Máxima alerta contra los posibles disturbios

Brasil se debate en el dilema de encontrar el punto medio entre garantizar la seguridad de la Copa Confederaciones y no dar una imagen represiva. Una ecuación muy difícil de cuadrar debido a que los incidentes programados para el día de la inauguración están prácticamente asegurados. Aún así, desde el gobierno brasileño se insiste en que "el derecho a la manifestación existe y trataremos de respetarlo al tiempo de asegurar que no afecte a la imagen del país ni al desarrollo de la competición".

Ayer ya se produjeron disturbios ante diversas sedes de la Copa Confederaciones por parte de colectivos que ven en la celebración de esta competición un magnífico altavoz para hacer llegar al mundo sus protestas.

La más espectacular se dio en Brasilia donde una manifestación de 300 personas pertenecientes a Asociación de los Sin Techo quemaron un gran número de neumáticos en el Eje Monumental, vía de acceso al Estadio donde se jugará el primer partido, provocando un humo negro muy visible desde casi toda la ciudad.

En Río, las protestas por el aumento del precio del transporte se celebraron justo delante de Maracaná.