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ESPANYOL - REAL MADRID | LA EFEMÉRIDE

90 años de la final del agua

El Espanyol conquistó ante el Real Madrid el primer título de Copa de su historia. Un arrestado, cinco expulsados, fútbol en un arrozal... El partido tuvo de todo.

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90 años de la final del agua
DIARIO AS

Tal vez no haya querido ser el calendario demasiado benévolo con el Espanyol. Recién apeado de la Copa del Rey, el miércoles en manos del Betis, e inmerso en una racha preocupante en LaLiga que solo un triunfo ante el Villarreal puede mitigar, le alcanza justo hoy un aniversario redondo: los 90 años desde la final del agua. O lo que es lo mismo, la primera Copa de España conquistada por los pericos.

Elementos para producir una película dio el 3 de febrero de 1929, que comenzó con la llegada clandestina por mar a Valencia, donde se iba a disputar la final, del exministro de Gobernación y expresidente tanto del Congreso de los Diputados como del Consejo de Ministros José Sánchez Guerra. La intención era derrocar la dictadura de Primo de Rivera, pero sería arrestado durante meses en un barco. Su hijo Rafael acabaría siendo presidente del Real Madrid.

Y el club blanco era precisamente el contrincante del Espanyol aquella jornada que amaneció con ‘gota fría’, con un diluvio que anegó por completo el terreno de juego de Mestalla. O eso parecía, porque el gobernador civil citó a ambos clubes y al árbitro, Pelayo Serrano, y en lugar de decretar la suspensión les instó (por no decir que les exigió) a jugar. Las razones iban desde que habían desembarcado en Valencia 4.000 hinchas pericos y 8.000 del Madrid que no podrían quedarse más días a que podrían producirse tumultos, precisamente por presencias amenazantes como la de Sánchez Guerra.

La formación del Espanyol que se proclamó campeón de aquella Copa.
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La formación del Espanyol que se proclamó campeón de aquella Copa.

Así que no hubo más remedio que disputar la final, a la que los dos contendientes llegaban invictos. Y, pese a todo, Mestalla se llenó con 25.000 espectadores. El problema estaba en el rectángulo de juego, semejante a una piscina. O a un arrozal. El agua llegaba en algunas zonas casi a la cintura. Condiciones tan pésimas que a los tres minutos ya se había producido un penalti, favorable al Espanyol, que el portero Cabo le detuvo a González.

Con el paso de los minutos, el juego se fue poniendo más y más pesado. En la reanudación, se reclamó otro penalti del propio González a Lazcano. En el 58’, Tena II avanzaba al Espanyol tras un contragolpe en el que participaron Solé, Broto y Vantolrà. Siete minutos más tarde, una tángana que acababa con Gaspar Rubio, Tena II y Broto expulsados. Pero en el 73’ llegaría la sentencia, el 2-0, en una doble ocasión de Tin Bosch, quien aprovechó que a Cabo se le escurrió el balón.

Aún quedaría tiempo para que Lazcano redujera distancias y para que el árbitro echara a González y Triana en pleno festival de paradas de Ricardo Zamora, quien meses después recalaría en el Madrid. Eso ya no sería un aguacero, pero sí un jarro de agua fría.