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SELECCIÓN

Robert Moreno: "Para esto llevo preparándome desde niño”

El seleccionador visitó AS para dar su primera entrevista como titular al frente de La Roja, tras la renuncia de Luis Enrique: su vida, objetivos, filosofía...

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Robert Moreno: "Para esto llevo preparándome desde niño”

Robert Moreno (19-9-1977, L’Hospitalet) ha concedido su primera entrevista como seleccionador en una visita a AS. Su historia merece ser contada. La abuela de su mujer le regañó por dejar un buen trabajo en La Caixa para irse de analista de Luis Enrique al Barça B.

¿Se siente preparado para desempeñarse como seleccionador?

La gente me habla de la suerte que he tenido, pero yo creo que la suerte es la combinación de la preparación más la oportunidad. Yo llevo preparándome para esto desde niño. Es cierto que la oportunidad me llega por una desgracia de Luis Enrique que por supuesto nadie desea, pero también es verdad que durante el tiempo que él no ha podido estar nosotros, su cuerpo técnico, hemos sabido afrontar la situación y sacarla adelante. Ahora bien, yo entiendo que la gente diga ¿pero quién es Robert Moreno, de dónde sale? Yo pensaría lo mismo. Por eso voy a intentar demostrar que me lo merezco. Yo no he elegido el momento. Pero las circunstancias se han dado como se han dado. No me pilla sin estar preparado para ello.

Usted ha participado de dos Ligas, tres Copas, una Champions, un Mundialito y una Supercopa, pese a ello se le achaca falta de experiencia. ¿Es la maldición del segundo entrenador?

Vamos a concretar en qué es en lo no tengo experiencia. He entrenado junto a Luis Enrique durante casi diez años y he estado en grandes equipos, como el Barça, con vestuarios de primer nivel. Entonces, ¿en qué me falta experiencia? Sólo en no haber llevado a una Selección en una fase final. ¿Pero qué seleccionadores la tenían antes de su primera vez? Ninguno, como yo. Yo he tocado todos los palos del fútbol, con todo tipo de equipos de todas las edades, desde los infantiles hasta los de élite. Toda esa experiencia creo que es suficiente para hacer lo que tengo que hacer ahora, que es tomar la última decisión apoyado en un gran equipo técnico.

Comenzó con 14 años entrenando a los equipos de base de Cataluña. ¿Se esperaba este giro con sólo 41 años?

Cada paso que he dado en mi vida ha sido para cumplir mi sueño de ser entrenador. Por el camino he trabajado como guardia de seguridad en una gasolinera, como dependiente en El Corte Inglés, como comercial de informática y como administrativo en La Caixa antes de terminar mi carrera en Comercio Internacional tras abandonar la de Derecho en el tercer curso. Pero todo con el objetivo de volcar mi pasión por el fútbol en ser entrenador. Iba con la que hoy es mi mujer por los campos del fútbol base catalán grabando partidos, porque no me daba tiempo a verlo todo. Y luego, ya en el ‘Hospi’ me di cuenta de que los chicos mejoraban mucho su juego viendo sus vídeos. Ahí vi el filón: quería ser profesional y había encontrado el modo de diferenciarme en algo. Así metí la cabeza. Y con el tiempo he demostrado que he valido para hacer algo más que vídeos. A veces, como no podía grabar todos los partidos, mandaba a mi esposa y le preguntaban que para qué tele trabajaba. También mandaba a veces a mi padre, y al final como me faltaban horas ponía a los no convocados del Damm a grabar los partidos.

Jugó al fútbol como central en La Florida, en L’Hospitalet, su barrio. Su padre era el presidente de ese equipo. ¿Qué le dice ahora su padre?

La verdad, a mis padres les supera todo esto. Me ven en la tele y no se lo creen..., pero yo quiero dejarles al margen de todo. Ya ha habido gente que les ha querido entrevistar, y no me gustaría... Quiero que sigan tranquilos, con su vida. De mis padres sólo puedo hablar con admiración y gratitud. Me han apoyado siempre. Mi madre es extremeña, y mi padre salió de su pueblo, Pilas, en Sevilla, con 16 años. Se fue a Cataluña a trabajar en una empresa multinacional, de jefe de almacén, y acabó su vida profesional como taxista. Ahora se ha vuelto a Pilas, y de siempre ha sido futbolero. De mi padre he aprendido a perseguir los sueños, a trabajar. Yo empecé a entrenar con 14 años a los pequeños de mi colegio, el Tecla Sala de L’Hospitalet. Mi quise sacar el título de entrenador con 16, pero no me dejaron hasta los 18. Ahí fue mi etapa también como vigilante de seguridad en la gasolinera, para sacarme unos euros. Luego llegó El Corte Inglés, donde estuve tres meses, otra tienda de ropa en el centro comercial La Farga, en L’Hospitalet, donde era dependiente y por fin en La Caixa, porque me animó el padre de uno de los niños a los que entrenaba. También monté una editorial de libros de fútbol, que ahora lleva mi mujer, porque encontraba muy pocos en las librerías. Luego, cuando me di cuenta de que maquetar un libro valía quinientos euros, aprendí a maquetarlos yo mismo.

