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ATHLETIC 1 - GETAFE 1

El Getafe perdona la vida al Athletic en San Mamés

Los leones dominan pero no hacen ni cosquillas y no salen del bucle del empate, que no les da para ver un rayo de esperanza. Penalti a Mata que el árbitro no pitó al final.

Imagen del Athletic contra el Getafe.
Imagen del Athletic contra el Getafe. LUIS TEJIDOEFE

El Athletic entró en descenso el viernes por el empujón del Leganés y comparecía ante el Getafe con cara de pánico. En estos casos, San Mamés se recoge en torno a la chimenea y hace piña familiar. Lo de menos es la poesía, interesa sacar los puntos aunque sea con una desbrozadora. Pero este equipo no está para cosechas grandes. Domina, lleva el peso, pero no hace ni cosquillas a los rivales. Es blando en las áreas, previsible en grado máximo y tiene un tembleque terrible recordando la clasificación. Ya no se sabe si está más acatarrado con balón o sin él.

Sin fútbol, el corazón dio para adelantarse, pero luego extrañamente perdió el control en lugar de cerrar el cofre y se desorganizó; se encogió con el empate de un Getafe que se manejó muy bien al final con la angustia local y pudo dar un zarpazo de muerte. Iñigo cometió un penalti sobre Mata, con abrazo incluido, que se tragó el árbitro y el VAR no chequeó bien tal vez por coincidir casi con el pitido final. Estaría contratado el videoarbitraje hasta el minuto 90 y les pillaría recogiendo los trastos, o no sería operativo en el descuento porque si no es difícil entenderlo. La gente ya ni silba, de pura congoja. Es lo peor que te puede pasar: la resignación de lo que era una caldera.

No hay ideas y en ataque este Athletic es un jeroglífico. Le puede la ansiedad y le va a costar salir del laberinto. El Getafe mereció ganar en la segunda parte. Eso sí, lejos de comparecer rajado por el miedo, el Athletic sabía que su oficio era la victoria en la matinal de San Mamés. Sin excusas ni disimulos. Asusta tener semejante urgencia ante un conjunto como el azulón, todo un profesional a la hora de sacar de quicio, con sus líneas bien juntas y el buen manejo de la picardía para usar las faltas y los parones.

Si algo tienen los equipos de Bordalás es que no engañan. Pasas el algodón y sabes qué rastro va a quedar: orden y contraataque. Un acordeón plegado, con hasta ocho jugadores defendiendo su territorio, patadones sin complicarse la vida, y Molina en punta aguantando la bola para el despliegue del equipo y Mata dando velocidad o aprovechando las segundas jugadas. La primera media hora fue un alivio para la parroquia bilbaína, donde retumbaban las alarmas. Berizzo pidió atraer por dentro, con San José en esa mediapunta de tanto riesgo, para descargar por fuera y recaudó tres rematitos, de cabeza, dos de los centrales y otro de Williams. A Susaeta le costaba en las ayudas defensivas y el juego azulón se volcaba por Antunes.

Luego, entre faltas y líos, se paró la refriega. Pablo Fernández, preparador físico local, se sumó al caos, se encendió contra el banquillo visitante y fue expulsado. En la segunda parte, Bordalás varió un par de piezas: Mata se fue a la izquierda y la bala Amath y Molina se colocaron arriba. Luego los retocó de nuevo. Un error de Núñez permitió a Amath dar una galopada que sacó Herrerín con el pie, un paradón de balonmano.

En cinco minutos el partido mudó por completo su rumbo, llegó una serie de catastróficas desdichas que diría la película, con la lesión de dos rojiblancos. En un forcejeo en el área se dobló la rodilla Raúl García y acto seguido sintió un pinchazo Balenziaga. De golpe y porrazo los esquemas por los aires. Berizzo prefirió situar en el lateral izquierdo a Iñigo Martínez, como Luis Enrique en la Selección, en lugar de precipitar el estreno de Ganea, al que enseña la puerta de salida con una pista llena de luces como las de aterrizaje por la noche.

Nolaskoain exprimió el balón parado, en una falta sacada por Beñat. A la épica. Pero el Athletic, algo comprensible, se aculó en exceso para proteger el botín impagable y empezó a mostrarse cansado. En una jugada en el área todos se fueron a tapar un tiro y en el palo contrario, a la derecha, apareció solo Mata para lanzar un jarro de agua congelada en el coliseo bilbaíno. Berizzo se jugó la baza de Aduriz para los últimos diez minutos y tuvo una con aquellos muelles de joven que remató al palo, a seis minutos para acabar.

