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JAPÓN

Milagros: "En Japón es difícil que un entrenador sea criticado"

La entrenadora española atendió a As tras hacer historia en Japón, siendo la primera mujer que gana un partido con un equipo masculino en el país nipón.

Milagros Martínez, entrenadora del Suzuka Unlimited de Japón.
DIARIO AS

Milagros Martínez (33 años) fue pionera en España al convertirse en una de las primeras entrenadoras de la Liga Iberdrola, a la que ascendió con el Albacete. En enero se marchó a Japón y, tras unos meses allí, la española ha hecho también historia en el país nipón, ahora dirigiendo un equipo masculino. 

Ha sido la primera entrenadora que ha ganado un partido con un equipo masculino en Japón, ¿qué tal lo ha vivido?

Al principio todo fue un poco sorprendente. Desde la noticia de mi fichaje cuando estaba en España, que tuvo más repercusión de la que esperaba, hasta llegar aquí, que incluso fueron las cámaras a recibirme aeropuerto. Lo del partido ha sido más inesperado aún. Había muchos medios y la afición se volcó mucho. Todo fue muy especial y, con victoria, que sabe aún mejor.

¿Es diferente la afición japonesa de la española?

Ellos lo viven más como un deporte. Ven espectáculo, aunque pierdan o se fallen ocasiones. No se oyen murmullos por las gradas y es difícil que un técnico o un jugador sea criticado. Lo viven de otra manera. También es verdad que la cultura del jugador japonés es diferente del europeo. Son trabajadores natos.

¿Hay casos de violencia en las gradas o en los terrenos de juego?

En la categoría en la que estoy sería imposible. Aquí el equipo que va ganando no pierde tiempo, nadie intenta fingir un penalti o una lesión para engañar al árbitro. De hecho, antes del partido tenemos una charla los entrenadores con los árbitros en la que nos piden juego limpio. Hay que destacar que el nivel de arbitraje en Japón es mucho más bajo que en España. Cometen errores que en España saldrían en todas las televisiones y aquí no protesta nadie. Es como cultura del deporte. 

¿Cómo surge la oportunidad de ir a Japón?

Estuve doce años en el Albacete y quedamos desvinculados el año pasado. Yo buscaba una experiencia internacional y, este enero, surgió la oportunidad porque yo tengo una amiga japonesa que es Yuriko Saeki, que está en el Villarreal, y le mandé mi currículum como se lo mandé a muchísima gente que he conocido durante estos años en el fútbol. Y, dio la casualidad que el equipo en el que estoy, el Suzuka, buscaba una entrenadora y contactaron con ella. La encontraron por Internet y ella fue la que nos puso en contacto. En cuestión de una semana llegamos a un acuerdo y, a los 15 días de darles el sí, estaba aquí en Japón.

¿Ha sido difícil adaptarse?

El club me lo hizo todo muy fácil. La barrera del idioma es un problema y aunque tengo un intérprete cuesta que le llegue a veces la idea que quiero transmitirles.

¿Notó un cambio al pasar de un equipo femenino a uno masculino?

En la forma de trabajar no he notado nada. La diferencia está en venir a un país con una cultura futbolística y un estilo totalmente diferente. Era como empezar de cero con ellos. Son jugadores técnicamente muy buenos y muy disciplinados y, la táctica con disciplina y trabajo acaba dando sus frutos. Ellos han cogido muy bien la manera que quería que jugara el equipo y el juego ha sido muy bueno. Estoy muy contenta con que la victoria haya llegado pronto y con muchos goles, que es raro en Japón ver muchos goles.

¿Qué estilo le define?

Yo cuando llegué lo primero que le dije fue que yo quería que ellos tuvieran la confianza de arriesgarse con balón, no que cada balón que les llegara intentarán quitárselo de encima. Mi idea era unir el fútbol español, de posesión, de control del juego, con la características de los jugadores de aquí, que son muy rápidos, aprovechando los espacios para que el partido tenga ritmo. Si el partido se descontrola lo pasamos un poco mal, pero si no queda un partido muy bonito y los aficionados, por ahora, están contentos.

Iniesta, Torres... ¿Qué tiene Japón?

Aquí valoran mucho el fútbol español. Yo voy por la calle, me paran y lo único que te saben decir es Villa, Torres o Iniesta. Somos para ellos como superhéroes. Por ejemplo, el horario de Champions es aquí de madrugada, y los jugadores llegan al día siguiente al entrenamiento diciendo que han visto los partidos y a decirte jugadores que han visto. 

¿Ha coincidido con algún futbolista o entrenador español?

La embajada organizó un evento para todos los jugadores y entrenadores españoles que estábamos aquí y estuve hablando con Lotina, con Ricardo Rodríguez, Esnaider, Isaac Cuenca. Torres también estuve pero no pude saludarlo. La experiencia fue muy chula porque nunca te esperas compartir comentarios de fútbol con gente así. Y al final vienes a Japón y pasa. En España no te pasa, pero a 10.000 km es más fácil.

¿Cómo vivió el récord del fútbol femenino en el Wanda?

Fue alucinante. Una experiencia inolvidable para ellas e incluso para los que lo vivimos viéndolo por Internet. Me acuerdo cuando yo jugaba en el Albacete hace unos cuantos años y nos enfrentaremos al Atlético en Segunda e iba muy poquita gente a vernos. Fíjate lo que se ha conseguido en unos años con el trabajo de tanta gente que ahora está fuera del fútbol femenino español, bien porque los clubes lo han querido o por decisión propia. Hay que destacar que ha habido gente que ha trabajo muchos años por ver algo así. En el Atlético de Madrid tengo buena relación con Lola Romero, que es la presidente y que se que es una trabajadora nata.

Usted también vivió un momento histórico con el ascenso del Albacete a Primera...

Yo creo que ese momento fue el mejor que he vivido como entrenadora. Lo que viví ayer fue bonito, pero lo vives diferente porque no lo puedes compartir y, aquello lo pude compartir con todo el mundo. Llevábamos cinco playoff consecutivos y al sexto conseguimos ascender y salió todo muy bien, encima en el estadio. Nosotras siempre decíamos que si habíamos tenido que perder cinco playoff para ascender en el estadio no estaban mal perdidos. Hubo 5.000 personas y fue algo muy bonito que no se olvidará nunca.

Ha vivido el crecimiento del fútbol femenino...

Fue duro. Como jugadora empiezas como puedes, jugando con chicos, porque no había equipos de chicas en ningún lado. En un equipo de chicos tienes que demostrar que eres muy buena para poder jugar con ellos, aunque eso también pudo ser cosa de la edad. Como entrenadora, sí que era complicado porque los dos primeros años que estuve en Primera nos enfrentaremos a equipos que nos llevaban años luz. Yo tenía un equipo en el que solo un día a la semana podría entrenar con todas, ninguna cobraba, Muchas eran de fuera y tenían que pagarse todo. No competimos en igualdad de condiciones. Al final te quedabas con las jugadoras que querían venir a jugar, no con las que querías. El último año que estuve como entrenador sí que mejoró. Los pisos se pagaban y ya se daba algo de dinero a los jugadores. Pero los primeros años en Primera y los anteriores las jugadoras y el cuerpo técnico nos pagamos todo.

¿Cuál es su sueño?

Me gustaría entrenar a alguna selección nacional. Me daría igual el país, aunque sí es España, mejor. Lo de salir fuera está siendo una experiencia muy buena y bonita.