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REAL SOCIEDAD

La lesión de Merquelanz dejó hundido al vestuario de la Real

El alcance definitivo de la dolencia de rodilla derecha no se conocerá hasta el lunes, porque sigue aún muy inflamada, pero se teme que sea grave.

San SebastiánActualizado a
Merquelanz es retirado en camilla de Ipurua.
EFE

La lesión de Martín Merquelanz fue el principio del fin de la Real Sociedad en Ipurua. El joven jugador de la cantera de Zubieta debutaba en Primera División después de superar una grave lesión de rodilla la pasada temporada, que le dejó de baja durante más de seis meses. Es uno de los jugadores más prometedores que ha dado la cantera realista en los últimos años, pero su sueño duró sólo tres minutos y se tornó en pesadilla.

Había cierta emotividad al verle salta al césped, muchos de sus compañeros esbozaron una sonrisa cómplice cuando pasó por delante del banquillo realista. Por eso cuando ocurrió su grave lesión, los jugadores de la Real se quedaron hundidos. Por ahora, no se conoce el alcance definitivo de la lesión que sufrió. Hasta el lunes por la mañana no le podrán hacer las pruebas complementarias, porque la rodilla sigue muy inflamada, pero las previsiones no son positivas, aunque se desea que no sea finalmente algo tan grave como lo presumiblemente de inicio se temen.

De pronto, después de evitar la entrada de Ruben Peña, al pisar con su pierna derecha, caía al suelo lesionado y empezaba a hacer gestos de dolor y a pegar con su mano en el suelo, con gestos evidentes de rabia. Se había dado cuenta de que le podía pasar lo mismo que hace unos meses atrás en la otra rodilla, la izquierda. El vestuario de la Real se quedó helado, la cara de sus compañeros que fueron a interesarse en el césped por su estado tenían la cara desencajada. No se podían creer lo que le había pasado a su joven compañero. Se había vuelto a romper la rodilla, Justo en el día de su estreno como jugador de Primera, justo a los tres minutos de salir. “La sensación que ha tenido es la de la rotura de ligamento cruzado de su otra rodilla”, decía con cara de preocupación su entrenador, Asier Garitano, que añadía. “Lo he sacado porque sentía que con él podíamos ir a por el partido, que estábamos mejor”.

La Real quedó muy tocada por la lesión de Merquelanz y todo el contexto de la misma, y tuvo que jugar con diez jugadores los últimos minutos al haber agotado los cambios Garitano. Lo acusó y recibió el gol de la derrota. Lo que pasó después en el interior del vestuario fue lo más parecido a un drama. Con la preocupación del estado de salud de Merquelanz, había jugadores que estaban medio llorando, otros gritaban de rabia y otros ni siquiera decían nada. Todos arropando a Merquelanz, que era observado con tristeza por el médico de la Real, Javier Barreda.

Nadie se creía la mala suerte y lo injusto del fútbol con el irundarra. Estaban literalmente hundidos. Algunos se escudaron en el cariño de sus familiares, que habían acudido a Ipurua, pero ni con eso levantaban el ánimo. “Es que tuvo una recuperación modélica de su grave lesión de rodilla anterior; genéticamente es muy fuerte y lo podrá superar, y mentalmente es un tío muy positivo y bien hecho, pero es muy duro que el día más feliz de tu carrera pase a ser el más triste”, decía un miembro del cuerpo técnico que el año pasado vivió muy de cerca su anterior recuperación.