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SEGUNDA B

¿Qué fue de Bolo? De jugar la UEFA con el Rayo a intentar subir a Segunda con la Ponferradina

Jon Pérez Bolo dejó huella en el conjunto vallecano donde pasó seis temporadas. Tras retirarse, se pasó a los banquillos y ahora entrena en Segunda B.

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¿Qué fue de Bolo? De jugar la UEFA con el Rayo a intentar subir a Segunda con la Ponferradina

Todavía se recuerdan en Vallecas los goles de Jon Pérez Bolo (Bilbao, 45 años). La vida era mejor para todos los vallecanos con la presencia del delantero vasco. Allí vivió 6 grandes temporadas en las que se convirtió en una leyenda para la afición, que tiene en su memoria esos dos goles al Barcelona que dieron la última victoria en el Camp Nou. Además, fue pichichi de la UEFA 2000/01, junto con Berbatov gracias a sus 7 goles.

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CHEMA DÍAZ

Pero la carrera de Bolo no sólo transcurrió en el barrio de Madrid. El vasco, formado en un equipo de fútbol base de Bilbao, llegó a Lezama con 17 años y debutó años más tarde con el primer equipo del Athletic. Aún recuerda la esencia de San Mamés: "Es lo máximo". No consiguió triunfar en Bilbao por lo que el Rayo, atento a sus pasos, lo reclutó a sus filas (antes había jugado en Osasuna y Hércules). En sus seis temporadas en Vallecas, Bolo se ganó a la afición con sus goles y sus ganas de agradar. En el equipo de la franca es recordada con cariño la pareja que formó con Bolic. Además, fue el autor del gol número 400 del club en LaLiga. Tras su paso por el Rayo, Bolo pasó por el Nàstic, donde estuvo dos años, y el Numancia, quedando campeón de la categoría de plata en su segundo y último año. Por último, su carrera como futbolista profesional terminó en Barakaldo en el año 2009 con 34 años. 

A pesar de su retirada de la competición, Jon Pérez Bolo siguió ligado al fútbol. Fue el secretario técnico del Barakaldo en Segunda B. "Fueron dos años duros, pero que me hicieron valorar muchas cosas y donde aprendí mucho. Esas experiencias me han servido en este trayecto que estoy llevando de entrenador", declara en una entrevista concedida a As. Y sí, actualmente, Bolo es entrenador. Aunque en un principio "no me picaba el gusanillo, pero me puse a entrar a juveniles y poco a poco fui creciendo y mejorando. Me saqué los niveles de entrenador y hasta donde hemos llegado". Ahora está peleando por subir a la Ponferradina a Segunda división, para eso tendrá que superar al Cornellà en la primera eliminatoria de la promoción de ascenso. Su primera etapa como entrenador fue en el Arenas de Getxo, equipo al que logró ascender a Segunda B. No habrá que perder la pista al vasco en los banquillos, ya que en él hay un gran entrenador con Julen Lopetegui, excompañero y amigo, como referencia.

En As hemos hablado con él para repasar su trayectoria y analizar su visión desde los banquillos.

Llegásteis a la última jornada de Liga con opciones de ser líderes, ¿cómo se preparó ese último partido?

Teníamos que ganar y que pinchasen Fuenlabrada y Atlético B. Nosotros nos centramos en ganar el partido y cuando acabase la jornada ver los resultados y cómo habíamos quedado (la Ponferradina fue segunda del Grupo I). Afrontamos el partido con ilusión y con ganas, sabiendo que ya jugábamos el Playoff queríamos darle esa victoria a nuestra afición y para tener el factor campo a nuestro favor. Ser campeones nos habría dado dos opciones en caso de perder y una victoria te metía en Segunda.

Llevas un año en Ponferrada. ¿Cómo se vive la rivalidad Ponferradina-Cultural Leonesa?

Como cualquier otra rivalidad como el Real Madrid-Atleti, el Athletic contra la Real... son dos ciudades que están muy cerca y hay esa rivalidad deportiva que puede haber en otros lugares. Al final no deja de ser fútbol y deporte. Cada uno pelea por lo nuestro y quedar lo mejor posible.

¿Cómo se vive en Segunda B?

Para los equipos que han estado en el fútbol profesional, entrar en los playoffs es uno de los objetivos a principio de temporada. La promoción es muy difícil, si no quedas primero tienes que pasar tres eliminatorias y no hay el seguimiento mediático que hay en el fútbol profesional. Económicamente es una categoría difícil en la que cuesta salir adelante, pero es lo que nos toca y en la Ponferradina estamos peleando por volver al fútbol profesional, donde todo es un poco más fácil.

Ya viviste una ascenso, con el Arenas en la temporada 14/15 a Segunda B. ¿Qué se siente?

Ojalá pueda vivir un ascenso con la POnferradina, pero nosotros vivimos en el día a día. Jugaremos los playoffs poco a poco, no queremos hablar de ascenso todavía y no hemos empezado la promoción. Vamos a poder disfrutar de ello y ya hemos cumplido nuestro primer objetivo.

Lo más importante es disfrutar de este playoff

Yo soy de los que pienso de que cuanto más disfrutas y mejor disfrutas el trayecto el objetivo está más cerca. La presión está ahí, pero si nos ponemos más de la cuenta al final es más difícil de conseguir el objetivo.

En cuanto a tu carrera como futbolista, ¿cómo fueron tus inicios?

Yo salgo de un club de barrio de Bilbao. A Lezama llego con 17 años. Ahí jugué dos años en el juvenil, luego a Segunda A y, finalmente al primer equipo.

