Mundial

Túnez regresa a una Copa del Mundo después de no haber participado en las dos anteriores. Sí que estuvo en las ediciones de 1998, 2002 y 2006. En ninguna de ellas logró superar la fase de grupos o vencer un partido. Su único triunfo, de hecho, llegó en Argentina 1978 ante México. Por lo tanto, uno de los grandes objetivos de los tunecinos es volver a saborear las mieles del triunfo en una cita mundialista.

La selección del norte de África ha recuperado parte de su esencia de la mano de Maaloul y llega al torneo después de haber superado con nota un grupo integrado por RD Congo, Libia y Guinea. Los tunecinos sumaron cuatro derrotas y dos empates. Aun así, tuvieron que esperar a la última jornada para confirmar el billete a Rusia, muy celebrado en un país que quiere volver a sonreir con su selección.

ALINEACIÓN DE TÚNEZ

En el cuadro tunecino no aparecen grandes estrellas ni jugadores importantes en las grandes ligas europeas. Muchos de ellos participan en la liga local y otros cuantos en el campeonato francés, aunque no en equipos punteros. Por este motivo, el equipo ha basado su éxito en el buen hacer defensivo. En varios de sus partidos se ha podido ver una defensa de cinco jugadores o si no, un doble pivote con clara tendencia conservadora. Túnez defiende bien.

En la parte ofensiva el equipo cuenta con jugadores de talento, capaces de conducir la pelota y dejar detalles técnicos exquisitos. Ahí sobresalen figuras como la de Msakni o Khazri, sobretodo, que se aprovechan del trabajo de Khenissi. La Túnez de siempre ha vuelto.

Nabil Maaloul ha sido el técnico que ha devuelto a Túnez a un Mundial. Quien fuese centrocampista del Hannover entre 1989 y 1991, ha contado con una dilatada carrera en los banquillos de su país natal hasta llegar al conjunto nacional. Fue asistente en la Copa de África de 2004, en la que los tunecinos se proclamaron campeones, y llegó al cargo principal en 2013, aunque sólo resistió siete meses. Esta segunda etapa arrancó en abril de 2017 y por el momento marcha sobre ruedas.

En el momento en el que selló la clasificación, Túnez no conocía la derrota con Maaloul en el banquillo. Su gran objetivo en Rusia será lograr un triunfo y poder hacer historia clasificando a los tunecinos para los octavos de final. Para ello utilizará un sistema defensivo y con poco talento en mediocampo, pero que aprovecha bien cualquier detalle de los partidos. Hacer un buen Mundial sería el broche de oro a su trabajo, que en el fútbol tunecino es muy reconocido.

Varias fantásticas temporadas en el Burdeos le llevaron a ser una de las estrellas de la Ligue 1 y a ser del agrado de varios conjuntos de la Premier, aunque allí fracasó en el Sunderland. En esa nefasta temporada en el fútbol inglés descendió y además dio un rendimiento muy lejos del que se esperaba de él.

Cedido esta temporada en el Rennes ha remontado el vuelo y es la estrella de la selección, especialmente tras la baja por lesión de Msakni. Algo pesado, parte de banda y es potente, aunque necesita estar al cien por cien físicamente.