Mundial

Irán disputará un Mundial por quinta vez en su historia y el segundo de manera consecutiva después de clasificarse al celebrado en Brasil en 2014. Desde esa fecha el conjunto Melli ha mantenido a Carlos Queiroz como seleccionador y un estilo que lo convierte prácticamente en imbatible en Asia, siendo muy riguroso en defensa y rápido al contragolpe. Es un equipo muy difícil de batir y además hace daño al contragolpe.

En el último grupo clasificatorio de la zona asiática acumuló seis victorias y cuatro empates. Desde la defensa, que sólo encajó dos goles –ambos cuando recibió a Siria- en diez encuentros, el equipo basa sus éxitos.

ALINEACIÓN DE IRÁN

La formación utilizada por el técnico portugués suele ser el 4-2-3-1 con mucho trabajo en la medular y el arma del contragolpe como su gran recurso para batir la meta rival. Así hizo verdadero a todos sus rivales en la fase previa y también en los amistosos.

A Irán no le importa conceder la posesión, con un grupo confiado en su buen hacer defensivo, siempre con las líneas bien juntas y con una presión muy trabajada, fruto de los años de confianza en este proyecto. Hace cuatro años logró empatar con Nigeria y puso contra las cuerdas a Argentina. Ahora muchos jugadores volverán a la cita mundialista, mitos como los centrales Hosseini o Montazeri.

No obstante, también se ha producido una clara renovación con jóvenes valores que dan un salto de calidad al equipo. Ese el caso de Azmoun o Pouraliganji. Un buen conjunto que tiene las ideas muy claras y que complicará a sus rivales de grupo. Queiroz ha construido una Irán muy peligrosa y decidida.

No es demasiado habitual que un seleccionador se mantenga en un mismo puesto durante tantos años. Carlos Queiroz tomó las riendas de Irán en 2011 y desde entonces ha formado un bloque digno de admiración. En torno a su figura se trabaja con ahínco la formación desde la base, algo que empieza a reflejarse en clubes y categorías inferiores.

El extécnico del Real Madrid llegará a Rusia con el sueño de superar la fase de grupos, para así mejorar la actuación realizada hace cuatro años. Entonces, en un grupo en el que se toparon con Argentina, dieron la talla y se quedaron fuera con tres resultados muy apretados.

Tras ser eliminado en cuartos de final en la Copa de Asia de 2015 llegó a dejar el cargo, pero días después fue contratado de nuevo y la decisión fue la correcta a la vista del rendimiento que ha conseguido con la selección iraní. No conviene olvidar lo hecho en sus inicios con la Sub-20 de Portugal, a la que llevó a ganar el Mundial.

Parece un futbolista hecho a la medida de la selección iraní. En la fase de clasificación fue autor de 11 goles en 14 partidos y también en los últimos amistosos vio puerta. En el Rubin Kazan ha tenido más problemas, desde luego más de los que tuvo cuando despuntó en el Rostov.

Se trata de un delantero de buena zancada, capaz de fabricar ocasiones por sí mismo y letal cuando goza de espacios. La campaña pasada contó con una destacada actuación en Champions y fue capaz de marcar ante Bayern y Atlético de Madrid.