NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

¿QUÉ FUE DE...?

¿Qué fue del Tato Abadía? De símbolo del Logroñés a vender quesos

Calvo y con bigote, tenía un estilo inconfundible. "Cuando corría parecía que me iba a destartalar", bromea en As. Actualmente, vive en Logroño y regenta 'La Casa de los Quesos'.

Actualizado a
¿Qué fue del Tato Abadía? De símbolo del Logroñés a vender quesos.
DIARIO AS

Agustín Abadía Plana. El Tato Abadía. Para los que crecimos en la década de los 90 era el cromo que siempre se repetía. Había pocos futbolistas calvos y con bigote. Inconfundible. Jugó en Primera en el Logroñés (1985-89, 90-93 y 96-97), Atlético (1989-90) y Compostela (1993-96). Centrocampista con mucho pundonor, entrega y brega. 438 partidos como profesional y 24 goles. Su estética de entonces es el vintage que presumen muchos hoy en día. "En eso mi imagen sí que me ayudó porque cuando corría parecía que me iba a destartalar", reconoce. Su imagen representa un fútbol que pasó a mejor vida. El de las botas negras, sin colorines. El fútbol del barro, sin tanto adorno. El que sonaba en Carrusel el domingo a las 17:00 horas al unísono y en el que escuchábamos: "¡¡¡Goooooool en Las Gaunas!!!".

Con 57 años regenta con su mujer en Logroño 'La Casa de los Quesos' desde 2011. "El fútbol me dejó a mí, no yo a él", insiste. Tampoco es corriente que después de toda una vida como futbolista y después como entrenador (Binéfar, CD Logroñés, Girona, Calahorra y Sociedad Deportiva Logroñés) haya optado por el delantal, como su amigo Pedro González, ex del Atlético, Logroñés y Sevilla entre otros, que tiene una frutería a 40 pasos de la de Abadía. "Abrimos la tienda de los quesos por mi mujer, Ángeles. No fue fácil para mí. Soy una persona que me cuesta relacionarme y me puse en sus manos". Hoy repasamos en AS su trayectoria deportiva y su vida actual.

¿Le toca hablar mucho de fútbol en la tienda?
Sí, a veces. Me encanta hablar de fútbol. A mí me habría encantado seguir en el fútbol, pero no pudo ser. Me hice director deportivo del Logroñés y fueron años muy duros. Necesitaba cambiar de aires. Dedicarme a otra actividad. Me volvieron ofrecer a uno de los dos clubes de Logroñes. Alternaba las dos cosas, pero la tienda me generaba cada vez más trabajo.

¿Se puede uno quemar del fútbol como cualquier otra profesión?
Lo dicen mucho los entrenadores. Llega un momento que estás saturado y necesitas vaciar y volver a empezar para recuperar esa pasión que llevas dentro. Lo leí el otro día en el AS como Carragher decía que no entendía cómo podían cambiar tanto los entrenadores, de Houllier a Benítez. Y él descartó ser entrenador por las manías que vio en cada uno de ellos.

¿Por qué los quesos?
Por mi mujer. Me tocó aprender en el fútbol a dar muchas entrevistas y hablar, pero a mí me cuesta dar el primer paso social, hasta con los amigos. Cuando estoy con la gente me lo paso pipa, pero me cuesta abrirme.

¿Ese carácter no era el mismo sobre el campo?
La gente que me conoce sabe que soy lo más introvertido. El fútbol era como mi liberación. Era capaz de expresarme y ser capaz de cualquier cosa. En el colegio ni hablaba, los profesores alucinaban luego cuando me veían en el campo.

¿Este fútbol es el mismo al que jugó usted?
Es el mismo deporte, pero es distinto fútbol. Es bastante mejor que el nuestro. Es un fútbol que es una maravilla de ver. Es el que queríamos haber hecho nosotros, pero no hicimos. Ahora cómo juegan: rápido, intenso,... Me encanta. Me emociono con esa intensidad. Sí, los campos son mejores. Pero ahora hacen lo que nosotros no hacíamos.

El Tato Abadía y Pedro posan en sus comercios para As.
Ampliar
El Tato Abadía y Pedro posan en sus comercios para As.FERNANDO DIAZDIARIO AS

¿Absolutamente todo ha ido a mejor?
Bueno, hay otras cosas que no. Existe mucha gente alrededor del fútbol que tiene que ganarse la vida. Demasiado negocio y mover su producto. No quiero ser 'aprovechategui' con lo de Neymar. Mire, un pedazo de jugador, pero lo van a destruir. Cuántas personas darán de comer este chaval...

Nada de lo que vivió usted.
Para nada. Te identificabas con un club y te ofrecía otra serie de cualidades. Y tú te fidelizabas con la ciudad. Yo por ejemplo no soy de Logroño, pero todo el mundo piensa que sí. Antes firmabas tres años y los cumplías. Te aguantabas y ya está. Ahora están cada tres meses buscando mejoras de contrato.

