Mundial

Los éxitos de México en categorías inferiores -ganó Mundiales Sub-17 y hasta los JJ OO de Londres en 2012- hacen presagiar que la brillante generación que ahora mismo está instalada en el Tri debe dar algún día el salto de calidad al equipo. Los problemas para clasificarse a anteriores Mundiales y la poca competitividad luego a la hora de la verdad aún dibujan un panorama de cierta duda en torno a los mexicanos.

La federación quiso zanjar todas estas interrogantes contratando a un técnico con las ideas muy claras, el colombiano Osorio, que con su fútbol atrevido y vistoso logró la clasificación más tranquila de los últimos años.

ALINEACIÓN DE MÉXICO

México domina la CONCACAF y no tuvo problemas para clasificarse para Rusia, pero sus apasionados hinchas quieren más. Quieren que México por fin pelee con los más grandes y esté entre los mejores de la fase final. Quieren que todo el caudal de talentos más jóvenes (Corona, Raul Jiménez, Lozano...) que ya son fijos en la selección hagan mejorar aún más al resto, también brillantes.

Quieren que aquellos veteranos (Márquez, Guardado...) se despidan del Tri con un sabor dulce, siendo protagonistas de un Mundial y alcancen cotas que jamás se obtuvieron como unas semifinales. La mejoría del fútbol mexicano y su buen trabajo en la base tiene que traer sus frutos algún día. O eso se piensa. De los equipos meritorios que aspiran con algo más de lo hecho hasta ahora en los Mundiales, México es la que más posibilidades tiene. Toca corroborarlo en Rusia.

Costó al principio que el estilo de posesión y mucho de balón del colombiano Osorio calase entre los hinchas mexicanos. Sin embargo, la consolidación en el equipo de esta filosofía y los resultados cada vez mejores han hecho que ahora mismo sea el líder ideológico de una México que necesita saber su rumbo.

Osorio se lo ha dado, igual que hizo en los anteriores equipos en los que estuvo, hasta el punto de ganarse una fama internacional que le abrió banquillos tan golosos como el mexicano. Una oportunidad que no está desaprovechando. Ahora mismo es uno de los técnicos más frescos, estudiosos y metódicos de cuantas selecciones van a disputar el Mundial.

Lejos de ser el zurdo mediapunta e intermitente de sus primeros años, Guardado ha madurado hacia un centrocampista completísimo, muy bueno en lo táctico, con gran calidad y compromiso defensivo, con experiencia, un futbolista total que lo querría cualquier técnico. Ya es mediocentro y ahí cuajó grandes temporadas en el PSV, antes de regresar a España al Betis.

En la selección ha ganado mucho peso en estos años, hasta el punto de convertirse en una pieza fundamental para todos los entrenadores que ha tenido recientemente. Es probable que esté ante su última oportunidad de jugar un Mundial, por lo que el compromiso es doblemente importante para él.