Han perdido a Jordi Tarrés y Fernando Recio pero se han reforzado con Manu Bleda. ¿Se agradece seguir contando con compañeros españoles?

Muchísimo. A Manu ya le conocía del año pasado, pasamos un montón de tiempo juntos porque vivíamos cerca. Se agradece su presencia como persona y como futbolista. Este año hemos firmado muchos goles, tenemos arriba mucha pólvora. Tenemos que ser capaces de equilibrar el equipo y ser fuertes atrás, porque con lo que tenemos arriba vamos a hacer mucho daño. Creo que vamos a estar luchando por ganar la liga, que el año pasado no fuimos capaces. Voy a echar de menos a Jordi y a Nando, pero lo difícil aquí es quedarse siempre en el mismo equipo.

¿Fue fácil nacionalizarse para jugar con la selección de Hong Kong?

En Hong Kong es más complicado que en España por ejemplo. Se te exige vivir en el país siete años, que para la carrera de un futbolista es muchísimo. Mucho más si eres un jugador extranjero. Pero nosotros llegamos a un club que no tenía mucho éxito y en los primeros años lo ganamos todo. Nos ganamos la confianza para poder seguir. Una vez alcanzas los siete años el primer interesado en que te nacionalices es el propio club para poder liberar una plaza de extranjero. El tema del pasaporte lleva un tiempo, pero la Federación emitió una carta diciendo que querían que participáramos en partidos oficiales para los que quedaba un mes. Entonces lo agilizaron todo. Conseguimos los documentos tres días antes de la convocatoria. Fue una cosa muy loca.

¿Cómo se vive en Hong Kong?

Yo me fui a Hong Kong solo con mi mujer. Aquí nacieron nuestros dos hijos -espera un tercero para diciembre-, por lo que a vivir en familia hemos aprendido aquí. Echas de menos cosas de España y a algunas personas, pero ahora podemos estar en contacto casi todo el día y eso lo hace mucho más sencillo. A vivir en sociedad hay que acostumbrarse. Es difícil, porque hay muchísima gente y resulta casi imposible encontrar sitio en una cafetería o ir al baño en un restaurante sin hacer antes una hora de cola. Ahora hay manifestaciones todos los domingos contra la ley de extradición propuesta por el Gobierno. A los futbolistas nos llega, es parte de la sociedad en la que vivimos y entendemos lo que está pasando.

Nueve años en Kitchee habrán dado para muchas anécdotas.

Tendría que pensar mucho para acordarme de todas. Le marqué un gol al Arsenal en un amistoso, he compartido vestuario con Forlán, pero en mi vida voy a vivir pocas cosas más impactantes que haber jugado en Corea del Norte. Creo que ni siquiera es fútbol porque cuando vas allí el balón queda en segundo plano. Solo te dedicas a mirar, a sacar fotos y a darle vueltas a todo lo que ves. El hecho de estar en un sitio en el que poca gente ha podido entrar es algo único. En Asia me he encontrado muchas cosas extrañas. Una vez viajamos a Singapur y el árbitro llevaba un turbante, que fue algo que me chocó muchísimo. En Malasia paramos el calentamiento para que el rival rezara. El estadio estaba a tope y de repente quedó en silencio. Al final al fútbol se juega igual en todos sitios, pero llama la atención poder ver cómo se vive en lugares con culturas distintas. Son recuerdos que conservaré toda la vida.