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QUÉ FUE DE...

¿Qué fue de Fran? El último romántico del fútbol español que rechazó al Madrid y Barça

Está cerca de cumplir los 50 y vive en Barcelona con su familia. "Me siguen reconociendo y dicen que tengo la misma cara", recuerda en AS.

¿Qué fue de Fran? El último romántico del fútbol español
que rechazó al Madrid y Barça

El próximo 14 de julio Fran González Pérez cumple 50 años. Los ídolos, aunque tengan la misma cara de siempre, se van haciendo mayores. "Me mantengo en forma y me gusta practicar todos los deportes que no podía cuando jugaba al fútbol: ciclismo, golf o pádel". Fue el jugador del Deportivo que más partidos oficiales jugó (700) y uno de los tres que ha ganado los seis títulos oficiales que ostenta el club blanquiazul. Exhibió su magistral zurda durante 18 años. De los pocos que puede presumir de ser 'one-club man'. "En el fútbol se ha perdido romanticismo. Soy de los pocos jugadores que pueden decir que rechacé a Madrid y Barça", confiesa. Hoy en día vive en Barcelona con su familia. "La gente me sigue reconociendo y me dice que tengo la misma cara. La verdad es que lo que hicimos con el Superdepor dejó una huella imborrable", recuerda. Hoy hablamos con él en AS porque su Deportivo sueña con volver a Primera.

Le llamábamos para ver qué tal le va la vida y hablar un poco de la situación del Depor…

¿De mí? ¿Seguro? Dilo claramente, me llamas para hablar del Depor.

Bueno, de todo un poco. Yo es que tenía su cromo cuando era pequeño y mi hermano se llama Fran y nos hacía gracia cuando salía su nombre...

Venga, dispara.

¿A qué dedica su vida actualmente?

Después de estar dos años en Manchester decidí volver a estar con la familia en Barcelona. Que a mi hijo lo tengo en el Barça. Ahora estoy más cerca de la familia.

¿Qué edad tiene su hijo?

Nació en el año 2002. Está en la edad más complicada.

¿La más complicada como persona o como futbolista?

Ahora son los dos años más difíciles. Esa etapa de niño a adulto. Se está haciendo adulto. Viene el tema de ser como semiprofesional o profesional. y ahí la criba. Cuando eres joven es una etapa de formación y parece más fácil. Viene el embudo y se va estrechando. Viene la parte donde es más difícil triunfar.

¿Cómo se llama su hijo?

Nicolás.

¿Y de qué juega?

De 6, de 8 y de 10. En el Barça se ha enriquecido en varias posiciones.

Varias posiciones, como el padre. ¿Cuándo se dio usted cuenta de que iba a vivir del fútbol?

El fútbol ha cambiado muchísimo. Ahora hay un control increíble. Los equipos tienen un control absoluto y conocen todos los clubes como si fueran la palma de tu mano. Es difícil que se le escape algún niño. En A Coruña, por ejemplo, hay una representación de ocho clubes de Primera División. Yo jugaba en un pueblo y empecé a ser conocido con 16 años.

¿Cómo recuerda sus inicios?

Tuve que ir a una pensión, en la que estábamos seis jugadores. Veníamos para jugar al fútbol y estudiar. 

¿Se acuerda del nombre de la pensión?

No tenía nombre. Era una señora la que nos cuidaba.

¿Y llegaron todos al fútbol profesional de los que compartía cuarto?

Mi hermano y yo, el resto en Tercera o por ahí.

Pasó del pueblo a la ciudad. ¿Qué le decían sus padres?

Pues yo creo que vino bien en casa. Mi padre trabajaba en el extranjero y había épocas que no le veía en todo un año. Mi madre nos atendía continuamente a nosotros. Así que digamos que en cierta manera quitamos un poco la responsabilidad y la manutención nuestra. A nivel familiar fue duro, pero es verdad que ahora las distancias son menores. En mí época ir del pueblo a A Coruña era casi tres horas. Ahora se tarda menos en ir a Manchester.

¿Qué estuvo haciendo en el City?

Estuve en el equipo Sub-18 de ayudante del entrenador. Disfruté muchísimo de todo. Fue una gran lección para mí. El único problema fue el tema familiar. Teníamos que decidir si el niño a un lado y las niñas a otro. Y nos vinimos a Barcelona.

Y mucho antes de entrenar en el staff de Begiristain y Guardiola. ¿Cómo fue lo de dejar el fútbol?

