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ESPANYOL

La vida defendiendo a 40 metros de la portería

Naldo, Dídac y Pipa explican las características de la defensa para jugar tan adelantada, una fórmula opuesta a la anterior en el Espanyol.

La vida defendiendo a 40 metros de la portería
GORKA LEIZADIARIO AS

En los tres partidos que ha disputado el Espanyol, suficientes para establecer un patrón de juego, la línea defensiva ha vivido muy cerca de mediocampo, incluso la posición media de los laterales sobrepasa la línea medular. Una de las diferencias abismales con respecto al curso anterior. El Espanyol, como todos los equipos, pretende estar junto cuando no tiene el balón. Quique Sánchez Flores optaba por replegar el equipo en campo propio, mientras que Rubi apuesta por mantenerlo en campo rival (casi) siempre. Una variación que modifica los comportamientos de los jugadores.

"Es importante la coordinación con el compañero. Y sobre todo hay que fijarse si el otro equipo tiene el balón de espalda o por el contrario está en posición dar un pase a nuestra espalda", comentó Dídac Vilà, que destaca que "el trabajo en bloque facilita la faena". Hasta ahora titular en todos los partidos, tiene claro que con compenetración se puede ser igual de efectivo. Naldo destaca que al final el equipo está junto, da igual dónde se coloque, y que la concentración debe ser la misma. "Estamos más cerca de la portería rival. Las líneas deben estar juntas y atentas. Cuando ponen balones a la espalda debemos estar pendientes. Estamos compactos con mediocampo y ataque, y eso es lo bueno si recuperamos el balón", comenta.

Para el central brasileño, quien aún no ha debutado en una convocatoria, esta situación es nueva, pero considera que el equipo está igual de protegido pese a defender tan arriba. "No estamos desprotegidos. Entrenamos de una manera que si el balón está descubierto, tenemos que dar un paso atrás. Hay que estar siempre preocupados por sus delanteros. No tenemos una presión extra por estar tan lejos de la meta", soslayó.

Solo hay seis equipos que han recibido menos goles que el Espanyol (3) en estas jornadas, lo que refuerza de momento el buen funcionamiento colectivo de la idea de Rubi. Uno de los jugadores a quien le resulta familiar esta propuesta es a Pipa, quien el curso pasado con el filial ya jugaba de una manera similar. "La clave es la coordinación, saber a quién dejas atrás en los duelos individuales y tener muy claras las vigilancias defensivas", explica, mientras desentraña cómo los laterales tienen que estar pendientes siempre el uno del otro. "Hay que escoger el momento para subir. No podemos estar los dos estirados, porque si no dejas un dos contra dos, y hay mucho espacio para que nos puedan hacer daño. Uno sube y el otro se queda en vigilancia, este concepto es muy importante".

La defensa está obligada a interpretar las situaciones, con el pequeño margen de error que da defender tan arriba. Así es su vida a 40 metros de su portería.

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