NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

REAL ZARAGOZA

“El apoyo de la afición me ha dado fuerzas para seguir y estar motivado al 100%”

Álex Muñoz, que apunta a titular en el Nou Estadi, desapareció del once tras un buen inicio de curso. Asegura respetar la decisión de Idiákez a pesar de no recibir ninguna explicación, se siente agradecido por el cariño de la afición y considera que hay plantilla para estar más arriba.

Actualizado a
Álex Muñoz.
ALFONSO REYESDIARIO AS

—¿Cómo está el ánimo del vestuario?

—Estamos un poco tocados porque es una dinámica bastante negativa, pero sabemos, y de hecho lo hemos demostrado, que podemos hacer buenos partidos y yo creo que con una victoria, que esperemos que llegue mañana, todo va a cambiar.

—¿Pesa más el hecho de encadenar ocho jornadas sin ganar o haber entrado por primera vez en descenso?

—Las ocho jornadas sin ganar. Tres, cuatro como máximo, puedes tolerarlo, pero cuando llevas ocho pesa un poco más. Confiamos plenamente en este vestuario y creo que tenemos la capacidad para darle la vuelta a la situación cuanto antes.

—¿Qué le ha pasado al equipo tras un buen comienzo?

—Es una buena pregunta porque realmente una explicación en sí tampoco tiene, ya que hicimos unas buenas primeras jornadas, pero después de Oviedo empezamos a sufrir derrotas y es cierto que cuando llevas dos o tres encuentros regulares, pierdes un poco de confianza y por eso creo que nos está costando ahora un poco más.

—Jugadores y cuerpo técnico tuvieron el miércoles una reunión en la cafetería de la Ciudad Deportiva antes del entrenamiento. ¿Qué se comentó?

—Simplemente que tenemos que creer y tener mucha confianza en lo que hacemos y que aunque es cierto que tenemos una gran responsabilidad, debemos evadirnos de lo de fuera y estar concentrados al 100% en cada entrenamiento y en cada partido para dar el máximo y sacar esto adelante.

—¿Y cuáles pueden ser las claves en lo futbolístico para revertir esta situación?

—Está claro que si estamos ahí abajo es porque hemos hecho cosas mal. Tenemos que evitar el mayor número de errores porque nos han penalizado mucho hasta ahora y tanto en defensa como en ataque debemos mejorar. Arriba hay que crear más ocasiones y ser eficaces y atrás debemos no cometer errores y dejarle muy poco margen al rival.

—¿Cuando fichó en verano por el Real Zaragoza esperar estar a estas alturas ahí abajo?

—Obviamente no, ya que la inercia del pasado curso era muy buena. Es verdad que cada temporada es un mundo, pero yo veía y sigo viendo plantilla para estar mucho más arriba. Por circunstancias ahora estamos ahí y tenemos que centrarnos únicamente en esto. No podemos pensar en nada más allá, ya que cada partido es una final y debemos sacarlo adelante desde ya.

—¿Cuesta mucho cambiar el chip para luchar por salir de ahí abajo?

—Sabemos que en Segunda encadenas una buena o una mala racha y estás arriba o abajo. Hay mucha igualdad y cada partido es muy complicado. Es verdad que no esperábamos estar así, pero la realidad es ésta y hay que afrontarla como tal. Debemos aceptar nuestros errores y corregirlos lo antes posibles.

—¿Lo de mañana se ha convertido en una final ante un rival directo para salir de abajo?

—Sí. Realmente quedan treinta jornadas, pero hay que saber que nos la estamos jugando, con la responsabilidad que conlleva, aunque sin pasarse porque si no, no podremos hacer las cosas que queremos. La clave es estar concentrados al 100% en cada acción.

—El Nástic también cambió de entrenador y puso a Enrique Martín en el banquillo. ¿Qué rival esperan?

—Sabemos que va a ser un campo muy difícil y un rival que también se está jugando mucho. Va a ser un partido complicado, pero da igual que nos enfrentemos al Nástic o a un equipo de los de arriba. Hay que afrontarlo como un partido muy importante para cambiar esta dinámica, que ya es bastante dura.

—¿Y Lucas Alcaraz qué les está pidiendo a ustedes?

—Llevamos poco tiempo, pero todos estamos de acuerdo en que debemos ser un equipo compacto y no cometer errores. A partir de ahí, el equipo cogerá confianza y empezaremos a creer otra vez.

—En los últimos días hay mucho debate en torno al rombo. ¿Usted qué opina?

—Se está dando mucha importancia al sistema porque no sacamos los resultados, pero al final son los once jugadores que salen, con un sistema u otro. Lo que tenemos que hacer es dar el máximo cada uno, subir el nivel todos y a partir de ahí creo que el sistema quedará en un segundo plano.

