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BARCELONA

Lo mejor y lo peor de la gira del Barcelona en Japón

Los refuerzos Griezmann y De Jong, y el cambio de chip de Dembélé, sobresalieron; por contra, la baja de Abe y el caos en Kobe dejaron un poso de amargura.

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Lo mejor y lo peor de la gira del Barcelona en Japón
Kim Kyung HoonREUTERS

LO MEJOR:

Griezmann y De Jong: Los dos grandes refuerzos de la temporada han demostrado estar ya totalmente adaptados a su nuevo club. El delantero francés ha conectado desde el primer día con los pesos pesados de la plantilla, especialmente con Jordi Alba, con quien comparte incluso piques en los rondos. Por su parte, el medio holandés no se separa nunca de Sergio Busquets, con quien comparte no sólo posición en el campo sino también manera de ver el fútbol. Valverde ha reconocido que aún les falta cosas, pero que las sensaciones que transpira el equipo con los nuevos fichajes pintan muy bien. En esta gira aún no han jugado juntos; el día que el talento de Griezmann coincida con la calidad de De Jong estaremos más cerca del cielo.

La cantera: Evidentemente siempre hay alguno que destaca por encima del resto. Valverde se llevó a nueve jugadores del filial, aunque uno ya no pudo debutar por culpa de una lesión, el holandés Hiroki Abe. De estos ocho, hay dos jugadores que han sobresalido de la media, dando el paso adelante que siempre reclama Valverde a los más jóvenes. Estamos hablando de Carles Pérez, máximo goleador de la gira con dos dianas, y de Riqui Puig, un centrocampista con un talento innato que cada vez que sale hace cosas diferentes. Otros jugadores como Guillem Jaime, Oriol Busqueys o Collado han contando con el ‘handicap’ añadido de no jugar en su posición natural.

Dembélé: El delantero francés es otro. Ha pasado de una reclusión autoimpuesta y de una actitud indolente a un compromiso intachable y una voluntad de hacer grupo. No hay duda de que la llegada de su amigo Griezmann ha sido como una bocanada de aire puro para el extremo, que parece haber dicho adiós a la polémica. El entrenador Valverde y el capitán Busquets le han felicitado. Todo lo contrario del año pasado cuando le recriminaron públicamente sus continuos actos de indisciplina.

LO PEOR:

El caos en la recepción en Kobe: Por muchas excusas que den los responsables de comunicación del club, el episodio que se vivió el pasado miércoles en Kobe fue lamentable. Toda la organización de Rakuten se fue al garete por culpa de una serie de despropósitos que acabaron con el dueño de la multinacional japonesa, Hiroshi Mikitani, montado en cólera y pidiendo explicaciones a Piqué, con Josep Maria Bartomeu, desbordado e intentando apagar el incendio, pero sin mucha convicción en sus palabras y con Ernesto Valverde no acudiendo al acto porque en el contrato no se exigía su presencia. El Barcelona además llegó dos horas tarde, haciendo imposible la foto del reencuentro de Iniesta, Villa y Samper con sus excompañeros y con el logotipo de Rakuten presidiendo la escena. El cabreo del Vissel Kobe ante semejante afrenta a su dueño fue tal que un día después hicieron pagar a los blaugrana con la misma moneda, llegando 45 minutos tarde a la rueda de prensa conjunta.

Calor y humedad: Ya se sabe que las giras tienen un mal porvenir si hablamos estrictamente del papel deportivo, ya que son contraproducentes para el estado físico de los jugadores. El jet lag primero y luego el calor y la humedad acaban afectando al metabolismo y propician un aumento de lesiones como consecuencia de la fatiga muscular. Gerard Piqué fue el primero en caer tras notar unas molestias en el abductor de la pierna izquierda que le obligó a ser baja en el partido ante el Vissel Kobe.

Hiroki Abe: Una de las grandes decepciones de la afición japonesa no poder ver a su compatriota jugar con la camiseta del Barcelona y además hacerlo en el primer equipo. Abe entró en la expedición a contrarreloj, casi por la puerta de atrás, sin haber entrenado ni un día con el primer equipo. Además una inoportuna lesión en la cadera derecha le inhabilitó para jugar los dos amistosos en la gira. La presencia de Abe en la gira de Japón estaba planteada como una operación de mercadotecnia en toda regla y acabó siendo poco más que una anécdota.