¿Nadie en su casa le dijo que cómo podía dejar un buen trabajo en La Caixa por la fiebre del fútbol?

Mi padre es tan futbolero como yo y me ha animado a perseguir mi sueño. Ha confiado ciegamente en mí. Pero la persona que en su día fue mi director en el banco sí me dice ahora que menos mal que no le hice caso cuando me dijo que no dejara La Caixa. Una abuela y una tía de mi mujer también decían que cómo iba a dejar un buen trabajo, estable, por el fútbol... de hecho yo mantengo todavía una excedencia voluntaria en La Caixa. Me la dieron cuando me fui al Barça B. Tantas ganas tenía que cuando en el club me preguntaron que cuánto quería cobrar les dije que lo mismo que en La Caixa, y eso me pagaron.

Usted realizó las prácticas en el infantil de la Penya Barcelonista Collblanc y en el infantil y el cadete del Florida, como segundo de Lluís Lainz (periodista de La Vanguardia, corresponsal de AS en Barcelona y entrenador), que fue asistente en el Barça entre 1996 y 2010.

A Lluís Lainz le conocí en julio de 1999 porque no podía hacer el curso de entrenador en Sant Cugat del Vallès, porque entonces tenía 20 años y no tenía ni coche ni recursos para ir hasta allí. Entonces me dije, pues lo mejor es que el curso venga a mí. Y monté un pollo en L´Hospitalet. Me dijeron que si podía reunir a 25 personas pues que lo impartirían allí, y eso hice con la ayuda de Joan Escoda, que llevaba los cursos en Cataluña. Y se corrió la voz y nos juntamos al final 41, y uno de ellos era Lluís Lainz, que luego sería uno de los ayudantes de Robson en el Barça y uno de los analistas de fútbol pioneros en España. Y de ese curso, que hicimos en el campo del Bellvitge, en ‘Hospi’, viene mi gran amistad con Lainz, al que considero casi como un segundo padre.

¿Cómo se siente usted ahora, que es el seleccionador?

Me siento como siempre, uno más de los casi 47 millones de españoles que somos. Me considero una persona humilde que conserva sus amistades de toda la vida. Y que espera mantenerlas cuando acabe su aventura en el fútbol.

Tiene la patente de una aplicación sobre fútbol que utilizan los equipos de Primera ¿En qué consiste la app?

No es una patente, he ayudado a desarrollar el ‘Media Coach’ de LaLiga, sobre todo en lo referente a la cámara táctica. Es una iniciativa que luego desarrollamos todos los analistas del Campeonato. Luego presenté el proyecto a LaLiga y a la UEFA. En la UEFA no me hicieron caso y en LaLiga hemos conseguido desarrollarlo. Al final nos ha quedado una buena herramienta tecnológica para los entrenadores. La única forma de mejorar es estar en constante evolución.

¿Le da vértigo el banquillo de España?

No tengo miedo al cargo, pero sé que, como a todos, se me va a valorar por los resultados. Es una forma simple de valorar el trabajo de un entrenador, pero es la que hay. La vida tiene muchos giros, pero yo tenía en mi destino ser primer entrenador. Ha llegado ahora por las penosas circunstancias que ya conocemos todos, y asumo el cargo sin miedo porque me siento preparado. También sé que estaré aquí mientras tenga buenos resultados. Si eso no pasa daré un paso a un costado o la Federación Española me indicará el camino.

¿Sabe que Zidane, por ejemplo, llegó al Madrid con la misma experiencia que usted a la Selección?

Si acaso lo único que me falta es haber sido jugador profesional, como Zidane. Pero al final la visión de un jugador es individual. Por ejemplo, he hablado de esto con Xavi. Hemos llegado al mismo sitio partiendo de lugares distintos. El carné de entrenador es como el de conducir: te sirve para ejercer, pero como de verdad se aprende a conducir es conduciendo. Yo entiendo a los que puedan dudar de mí, pero al final confío en mí mismo y en la preparación que he ido adquiriendo. Lo que me motiva más es que el presidente Rubiales, el director deportivo, Molina, y los internacionales hayan avalado mi trabajo porque son los que de verdad me han visto trabajar. Les estoy agradecido a todos ellos, y responsabilizado con el encargo recibido.

¿Sabe que los pesos pesados de la Selección, en concreto ‘los Sergios’, Ramos y Busquets, han avalado su fichaje como seleccionador?

De los jugadores sólo puedo hablar bien. Se han portado conmigo fenomenal desde el minuto uno. ‘Los Sergios’ y todos sin excepción. Ramos y Busquets son importantes porque son los veteranos de la Selección, pero no tengo ni la más mínima queja de ninguno. En cuanto a los capitanes, qué voy a decir: son un diez en todo. Hay que tener en cuenta que todos quieren jugar, que todos se sienten los mejores en lo suyo porque por eso son internacionales. Pero he aprendido también a manejarme en los vestuarios. No tengo nada que ver ya con el chico que entró al Barça B como un elefante en una cacharrería, queriendo demostrar todo lo que sabía de fútbol. Ahora mi vestuario es el de la Selección, y aquí están los mejores, gente que tiene cosas que enseñar.