—¿Qué diferencias ve respecto a Imanol Idiákez?

—Idiákez era un entrenador con otro tipo de filosofía, al que le gustaba tener mucho más el balón, incluso en campo propio. A Lucas Alcaraz también le gusta tener el balón lo máximo posible, pero en estas circunstancias el equipo no está en ese nivel de confianza que se necesita para tener tanto el balón y arriesgar en algunos espacios. Estamos trabajando con balón o sin balón las cosas que hay que corregir para ser eficaces en las dos áreas.

—¿Idiákez le dio alguna explicación de por qué dejó de jugar?

—Ninguna. Yo lo respeté y seguí entrenando lo mejor posible para estar preparado cuando me llegara la oportunidad.

—¿Pero no se siente cierta impotencia cuando uno está jugando bien y sin ninguna explicación sale del once e incluso de la convocatoria?

—Está claro que a un jugador siempre le gusta jugar y cuando no te ponen después de haber hecho buenos partidos es posible que sí que fastidie un poco, pero esto es fútbol y hay que estar preparado para todo. No queda otra que seguir entrenando a tope para que cuando me llegue la oportunidad, aprovecharla.

—¿Cómo lo pasó usted durante esas semanas en las que no jugó? ¿Sintió el cariño de la afición?

—Tengo que destacar que siempre he sentido el apoyo de la afición desde que llegué y eso, sinceramente, me ha dado fuerzas para seguir y estar motivado al 100%.

—Usted tiene todas las papeletas de regresar al once mañana tras la lesión de Grippo.

—Grippo es un jugador importante, una gran persona y nos va a perjudicar en ese aspecto, ya que nos ayudaba mucho en todo y estaba comprometido al 100%. Es cierto que juega en mi posición y si el míster lo considera oportuno, yo estoy preparado para dar el 100% por este equipo.

—¿Cómo va su adaptación a la ciudad?

—Muy buena, ya que desde que llegué recibí el apoyo y el cariño de la afición. La gente que he conocido es muy servicial y entregada y la verdad es que te lo pone todo muy fácil. Estoy muy contento de estar aquí.

Álex Muñoz, estudiante de Medicina además de futbolista, sentado en las escaleras del interior del Paraninfo.
Ampliar
Álex Muñoz, estudiante de Medicina además de futbolista, sentado en las escaleras del interior del Paraninfo.ALFONSO REYES

—¿Y qué tal la Facultad de Medicina?

—Hace una semana que cerré la matrícula, he ido ya un par de días a clase y estoy contento de conocer ya a los compañeros para seguir aquí en Zaragoza con mis estudios de Medicina. Me quedan unas diez o doce asignaturas para terminar la carrera y a ver si de aquí a un par de años puedo terminarla ya y apartarla un poco.

—Hasta que cuelgue las botas...

—En el futuro nunca se sabe, pero cuando me retire lógicamente me gustaría ejercer, ya fuera en traumatología o como médico deportivo. Me gustaría seguir relacionado con el mundo del fútbol.

—¿Cómo se compagina ser futbolista con estudiar Medicina?

—Obviamente se requiere mucho esfuerzo y sacrificio, pero la ventaja que tengo es que desde que empecé no me he dejado ningún año sabático, ya que si dejas la carrera, después sí que cuesta retomarla. Al no haberla dejado he seguido con la inercia y estoy enganchado.

—Supongo que la pasión por el fútbol le llegaría antes que por la medicina…

—Así es. Yo llevo jugando al fútbol desde los seis años y la verdad es que hay que sacrificarse mucho también para llegar al fútbol profesional. Estoy contento de haber llegado hasta aquí, pero un jugador siempre tiene que ser ambicioso y seguir creciendo.

—¿Recuerda cuándo le regalaron su primer balón?

—Creo que fue en una Navidad, con siete u ocho años. Bajaba a la urbanización con los amigos y jugábamos unas pachanguitas. Lo recuerdo como una época muy feliz.

—¿Quién era su ídolo de pequeño?

—De niño veía partidos, pero ya fue en la adolescencia cuando me fijaba más en jugadores profesionales. Y ahora me sigo fijando en Varane, Laporte y centrales de ese corte, que son los que me gustan.

—¿En qué equipo empezó a jugar?

—Yo soy de San Juan, un pueblo de Alicante, que está pegado a otro pueblo que se llama Mutxamell, que estaba muy cerca de mi casa, y empecé en su cantera. Ahí estuve más o menos hasta los diez años y después me fichó el Alicante, donde jugué hasta que desapareció por motivos económicos. Con quince años aproximadamente firmé con el Hércules y ahí pase por cedetes y juveniles hasta llegar al primer equipo.

