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LIGA SANTANDER

El Barça arrebata a 8 jugadores de la cantera del Espanyol

Del otro lado, el Espanyol respeta y no contrata: tiene ahora a siete ex azulgrana a quienes le dieron la baja o querían irse.

El Barça arrebata a 8 jugadores de la cantera del Espanyol
GORKA LEIZADIARIO AS

Este verano, y como viene siendo habitual desde que Espanyol y Barcelona cuentan con dos potentes canteras, ha habido movimiento de jugadores de todas las edades de Sant Adrià a Sant Joan Despí y vicecersa. En total, ocho jóvenes blanquiazules visten esta temporada la azulgrana, mientras que siete pasaron de esos colores a los del club perico. Un viaje desigual, pues cada club aplica unos modos distintos. 

El Barcelona inició tarde la configuración de sus plantillas y decidió ir a pescar en la Ciudad Deportiva. En concreto, se llevó a cuatro jugadores de fútbol-7 (menores de 12 años) y otros cuatro de categoría juvenil y cadete, por los que tuvo que pagar una compensación en concepto de derechos de formación, como estipula el reglamento. A diferencia de lo que ocurre en Madrid, donde Atlético y Real firmaron un pacto de no agresión, aquí el club azulgrana no tiene inconveniente en fichar en Sant Adrià. 

El Espanyol ha decidido “no contratar a ningún jugador de fútbol base que milite en otro club de Primera”, en palabras del coordinador, Fran Navarro. Su mercado se centra principalmente en Cataluña (“a no ser que salga una oportunidad”), ya que “no recuerdo ahora un jugador que llegara al Espanyol recientemente de un club de Primera que no estuviera en Cataluña y alcanzase luego la máxima categoría con nuestro primer equipo. El único puede ser Rubén Duarte, aunque el Almería quizás no estaba todavía en Primera”, desliza Navarro. 

Es por eso que los siete jugadores que han venido al Espanyol procedentes del Barcelona lo han hecho porque querían salir del club azulgrana o porque no contaban. El club blanquiazul intenta que, poco a poco, sus jugadores den rendimiento, “con talento y entrenamiento, multiplicado por la actitud”, comentó. “Y esto lo trabajamos con nuestros ojeadores, que captan el talento; luego creamos una identidad gracias a nuestra metolodogía; el entrenamiento es el proceso que seguimos y también cuidamos el entorno, que son los padres. Estas son nuestras patas”, comentó Navarro.