España viene de tres disgustos (Brasil-14, Francia-16 y Rusia-18) precedidos de tres éxitos: Viena 2008, Sudáfrica 2010 y Kiev 2012. ¿Qué nos espera ahora?

Pues ya lo veremos. Yo tengo toda la ilusión, pero la Selección va a cumplir cien años y en todo este tiempo se han ganado tres Eurocopas y un Mundial. Eso quiere decir que el resto de los años no se ganó nada. Yo tengo grabado de pequeño que España no pasaba de cuartos. Todos queremos volver a ganar, y España tiene opciones por sus grandes equipos y sus grandes jugadores. Pero recuerdo que el último ciclo triunfal empezó en 2008 en una tanda de penaltis..., porque a estos niveles el éxito depende de un detalle. La historia de la Selección pudo cambiar por un penalti dentro o fuera... Ahora bien, creo que podemos ganar la próxima Eurocopa. Si no lo pensara sería un motivo para el cese. Si el primero que no se lo cree es el seleccionador, pues vamos mal. Pero seamos realistas: sólo gana uno. Yo, que vengo del mundo de las finanzas, sé que al final de cada contrato viene una verdad en letra pequeña: ‘rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras’.

Robert Moreno, seleccionador de España, visitó AS para conceder su primera entrevista como titular en el cargo.
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Robert Moreno, seleccionador de España, visitó AS para conceder su primera entrevista como titular en el cargo.JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

¿Tenemos jugadores lo bastante buenos como para intentarlo?

Sí, los tenemos. La generación de los Xavi, Torres, Iniesta, Villa, Puyol... sólo ha habido una en la historia. Pero ahora hay jugadores magníficos. Ya veremos, si nos clasificamos para la Eurocopa, si otro país en Europa los tiene tan buenos como nosotros. Lo que nos traerá títulos será ganar el siguiente partido, uno detrás de otro. Pero tenemos una gran Selección. Aparte de los veteranos nos están saliendo otros como Fabián y Ceballos que nos obligan a ser optimistas. Pero luego llegará el momento clave, como los penaltis contra Italia en 2008, y también necesitaremos que la suerte caiga de nuestro lado.

¿Ya hay una idea de lo que se busca, un bloque para la Selección?

Pues vamos llegando a eso, pero luego los 23 de la Eurocopa serán los que mejor estén en ese momento. Falta una temporada para verlo. Lo que sí puedo decir es que no me voy a casar con ningún jugador. Jugarán los que creamos que lo merecen más, que mejor pueden competir en cada momento y que más así lo demuestren cada jornada en sus clubes. Vamos a valorarlos en cada partido. Por ejemplo, los últimos partidos los ha jugado Kepa, pero si un día llega Pau y demuestra que está mejor pues jugará Pau. Y lo mismo con De Gea y con el resto de los internacionales, en todas las posiciones. No voy a tirar piedras contra mi tejado. Los jugadores tienen que sentir que han de estar al cien por cien para venir y para jugar con la Selección. Tenemos una plantilla potencial de 80 o 90 jugadores de la que escogeremos a los 23 mejores, y de ellos jugarán los once elegidos.

¿Qué equipo le ha llamado más la atención esta temporada?

El Liverpool me ha gustado muchísimo. Lo que ha hecho Klopp es espectacular. A Pep Guardiola lo admiro por lo que ha hecho en todos sus equipos, pero el Liverpool es el que más me ha llamado la atención esta temporada. ¡Y el Ajax también! Ambos han demostrado que se puede hacer mucho fútbol sin tener el ochenta por ciento de posesión. El fútbol no es sólo un estilo. Cuando el rival es mejor, pues hay que defender. Y cuando se puede llegar en tres pases, pues no hay razón para dar treinta y tres.

¿Por qué Klopp además de por el fútbol del Liverpool?

Porque desdramatiza el fútbol y compite restándole tensión. Por la forma en que se comunica con sus jugadores y con los hinchas. Porque Klopp ve el fútbol como lo que es: un juego. Klopp sabe que el sol saldrá de nuevo lo mismo después de una victoria que de una derrota. Pero insisto en el Ajax. Le vimos en el Bernabéu y nos impresionó. En Holanda ha cuajado otra gran generación de jugadores, lo que significa que hacen bien el trabajo de cantera. Hay que fijarse en todo lo bueno que hacen bien otros equipos, otros entrenadores, y aprender de ello todo lo que se pueda, con humildad.

España juega con el 4-3-3, pero usted escribió un libro de 272 páginas sobre el 4-4-2. ¿En qué quedamos?

Lo importante es que el sistema del técnico se adapte a las condiciones de sus jugadores y no los jugadores al sistema de su técnico. El fútbol es de los futbolistas. Nuestro dolor de cabeza es darle a los jugadores tres consignas concretas que les ayuden a tomar decisiones. Lo relevante es ocupar bien los espacios dentro de una idea común.