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SEVILLA 4- VALLADOLID 1

Marin y Gameiro rearman al Sevilla antes de ir a Heliópolis

Rakitic, dos goles del francés y Diogo rehabilitaron al Sevilla ante un Valladolid flojo que sólo hizo el gol de honor con Javi Guerra y sigue en descenso.

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Marin y Gameiro rearman al Sevilla antes de ir a Heliópolis
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Era una tarde rara y con trampa para el Sevilla, amargado por su derrota en el derbi y, de nuevo, con dudas razonables sobre su plan de juego. Su respuesta, sin embargo, fue de equipo maduro y su victoria le asienta en zona europea. Emery oxigenó a su tropa. Eran necesarias caras nuevas y jugadores sin fantasmas acumulados del jueves. Uno de ellos fue Marko Marin, que después de estar casi todo el curso en la enfermería apareció como uno de esos duendes revoltosos y le arregló la tarde a su equipo. Marin hizo exactamente lo que se le pide. Aparecer en zonas intermedias, alborotar en el área rival y hacer de su habilidad con el balón un arma peligrosa, no un camino a ninguna parte.

Así, el alemán provocó un penalti inocente pero claro de Sastre que Rakitic transformó con galones y frialdad a pesar de que ya había fallado tres en el curso. Esta vez, el croata escogió el centro para batir a Mariño. El gol animó al Sevilla, que jugó minutos de buen fútbol para ponerse en paz con la afición. Reyes se sintió cómodo y se gustó con gestos técnicos de categoría. El 2-0 se cantó tantas veces que terminó por llegar al filo del descanso con un tremendo zapatazo de Gameiro, recambio de Bacca en el once. El francés, fresco y con hambre de fútbol, sólo choca ya con el dibujo del Sevilla. Es posible que para el equilibrio táctico sevillista sea más adecuado jugar con un delantero, pero los estados de forma y la meritocracia también debe servir para algo. La evidencia es que Bacca y Gameiro están para ser titulares juntos. Podría ser el jueves en Heliópolis, donde el Sevilla está obligado a una carga fenomenal sobre el Betis, casi un ejercicio de épica.

En el Sánchez Pizjuán no hubo noticias de los héroes violetas que tumbaron al Barcelona hace una semana. Al Valladolid, en el que JIM mantuvo su apuesta por los delanteros (Manucho estuvo desaparecido y Javi Guerra tímido hasta demasiado tarde) le cogió por sorpresa la personalidad del Sevilla. Su plan, hacer el partido largo para generar nervios en el rival, se fue por la alcantarilla rápido. Apenas inquietó con dos tiros de Óscar y luego recibió más castigo antes del gol del honor de Javi Guerra. El Valladolid sigue en descenso, pésima noticia para JIM.

Volvió a marcar Gameiro, cerró el festival Diogo, y la afición terminó pidiéndole a los jugadores el más difícil todavía. El 0-2 es una obsesión para el Sevilla, que se preparó un festín antes de una semana que medirá su capacidad para la gesta. “Europa sabe de lo que somos capaces”, se leyó en el videomarcador cuando finalizó el partido. Si juega y cree como ante el Valladolid, puede.