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366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 26 DE MARZO

Bob Paisley accede a subir la escalera (1983)

Bob Paisley accede a subir la escalera (1983)

Cuando Bill Shankly, el hombre providencial del Liverpool, abandonó el club por sorpresa el 12 de julio de 1972, nadie pensó en el oscuro Bob Paisley como su sucesor. Bob Paisley había sido  jugador del club, un correcto medio derecha, aplicado e industrioso, durante siete temporadas. Cuando se retiró, en 1954, se quedó en el cuerpo técnico del club, trabajando en las secciones inferiores. Al llegar Bill Shankly, pasó a ser su segundo, un segundo sin aspiraciones. Confesor del número uno en el boot room, confidente de algunos jugadores, hombre discreto para limar  asperezas, para quitarle problemas al jefe o para hacerle conocer los graves que necesitaran de su intervención inevitable. Ningún amor por el primer plano. Clásico «hombre de club».

Por eso cuando se marchó Shankly nadie pensó en él más que el propio Shankly. Se habló de varios nombres de importancia: de Tommie Smith, el capitán del equipo; de Ian Saint John,  antiguo jugador del club, entonces mánager en el Motherwell; de Brian Clough, que triunfaba en  el Brighton and Hove Albion; de Jock Stein, el hombre del gran Celtic… Pero fue Bob Paisley, y a su pesar. Nunca nadie se vio tan arrastrado por las circunstancias. Se presentó a los jugadores abrumado. «Lo último que hubiera querido en el mundo era aceptar este cargo», les dijo.  Keegan habló aparte con la plantilla: «Tenemos que ayudarle en lo posible, o nos hundiremos todos». Su primer año transcurrió sin títulos, pero pronto se notó su mano. A Kennedy, que había venido como goleador y no encontraba sitio ante la competencia con Toshack y Keegan, le retrasó al puesto de centrocampista de ataque por la izquierda. Fichó a McDermott y a Phil Neal, que darían gran rendimiento. En su segundo año ganó la Copa de la UEFA y la FA Cup, y de ahí en adelante su carrera fue una cadena de éxitos. El año siguiente ganó la liga y la Copa de Europa. En total, en sus nueve temporadas ganó tres veces la Copa de Europa, seis ligas, una UEFA y una Copa, y fichó para el club, además de a los citados más arriba, a Kenny  Dalglish, Alan Hansen, Graeme Souness e Ian Rush, fichajes todos ellos de enorme éxito y duración. Puede decirse que bajo su mando el club no desmereció un ápice de la época de su mentor, Bill Shankly, sino que incluso fue a más.

Su último partido como mánager fue la final de la Milk Cup, en Wembley, frente al Manchester. (La Milk Cup era como se llamaba por esos años a la Copa de la liga.) Ganó el Liverpool, 2-1,  tras un partido emocionante, con prórroga incluida. Puesto que se trataba de su despedida, los jugadores pidieron a Bob Paisley que hiciera una excepción en su discreta vida, en la que  siempre se mantuvo en segundo plano, y que subiera con ellos a recoger el trofeo. Paisley se negaba. Los 39 escalones que conducían al palco de Wembley eran una exposición excesiva  para él, que siempre pensó que el fútbol es de los futbolistas, no de los entrenadores. Los cariñosos empujones de Souness le impidieron quedarse abajo, y por fin subió, entre una ovación emocionada. Por una vez se hizo una foto con una copa en un palco. La única vez de su vida que consiguieron ponerle en el primer plano.