La selección brasileña viajará esta tarde a Belo Horizonte donde mañana se entrenará para preparar el decisivo partido de cuartos de final ante Chile. Un rival que no gusta nada a los de Scolari, que se temen un partido con cachimba (rudeza, picaresca y pillería) por parte de sus rivales. Los analistas de Scolari consideran que el partido se decidirá en la defensa. A favor de Brasil juega el hecho de la superioridad física de sus zagueros, que cuando se suman al ataque son temibles. En cambio, los defensas de Chile, en una apuesta entre romántica y arriesgada de Sampaoli, son centrocampistas bajitos y aguerridos convertidos en defensas como es el caso de Gary Medel.

David Luiz, un portaaviones en ambas áreas, resumió lo que espera del partido con una frase significativa: “De Chile sólo sé que son bajitos, pero que corren mucho”.

Pero el hecho de que corran mucho también viene a señalar que existe un peligro a la contra. A Scolari le preocupan mucho las incursiones en ataque de los laterales Isla y Mena, que fácilmente pueden coger la espalda de Alves y de Marcelo, como en su día ya hicieron a los croatas (Srna especialmente), mexicanos (Layún) y cameruneses (Nyom). Ante esta amenaza, Scolari medita imitar a Van Gaal, que colocó a Kuyt de falso carrilero y desactivó por completo a Isla.