—Con el que debutó con tan solo 18 años…

—Así es, en Segunda División. Estaba Mandiá de entrenador y el rival fue el Barcelona B. A la temporada siguiente el Hércules descendió a Segunda B. Yo realmente estaba con el filial y únicamente jugué cinco partidos y ya en Segunda B tuve ficha del primer equipo y estuve dos temporadas. Entonces aún jugaba como lateral izquierdo y fue Pacheta, el actual entrenador del Elche, el que me reconvirtió en central. Se portó fenomenal conmigo y le mando un fuerte abrazo. Esas dos temporadas estuvimos a punto de ascender, jugando el playoff en ambas. Guardo grandes recuerdos de compañeros y de vivencias allí porque es el equipo de tu ciudad, pero no tuvimos la suerte de ascender y yo tuve la oportunidad de salir fuera para jugar en Segunda con otro equipo.

—De hecho, su fichaje por el Sevilla Atlético le permitió saldar al Hércules su deuda con la Agencia Tributaria, ¿verdad?

—Mi salida también benefició al club, que económicamente estaba regular. Fue un traspaso y al Sevilla también le agradezco su interés. Me llamó Monchi, que puso mucho de su parte para que ficharme, y la verdad es que estoy muy orgulloso de haber estado allí.

—¿Qué balance hace de sus dos años en el Sevilla Atlético?

—Cuando un filial compite en Segunda contra equipos tan exigentes, la juventud se nota. En la primera temporada hicimos un buen año, pero en la segunda se fueron varios jugadores importantes y sufrimos bastante. Al final te quedas con lo positivo y con la experiencia de la Segunda División, de haber disputado bastantes partidos y seguir creciendo.

—¿Cuándo se puso en contacto con usted el Real Zaragoza?

—Cuando yo estaba en la pretemporada del primer equipo del Sevilla. Estábamos de concentración y mi agente me llamó para decirme que el Real Zaragoza estaba bastante interesado en mi fichaje. Al día siguiente me llamó Lalo, hablé con él y desde que mi agente me dio la noticia yo quería venir a este gran club, ya que había jugado aquí como visitante y lo que se respira aquí es diferente a cualquier otro club de Segunda División.

—Tanto antes como después de ser presentado en La Romareda, ¿habló mucho con Marc Gual sobre la posibilidad de coincidir los dos aquí?

—El Real Zaragoza tenía interés en Marc Gual bastante antes del verano y él tenía muy claro que quería venir a jugar aquí. Lo mío surgió un poco después, así que a pesar de que yo vine antes, seguía en contacto con él y sabía que acabaría aquí también.

—Usted que conoce muy bien a Marc Gual, no tendrá ninguna duda de que acabará metiendo muchos goles, ¿verdad?

—Yo confío mucho en él porque es un gran jugador. Es cierto que los delanteros tienen sus propias dinámicas, pero yo sé que él es muy constante, va a insistir mucho y ojalá que podamos ver muchos goles suyos.

—Desde la temporada pasada se ha destacado el buen ambiente que se respira en el vestuario. ¿En la dinámica actual aún cobra más importancia permanecer unidos?

—Sabemos que ésa es una de las claves. En este momento tenemos que estar más juntos que nunca, apoyarnos en el compañero y ser positivos y mentalmente muy fuertes de cara a estos partidos que vienen porque nos jugamos mucho.

—Hasta ahora la unión entre el equipo y la afición había sido muy fuerte, pero en el último partido ya se produjeron las primeras pequeñas grietas.

—Estoy de acuerdo con Cristian Álvarez en que los primeros encargados en cambiar eso somos los jugadores. La afición que tenemos es muy grande y nos apoya siempre, así que no podemos recriminarles nada. Entiendo perfectamente que tras ocho partidos sin ganar, después de las expectativas que se habían creado, estén un poco fastidiados, pero vamos a matarnos para darle la vuelta a esto. Yo estoy convencido de que con una victoria esta dinámica va a cambiar y con poco que le demos, esta afición se va a volcar. En ese aspecto estamos tranquilos de que va a volver a existir esa conexión.

—¿Usted cómo vivió esos primeros recibimientos?

—Me habían hablado de ello y sinceramente me sorprendió porque esto no pasa ni en algunos clubes de Primera División. Somos conscientes de la gran afición que tenemos y somos nosotros los que debemos cambiar esos pitos por aplausos con nuestras actuaciones dentro del campo.

—Usted firmó por tres temporadas. ¿Se ve ascendiendo con el Real Zaragoza?

—Es una pregunta a largo plazo porque no estamos ahora como para hablar del ascenso. Por supuesto que me haría mucha ilusión, ya que sería un sueño hecho realidad, pero ahora mismo hay que centrarse en el presente y ganar partidos para salir de ahí abajo.