¿Muchos futbolistas de hoy en día viven en una burbuja?
Soy una de las personas que me manejo andando. Hay futbolistas que dicen que no pueden salir de casa, pero eso lo generas tú. Si tú sales y en lugar de ir en tu pedazo de coche, te manejas como una persona normal y vas andando, la gente te tratará como una persona normal. Igual tienen que salir a la calle como algo normal. Andar por la calle simplemente. La comparación no tiene nada que ver. Los holandeses están acostumbrados a acabar los partidos y se van de farra. O los ingleses hace 10 años. Pero esto se ha profesionalizado demasiado para lo bueno y para lo malo.

Hoy muchos chavales siguen la estética de Cristianos, Ramos, Piqués... Pero usted tiene una marca única. Inimitable.
Calvo y bigote no tiene mucha gente. Además yo estaba mal parchado. Corría que parecía que me iba a destartalar. Me ha ayudado el fisico en ese aspecto. Pero en mi época, los veteranos nos veían de manera diferente. Es todo un ciclo. La vida.

Es buen amigo de Quique Setién, un defensor acérrimo del fútbol vistoso.
Es un hombre con una personalidad tremenda. Yo le fiché de entrenador para el Logroñés cuando era director deportivo. Me ha llamado la atención cómo juega con el concepto de defensa de cinco o de tres. Los sistemas están al servicio de la idea, no del dibujo. Atacar o defender es una actitud. Me gusta mucho cómo juega. Me gusta también Guardiola. Eso sí, ahora pienso que interviene mucho en el juego. Hay que ponerse en manos de los futbolistas. Me gustan Zidane, Del Bosque, Julen Lopetegui... Lo único que hace falta es que entrenador y jugadores remen en la misma dirección.

Hablando de los entrenadores que ha tenido y quesos. ¿Sacamos uno nombre y me hace una comparación?
No me atrevo (ríe).

Entonces defínamelos en una palabra.
Eso sí.

David Vidal.
Simpático.

Carlos Aimar.
Pedagógico.

Fernando Vázquez.
Metodológico.

Irureta.
Hombre de fútbol.

Clemente.
Me resulta... (piensa). Hombre de fe.

Aranguren.
Se adaptaba muy bien a los jugadores.

¿Qué es lo que no soportaba de los entrenadores?
Odiaba que no se entrenara lo que se hacía. En mi época te daban la camiseta, el número y te decían que hay que atacar y defender y ya está. Yo he aprendido del acierto y error. Cuando fallaba un pase, ya veía yo que la cagaba. No hacía falta que me lo dijera. Ahí fue Aimar, que era más pedagógico, el que innovó para mí. Me decía que estaba mal, pero que no tenía que dejar de intentarlo. Que quería seguir en esa línea, buscando ese pase que no encontramos... No me gustaba tampoco que nos pusieran entrenamientos simplemente para enseñar a la afición que estábamos trabajando. No me ponga a hacer rondos. Póngame a trabajar. Pasé una etapa que te decían muy poquito.

Ahora dicen demasiado.
Ahora no aguanto a esos chicos que cada vez que hay un problema en el campo, miran al banquillo. Yo era capaz de tomar decisiones. Ahora tampoco puedo al ver a los chavales preparar las jugadas de estrategia. Joder, tú tendrás que enseñar a un chaval a pegar al balón o a jugar en equipo. La estrategia es voluntad. Ver a niños que les prohíben rematar a cabeza o empezar a especializar eso es un fallo muy grave en fútbol de formación. Me pongo enfermo. Hacer la estrategia es que alguien golpee bien la pelota y punto.

¿Cuál es su mejor recuerdo como futbolista?
Me acuerdo mucho del partido del Valencia el día del ascenso. El partido de desempate ante el Rayo de Onésimo, Hugo Sanchez, Urzáiz... Ascendimos y ganamos las eliminatorias con el Compos. A los gallegos les cuesta creer. Me pilló en mi época de mayor, pero yo era el único convencido de que podíamos ascender. Aquí un partido especial fue contra el Huelva, cuando me di cuenta que podía jugar en Primera. El año del ascenso. Salí del banquillo y cuando estás enfadado y no estás jugando es cuando más quieres reafirmar cómo eres.

¿Cuándo volveremos a escuchar en Carrusel "goooool en Las Gaunas"?
Es un deseo. Espero verlo. Me encanta el fútbol. Yo he entrenador a la Sociedad Deportiva Logroñés y sigo de cerca a la Unión Deportiva Logroñes. El Club Deportivo Logroñés ya no existe. Disfruto muchísimo viéndoles jugar a los dos equipos. El primero pelea por subir a Segunda B y el segundo, a Segunda en este playoff de ascenso. Tengo muchas ganas de ver fútbol profesional aquí. La gente en Logroño al equipo que quiere es el que está en superior categoría. Y existe la idea de que para que exista fútbol de Primera tiene que haber gente de dinero. Pues mire no. Aquí hay un equipo de élite en balonmano que es de todos. Y hubo un Logroñés que estuvo en Primera y era de todos. No tiene que haber alguien que venga con dinero. Puede ser de todos. Creo que es así. O al menos es lo que quiero creer yo.