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SEVILLA 2-BARCELONA 4

Messi, el terror del Pizjuán

Un hat-trick del argentino rescata a un Barça que tuvo que remontar dos veces ante el Sevilla. Luis Suárez rompió su mala racha para asegurar el golpe encima de la mesa del Barça.

Messi, el terror del Pizjuán
JORGE GUERREROAFP

Puñetazo encima de la mesa del Barça en LaLiga y en el inicio de su semana grande mediante un Messi descomunal que volvió a demostrar que es el terror del Sevilla, un equipo al que tortura con sus goles. Tres marcó en Nervión para remontar un partido que se le había puesto complicadísimo al Barcelona, que remontó para ganar 2-4 con Suárez marcando el último en el descuento para romper su racha y cargar pilas de cara a los dos Clásicos que se avecinan.

Los jugadores del Barcelona celebran el 1-1 de Messi.
El jugador del Sevilla, Mercado, marca el 2-1 al Barcelona.
El jugador del Barcelona, Leo Messi, marca el 2-3 al Sevilla.

Messi, el terror del Pizjuán

Los jugadores del Barcelona celebran el 1-1 de Messi.

Foto:MARCELO DEL POZOREUTERS

El jugador del Sevilla, Mercado, marca el 2-1 al Barcelona.

Foto:TONI RODRIGUEZDIARIO AS

El jugador del Barcelona, Leo Messi, marca el 2-3 al Sevilla.

Foto:JORGE GUERREROAFP
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A pesar de que se había anunciado por tierra, mar y aire que el partido del Pizjuán podía valer media Liga, salió el equipo de Valverde otra vez a jugar con una caraja impresentable que le puso las cosas muy fáciles a los de Machín desde el inicio. Únicamente el toque de corneta de Messi reenganchó al equipo blaugrana a un partido que marca un antes y un después antes de enfrentarse al Madrid.

Sorprendió el Sevilla en el planteamiento con una defensa de cuatro, arrasó en la actitud, superó en intensidad y mostró un colmillo más afilado desde el inicio que los culés. Ya a los 57 segundos de encuentro, Promes se plantó solo ante Ter Stegen, que realizó el primer milagro de la tarde. La jugada quedó invalidada por fuera de juego, pero era un avance del tormento que le esperaba al equipo catalán en laprimera parte.La segunda, ya sería otra cosa.

En el Barça, Umtiti regresaba a la titularidad con muy poco rodaje, el centro del campo quedaba en manos de jugadores como Vidal, que no mantenían la posesión ni un ratito, y delante, la imprecisión era el lema. Empezando por Messi. De Coutinho, que dejó en el banquillo a Dembélé, ni hablamos.

Enseguida olfateó el Sevilla que la banda izquierda de la defensa blaugrana, que Alba dejaba una y otra vez desguarnecida, era un chollo para Navas, que forzaba contragolpes en superioridad tras las pérdidas a nivel industrial del Barça. Tras una de Messi, llegó el tanto sevillista que se venía anunciando desde el inicio. Navas marcó tras su enésima progresión por la autopista de su carril. Marcó él como podía haber marcado cualquiera de los dos delanteros que estaban libres de marca.

Pareció resucitar el Barcelona tras el arranque de genialidad de Messi, que incluso en los días malos tiene una jugada para enmarcar como fue el gol de volea. Pero ni por esas se recuperó el Barcelona. El equipo culé desperdició la oportunidad de jugar un nuevo partido. Los 20 minutos que restaban hasta el final de la primera parte volvieron a ser de un Sevilla que maltrató a un Barça que únicamente tuvo en los arranques de Piqué cierta vergüenza.

Sin control, sin centro del campo y perdiendo todos los duelos individuales, el Barça volvió a hacer aguas en la banda izquierda de su defensa hasta el punto de permitir que Mercado adelantara a su equipo al filo del descanso.

Cambió el esquema Valverde en la segunda parte dando entrada a Demebélé y Sergi Roberto para jugar con el 4-2-3-1 con el que remontó ante el mismo Sevilla en Tánger a final de la Supercopa. Machín vio la jugada de Valverde y reaccionó de inmediato dando entrada al Mudo Vázquez.

El partido pasó a convertirse en una lotería de ida y vuelta. La tuvo el Barça en un remate grotesco de Dembélé, en otro de Messi, pero Sergi Gómez se multiplicaba y aparecía por todos lados. La lesión de Wöber obligó a variar el esquema defensivo del Sevilla, que volvió a los tres centrales. El Barça se hizo el dueño del partido mientras el Sevilla aguardaba su oportunidad, que pudo llegar en una entrada de Kjaer a Suárez en el área que ni Mateu ni el VAR consideraron.

Con el Sevilla acobardado, Messi se agigantó y convirtió cada una de sus acciones en un silencio trágico en el Pizjuán. Marcó el segundo con la derecha casi marca el tercero desde fuera del área y definió el partido con un toque sublime tras un disparo de Aleñá. El cuarto lo marcó Suárez cuando el Sevilla quemaba sus naves. El que le asistió fue... Messi.

Toda una carta de presentación de cara a lo que se avecina en Madrid tras una segunda parte descomunal y un Messi que ya ha arrasado Sevilla y ahora mira al Bernabéu.