El Depor empieza a creer en el milagro de la salvación
Cinco goles en un partido loco en San Mamés y el Athletic se despide de Europa. Doblete de Adrián.
El Depor vuelve a la vida. Ordenado, con Adrián como monarca absoluto del área hasta el descanso (primera vez que encadena dos dobletes en su largo historial) y Lucas haciendo diabluras, más una pizarra mágica de Seedorf, nadie se explicaba en Bilbao cómo este equipo puede andar tan deprimido y en la sala de espera a Segunda. El histórico exjugador le ganó de saque la partida a Ziganda: mantuvo a tres descolgados arriba y hundió a la defensa bilbaína, que esbozó un esquema muy partido con el medio campo. Es verdad que el técnico holandés estaba cosechando resultados tan malos como sus antecesores en el puesto, pero el fútbol ya venía infundiendo sospechas. Lo que pasa es que fue fichado para resultados ya, no para retórica momentánea que condujese a un mejor futuro. Y ahora sí que está en esas. Su libreto permaneció inamovible durante la parte más importante del compromiso: sacaban el balón en corto y cuando recibían un córner en contra dejaban a dos en vanguardia. Un tipo alegre que contagia. Un Depor ordenado atacando y desplegándose.
Con el buen montaje de los blanquiazules y Adrián al gatillo, todos los demás pusieron de su parte. El coro deportivista tuvo fases de fútbol atronador, vertiginoso, preciso y precioso. San Mamés recordó su pesadilla habitual tras dos buenos partidos del Athletic y empezó a pitar en el minuto ocho. Y todo por la salida febril del rival supuestamente menor. La pizarra de Seedorf empezó sus alardes con un córner sacado por Lucas; intermedió Schär y remachó Adrián. La defensa del Athletic no era nada agresiva y daba vía libre a semejante invasión gallega. Parecía desentenderse de su única esperanza: la selectividad hacia la Europa League. El 0-2 fue una obra de arte: saque de banda, Lucas, un auténtico diablo vestido de blanco y azul en la velada bilbaína, dio un taconazo para Krohn-Dehli, que se la devolvió y el jugador del Arsenal, sin ninguna vigilancia en varios metros a la redonda, cambió la orientación al otro lado para que Borges completase el tiqui-taca con asistencia a Adrián. A la media hora el Athletic tuvo mejor postura con balón, pero le faltaba llegar con más gente a zonas de remate.
La primera parte concluyó con nueva exhibición visitante, con contras lanzadas por un lado y búsqueda por dentro para hallar el costado contrario. Y con una bronca tremenda del respetable y la algarabía de la afición gallega. Antes en un balón largo desde la defensa Lucas se encontró en una galopada con un Arrizabalaga que paró la pelota con la mano fuera del área. El árbitro no lo vio (le tendría que haber echado y se habría perdido el morbo del Bernabéu) e Iñigo Martínez salvó como un tarzán un gol cantado. Ziganda sacó tras el descanso a Aduriz y el Athletic fue un cohete, aunque a veces Williams, el que le marca la brújula ofensiva, es tan rápido que no da tiempo a que lleguen socios zonas de remate. Metió un gol vía córner y le tacharon otro por empujón de Raúl a Albentosa, una jugada con cierto aire al famoso penalti a Lucas Vázquez en el Madrid-Juve, aunque con los papeles invertidos. El Depor hizo el 1-3 con un pase precioso de Lucas al joven Borja Valle.
Aritz obraba la reacción: aguantaba la pelota, metía en cintura a los centrales y los mediocentros podían apretar más arriba. La locura se instaló en el coliseo bilbaíno con un gol olímpico de Susaeta (aunque Raúl García empujó en falta de ataque a Valle). Es un experto en estas lides:hizo uno hace cuatro años y desde entonces no se había visto otro en LaLiga. Muniain entró para unos minutos en los que participó mucho del juego y Raúl García bajó al medio campo para organizar las maniobras junto con San José. Al Depor se le vinieron encima los fantasmas. Fue valiente en el descorche pero en la última media hora tenía que defender semejante botín. Rubén se puso la capa de supermán para salvar tres puntos que animan al Depor, que acabó con la lengua fuera, a salir de la tumba. Al fin y al cabo para algo habrá ganado donde solo lo hicieron dos equipos este año. Emocionante corro al final con Seedorf. Dos victorias seguidas por primera vez desde noviembre de 2015. Esta gente cree.
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