El goteo de oportunidades era favorable a los visitantes, que perdonaron la vida a los vizcaínos. Mata, una verdadera pesadilla, tuvo el segundo, pero Nolaskoain la salvó milagrosamente y el punta madrileño fue objeto de un abrazo de Iñigo Martínez en el área, un penalti de libro que se comieron el árbitro y todos sus colaboradores a pie de campo y en la sala de VAR.

Berizzo: "Las turbulencias son pruebas, no límites"

El técnico del Athletic, Eduardo Berizzo, es claro en sus postulados y no piensa variar: "Creo en lo que hago, hay que revisar lo que hago mal, pero seré fiel a mi libreto. El fútbol te termina premiando", resumió el técnico argentino tras el descalabro ante el Getafe, que empató y casi gana en San Mamés. "Me siento seguro de la gente y del lugar donde trabajo. Lo hace diferente. Me ofrecen esa confianza y la turbulencias son pruebas, no límites", añadía Berizzo, que lanza que "el ganar no lo explica todo, y soy el primero que quiero ganar, pero quiero ganar a mi manera, no de cualquier manera", narró pese a encadenar doce jornadas sin vencer que está penalizado seriamente al equipo. Berizzo no se plantea un cambio de guión: "No tengo la receta de que si jugamos de otra manera podamos ganar. Tener posesión es usar la pelota que debemos". No se traza límites: "Quisiera que el equipo reaccione y redondeemos una actuación sólida. El miércoles (en Copa ente el Huesca) tenemos otra oportunidad y toda la gama de juego para hacerla bien". Berizzo lamentaba que ante el Getafe "en la segunda parte nos desordenamos y en los últimos minutos tuvieron ocasiones. Lo paradójico es que con ventaja nos desordenamos y dejamos espacios en el centro del campo. En el desorden no se vive bien", deslizó después de "ponerte en ventaja, que lo logramos, que es lo más difícil ante el Getafe. El partido de ida y vuelta no nos favorecía, el rival creció. Hay que reforzar eso, la confianza se ve afectada por el resultada y te sientes inestable". La afición pareció indiferente en el tramo final: "No le sentía así, sentí que nos impulsó y se vio sorprendido por que el partido se nos escapaba. Sufrimos lesiones por las que no pudimos reforzar el equipo". Sobre el tema Ganea, ausente en el campo pese a la lesión de Balenziaga: "La intención de poner a Peru era por el juego aéreo defensivo, y sin Balenziaga preferí a Peru; es la razón y en ataque marcó". Sobre la expulsión de su preparador físico, Pablo Fernández: "Se habrán dicho algo y enojado mutuamente" y se avergüenza de los acontecimientos del River-Boca. Bordalás se chivó: "Dijo que iba a arrancar la cabeza a alguien". Javier Beltrán

Bordalás: "No entiendo por qué el VAR no concedió penalti"

El entrenador del Getafe CF, José Bordalás, consideró "justo" el empate logrado por su equipo en San Mamés frente al Athletic Club en un encuentro del que acabó "contento" por la mejoría de sus jugadores según se fue desarrollando el encuentro. "Creo que hemos ido mejorando en el transcurso del partido. El Athletic empezó muy fuerte y fue dominador territorial y en algunos momentos estuvimos sometidos, pero en el segundo tiempo tuvimos otra cara. Seguimos creciendo y poco antes del gol del Athletic estábamos bastante cómodos en el campo", explicó. Bordalás añadió que "después de la falta absurda de Antúnes" que acabó en el 1-0 marcado por Peru Nolaskoain el Getafe "siguió creyendo" hasta lograr el empate a través de Jaime Mata. El técnico del conjunto azulón añadió que sus futbolistas le comentaron al finalizar el partido que la acción entre Iñigo Martínez y Mata dentro del área local en la última jugada del partido "fue penalti claro". "No entiendo por qué el VAR no concedió penalti, como hace 15 días nos pasó a nosotros", se quejó. También ofreció su versión Bordalás sobre la discusión entre Pablo Fernández y miembros de su banquillo que le costaron la expulsión al preparador físico del Athletic. "No ha pasado nada. Ha habido una falta de clara de Muniain a Mauro (Arambarri). Se protestó, salieron del banquillo y él vino hacia nosotros haciendo comentarios como que iba a arrancar la cabeza a alguien. Una falta de respeto", lamentó.