Sam Kerr, el gol de Australia bate récords en Estados Unidos

Sam Kerr es la gran estrella de Australia. A sus 25 años, la australiana no ha parado de batir récords. Su idilio con el gol le han convertido en la gran goleadora de la NWSL, donde es una gran estrella. De hecho, es la máxima goleadora histórica de la competición. Debutó con 15 años con la Selección y ahora afronta su tercer Mundial con ganas de hacer algo grande con Las Matildas. Kerr es sinónimo de gol.

Con 15 años, Sam ya jugaba en la máxima categoría australiana. Eso lo valió para ir con la selección. Kerr tenía algo que el resto no, mucho gol. Una velocidad endiablada, una habilidad inusitada, una inteligencia futbolística fuera de lo normal y un gran remate, sobre todo de cabeza, le valió para que en Estados Unidos se fijasen en ella. Cambió de continente para triunfar en la NWSL, la mejor liga del mundo, y lo ha hecho a base de goles. Tanto que en 2018 se convirtió en la jugadora que más goles ha marcado en la historia de la competición. Su 61 goles en la competición, pero hay que sumar el récord de goles en un partido, con cuatro, y el récord de goles en una temporada, 17. Pero esos récord también los tiene en la W-League (liga australiana) con 64 tantos en en total y 13 goles en una sola temporada. Además, ha ganado las últimas dos NWSL, dos botas de oro australianas y las dos últimas botas de oro norteamericanas, además de ser la jugadora más valorada de la NWSL en 2017. No hay suficientes reconocimientos para una jugadora diferente y que sólo tiene 25 años.

Joven pero con experiencia. Empezó a competir en la liga australiana con 15 años, misma edad con la que debutó con la selección. En 2103 emigró a Estados Unidos, compaginando la competición americana con la australiana desde entonces. Con sus clubes ha jugado 195 partidos y ha marcado 135 goles. Abiertamente gay, su pareja también es futbolista tanto en el Perth Glory como en el Chicago Red Stars, Nikki Stanton. Hija de Roger Kerr y hermana de Daniel Kerr, ambos futbolistas en Australia, Sam ha vivido siempre por y para el fútbol. Ahora llega a su tercera Copa del Mundo más madura que nunca y con ganas de hacer algo grande con Las Matildas.