¿Cómo es jugar en San Mamés con el primer equipo del Athletic?

Jugar en San Mamés para un chaval que es del Athletic es lo máximo.

Pero en el Rayo Vallecano fue donde mejor te sentiste. ¿Qué recuerdos tiene del Rayo?

Fue un equipo muy importante para mí. Tanto en mi carrera como en mi vida personal. En mi vida deportiva no estaba atravesando un buen momento en el Athletic y fue el Rayo el que vino a buscarme. el que apostó por mí y donde tuve 6 años maravillosos. En lo personal, en Madrid nació mi primer hijo. Allí conseguí, deportivamente hablando, cosas importantes jugar UEFA con el Rayo, además de quedar máximo goleador de esa competición con Berbatov, el ascenso.... La verdad es que al Rayo le tengo muchísimo cariño y muchas cosas de agradecer.

¿Puede que los dos goles que metiste en el Camp Nou, que dieron la victoria al Rayo, sean de los que mejor recuerdo tienes?

Al final marcar dos goles en el Camp Nou no es fácil. No está al alcance de cualquiera. Pero no son los goles que más me han marcado, son importantes porque fueron en un escenario precioso, pero tengo otros con el Rayo en mi cabeza que me marcaron mucho más. Por ejemplo el último gol que metimos en la fase de ascenso a Primera contra el Extremadura en Vallecas con el campo lleno y que servía para poner un 2-0, para mí ese gol fue muy importante. También el primer gol en UEFA contra el Molde, el gol 400 del Rayo en Primera. Para mí esos están por delante que los del Camp Nou. Al final esos se quedaron grabados en la Historia del Rayo.

La pareja que hiciste con Bolic fue muy sonada. ¿Sigues en contacto con él?

No tengo contacto con él. Con la gente con la que más relación tengo es con Luis Cembranos, Julen Lopetigui, Pablo Sanz o Míchel. Son los que más relación formamos y estamos siempre en contacto y nuestras familias están en contacto. Bolic vive en otro país y perdimos el contacto.

Habéis sacado buena camada de entrenadores: Julen, Luis, Míchel...

La verdad es que nos hemos dedicado muchos a entrenar. Ahí tenemos al que está marcando un poco todo que es Julen. Para todos nosotros era un referente aún siendo jugador, parecía un miembro más del cuerpo técnico por todo lo que nos ayudaba y nos decía. Ya sabíamos que iba a ser un grandísimo entrenador.

¿Tuvo mala suerte Lopetegui en el Madrid?

En el fútbol no siempre te van a salir las cosas bien. Llegó al Madrid en una época muy mala y al final el ha tenido que vivir esa época mala. pero bueno, yo a Julen le tengo como un referente, no sólo como amigo sino más allá, pienso que es uno de los mejores entrenadores que tiene el España. Además tiene un gran amigo con él en el cuerpo técnico que es Pablo Sanz.

¿Qué te llevó a convertirte en entrenador?

Cuando jugaba la verdad que no me picó el gusanillo de entrenar. Cuando dejé de jugar pasé por la secretaría técnica del Barakaldo y esos dos años que estuve ahí si que me empezó a gustar el tema de entrenar. Me puse a entrar a juveniles y poco a poco fui creciendo y mejorando. Me saqué los niveles de entrenador y hasta donde hemos llegado.

¿Te ves entrenando al Athletic o al Rayo?

Quiero vivir el presente. Pensar lo que puede pasar en el futuro no vale para nada, ni mirar el pasado. Mi presente es la Ponferradina y disfrutar el playoff porque estamos todos muy ilusionados. Está claro que son dos equipos donde he jugado y donde tengo grandes amigos y estaría bien llegar a esas ciudades y defender esos escudos siendo entrenador. Pero, ahora mismo, solo pienso en disfrutar lo que me viene con la Ponferradina que es mucho y estoy seguro que lo voy a disfrutar.

Trabajar en la secretaría técnica del Barakaldo es otro mundo...

Sí. Al estar en Segunda B, los presupuestos están muy ajustados, no llegas a final de mes para pagar todos los gastos que tienes en la categoría, tienes que intentar muchas cosas y buscar recursos con muchísimo trabajo. Fueron dos años duros, pero que me hicieron valorar muchas cosas y donde aprendí mucho. Esas experiencias me han servido en este trayecto que estoy llevando de entrenador. Tienen mucho mérito los equipos que trabajan bien la cantera. Yo tengo la suerte de salir de un club de Bilbao que sólo tiene hasta juvenil y cuida muy bien a la cantera y a los jugadores, premia la formación y eso para mí es muy importante. Para que luego lleguen a ser profesionales, la formación en cortas edades es muy importante y creo que eso para España es muy importante.

¿Crees que no está valorado el entrenador de formación de jugadores, de cantera?

Hay dos tipos de entrenadores: el profesional y el formador. Hay gente que nace para ser entrenador de base y esos son los que más valor tienen y más importantes son en la vida de un futbolista. Son los que le hacen que puedan llegar a ser futbolistas profesionales y creo que hay que dar un valor muy importante a ese tipo de entrenador, que es su pasión y que económicamente al final no está pagado como se debería, pero son entrenadores que han nacido para formar jugadores y que son felices. A mí me gusta mucho esa faceta de ese entrenador porque lo veo fundamental en el desarrollo para que haya muchos jugadores profesionales que lleguen a la élite. Muchos de esos éxitos es debido a esa gente que trabaja desde muy pequeños a esos jugadores.