El Granada asalta La Romareda y se coloca líder
Octava jornada sin ganar del Real Zaragoza, un equipo desquiciado que cae al descenso. Fede Vico y Vadillo marcaron los goles del Granada. Alberto Benito se autoexpulsó.
Un Granada en estado de gracia asaltó La Romareda, se encaramó al liderato de la Segunda División y agravó todavía más la crisis del Real Zaragoza, que es ahora mismo un puro caos, un equipo desquiciado e incapaz de ganarle a nadie. Un equipo que tiene muy mala pinta. Fue la noche triunfal de Vadillo, que marcó un gol de bandera y fue un ejecutor brillantísimo de la victoria nazarí.
Si el Granada marcha embalado, el Real Zaragoza sigue sin reaccionar. Empezó el partido en posición de descenso, lo que multiplicó sus nervios y sus urgencias, y, pese al relevo de Idiákez por Lucas Alcaraz, su caída libre parece no tener fin. Suma ya ocho jornadas sin ganar y ya está entre los cuatro que descenderían a Segunda B.
El Granada, como todos los visitantes de La Romareda, jugó de inicio a que el Zaragoza se equivocara y no tardó en obtener premio. Una pérdida de Zapater propició un disparo envenenado de Vadillo. Y apenas tres minutos después, en el 16', Cristian Álvarez despejó con apuros un nuevo cañonazo de Vadillo y Fede Vico, con toda la defensa parada, aprovechó el rechace y batió al portero argentino con un zurdazo junto al poste.
El 0-1 elevó todavía más la necesidad del Zaragoza, mientras el Granada, templado y seguro, administró con suficiencia y con el balón su ventaja, y desarticuló fácilmente la reacción del equipo aragonés, que se quedó en un tiro desde la frontal del área de Pombo que Rui Silva mandó a córner.
Diez minutos después, Vadillo, en noche de plena inspiración, dejó sentados a Grippo y a Benito en la banda y pudo haber sentenciado el partido ante Cristian Álvarez. En esa acción se lesionó el suizo Grippo en la rodilla, lo que obligó a Lucas Alcaraz a dar entrada a Álex Muñoz.
Pero nada cambió en el Zaragoza, incapaz de generar juego y peligro, y siempre muy vulnerable en su defensa. En el minuto 35, Verdasca cortó con la mano dentro del área un centro de Montoro, pero Vicandi Garrido consideró involuntaria la acción. El Zaragoza se salvó por segunda vez de la sentencia, pero tres minutos después, tras una falta con tarjeta de Benito, Vadillo firmó el 0-2 con un gol maravilloso de tiro libre. Y para ponerlo todo más cuesta arriba, Benito, desquiciado, se fue a la calle en el 43' por una nueva falta de tarjeta. Una autoexpulsión de libro.
Alcaraz recompuso líneas tras el descanso sacrificando al mediapunta Buff y dando entrada a Delmás en el lateral derecho. Y el Zaragoza lo intentó un cuarto de hora, con Pombo y Marc Gual muy activos en su ataque. Pero el Granada, aun sin la comodidad de la primera parte, capeó sin problemas el temporal y se dedicó a que el reloj corriera veloz hacia el final.
En el tramo final del encuentro, Diego Martínez dio entrada al argentino Nico Aguirre, a Alberto y al colombiano Adrián Ramos para refrescar a su equipo y asegurar un triunfo incontestable que le encarama a lo más alto de la clasificación. Su candidatura al ascenso nadie puede discutirla. Todo lo contrario que la del Real Zaragoza, que la próxima jornada visita al colista en un partido que es una primera final por la permanencia.