Llevaba 18 años en el Depor. Los últimos cinco fueron muy duros. Ves cómo tu físico va a menos. La exigencia en el Depor era muy alta. Todas la semanas jugábamos Liga, Champions o Copa. Éramos un equipo temido. Y teníamos mucha presión. El cansancio mental es muy fuerte. Llega un momento en la vida que tienes que ser consciente de que hasta aquí has llegado. He creado pequeñas empresas relacionadas con el fútbol y también he estado haciendo infinidad de deportes: golf, pádel, bici, esquí...

Yo soy de Madrid, pero tenía un amigo en el instituto que era del Deportivo y no era de Galicia ni tiene familia allí. Consiguieron que los niños se hicieran del Depor antes que del Madrid o Barça. ¿Fue otro de los milagros de aquel Superdepor?

Me sorprende muchísimo lo que me ocurre por toda España. Es una pasada. El Depor ha marcado una época increíble. Además hace poco se cumplieron los 25 años del penalti de Djukic y con el Informe Robinson de hace poco volvimos a estar en el foco. 

¿Su hijo le pide que le ponga vídeos suyos como futbolista?

¿Mi hijo? Qué va. No me pide nada...

¿Le siguen reconociendo por la calle?

Dicen que sigo teniendo la misma cara. Que he cambiado poco. Es verdad que me lo dicen en Barcelona, en el sur... En todos los sitios. Cuando veo a mi hijo jugar por ahí, la gente me reconoce. Sobre todo los padres. El chaval luego va al youtube y alucina. Mire, le cuento una anécdota. Yo sólo vuelvo a jugar al fútbol en los veranos con mi campus. Me paso un mes fantástico con los chavales. Un día un chaval del campus me llamó al teléfono a través de su padre. "Oye Fran, pues sí que erais buenos, eh. Me has dejado impresionado", me decía el chaval. Joder (risas), no se acaban de creer que pudiéramos estar luchando con el Madrid o Barça.

¿Cuándo hace su Campus?

En julio tenemos dos turnos (del 1 al 12 y del 15 al 29) y lo hacemos en el complejo deportivo de Elviña.

Pertenece a la estirpe de los 'one-club man'. Pocos futbolistas pueden presumir de esa fidelidad.

El fútbol ha perdido romanticismo. Ahora prima más el dinero. Tuve la posibilidad de irme al Madrid y Barça, pero los rechacé. Ahora las cosas son bien distintas.

Supongo porque sería feliz en A Coruña, ¿no?

Sí. Eso es. No hay que darle más vueltas a las cosas que pasan en la vida. La verdad es que yo estaba en un equipo que me lo daba todo. Cada año íbamos a más y siempre competimos ante todos los equipos.

Usted también protagonizó un ascenso con el Depor…

Era un chaval de 19 años. Fue todo un sueño.

¿Y cómo ve ahora las posibilidades del Deportivo?

Ahora han tenido una temporada difícil. Lo del Málaga ha sido un impulso porque venía muy bien. Ahora el Mallorca es un rival que no te puedes fiar. La afición ha respondido y habrá un lleno. Es una eliminatoria muy complicada y habrá que jugar al 120% para volver a Primera. 

Usted lo ganó todo como futbolista. ¿Qué espacio guarda el ascenso en sus recuerdos?

No me imaginé llegar hasta tanto, la verdad. Con 19 años fue impresionante subir a Primera. Si aquel día me dicen en el pueblo que luego ganaríamos la Liga o que seríamos temidos en la Champions, le diría: "Anda, deja de tomarte cosas raras". Cada año superaba al siguiente. El ascenso, pelear por títulos, jugar la Champions, ganar en el campo de Múnich, del Manchester United, al Milán... Todo eso que pasó fue increíble. Teníamos un súper equipo y cada año nos superábamos.

Dígame el top-3 de sus mejores recuerdos en el fútbol.

En el Top-1, la Liga sin lugar a dudas. En el Top-2, el Centenariazo porque ganar al Madrid de los Galácticos y la final que hicimos fue espectacular. Y en el Top-3 lo tengo más difícil. No sé si el ascenso a Primera o la Selección porque si no llego a ir con España, luego no hubieran venido otras cosas bonitas que pasaron en mi carrera. 

Ha sido un placer hablar con usted. Muchas gracias.

Gracias a ti.