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Bueno: “Paco me ha lanzado un gran reto: llegar a veinte goles”

Es el hombre de moda al convertirse en el máximo goleador en la historia del Rayo en Primera y el mejor artillero nacional. Llama a las puertas de La Roja y en Europa se lo rifan.

Bueno: “Paco me ha lanzado un gran reto: llegar a veinte goles”

—¿Cómo lleva ser el delantero de moda?

—Estoy contento, pero soy cauto. Ser parte de la historia del Rayo son palabras mayores. En el plano colectivo, el equipo no se conforma. Ojalá culminemos el año con algo grande, Europa, emulando aquella época de Bolo o Cembranos. Los admiro. Ambos me felicitaron.

—Usted está en racha y Leo no ha marcado en 2015...

—Leo está tranquilo. Tiene ganas de marcar, pero su trabajo es fundamental. Pronto hará goles que nos darán puntos.

—Paco le ha puesto un reto...

—Tras el partido me felicitó y me planteó ese pequeño gran récord de llegar a veinte tantos. Aunque aporto más cosas al equipo que el gol.

—Hábleme de Paco.

—Es cercano, va de frente, demuestra mucha personalidad. El Rayo posee una forma de jugar clara y muy nuestra, que va acorde a lo que soy como futbolista. Además, me ha dado continuidad y la importancia en el vestuario que pedía y no encontraba.

—Paco dijo que es jugador de un grande, ¿es ahora o nunca?

—No sé qué pasará en el futuro. Aquí me siento valorado, querido, respetado… ¿Aspirar a un grande? Ojalá, todo el mundo quiere mejorar y progresar.

—La Prensa lusa le sitúa en la órbita del Oporto de Lopetegui.

—Me halaga que hablen de mí, pero no tengo ninguna noticia de que sea verdad.

—Sería un buen regalo de cumpleaños (mañana cumple 27) estar en la lista de Del Bosque.

—Sería un sueño compartir vestuario con esos jugadorazos, representar a España como hice de chiquitito… Si voy sería una noticia excepcional, es la mejor selección del planeta; si no, seguiré trabajando. Al fin y al cabo no se termina el mundo.

—Si un hecho confirmó esa candidatura fue su póquer...

—Fue una locura. Mis amigos y familia me dicen: ‘Chico, esto que has hecho es especial, tienes que estar más efusivo’. Pero me lo tomo con cautela porque el fútbol no tiene memoria. El prestigio se gana y se pierde muy rápido.

—Vimos en El Día Después cómo su hija Lucía le recibía mostrándole cuatro deditos...

—Tengo una niña preciosa que vive muy de cerca lo que le pasa a su papá y dentro de poco seremos otro más porque viene en camino un hermanito. Me centro también en ser el mejor padre del mundo. Lucía es una vallecana más: canta, baila... y cuando marcamos se asusta con los gritos porque aún es chiquitita. Se lo pasa fenomenal en el estadio. Va con la camiseta de su papá y a mí se me cae la baba.

—Uno de los mensajes posteriores fue de Mata.

—Fue mi compañero y somos amigos desde pequeños, le sonríe la vida en Manchester. Me dijo que le sorprendieron los cuatro goles y que ojalá me sigan llegando cosas buenas.

—¿Dónde tiene el balón?

—Está en una estantería en casa para que no se borren las firmas. Guardo trofeos y placas de cuando era pequeño y una camiseta, cada año, del equipo en el que he estado. Además de las que cambio.

—Con su ídolo Ronaldo llegó a compartir entrenamiento...

—Fue una etapa bonita, estuve ocho años en el Madrid y coincidí en el primer equipo con Raúl, Guti, Salgado, Ronaldo… Ronnie era mi ídolo y trabajar con él me hizo sentir lleno.

—Es un apasionado del fútbol, ¿le gustaría ser entrenador?

—Veo todo el fútbol que puedo. Me intento formar con cursos de entrenadores, scouting, me estoy sacando la carrera de INEF… Mi profesión es el fútbol y me tengo que centrar, pero los estudios me pueden venir bien para el futuro.