Barcelona | La intrahistoria
Wenger repite con Alex Song el mismo ritual
Arsene Wenger, técnico francés del Arsenal, se siente feliz cuando sabe que el Barcelona llama a la puerta de su vestuario. Sigue manteniendo la estrategia que empleó cuando los culés acudieron entonces a Highbury para contratar a Overmars y Petit. Negar el fichaje, aumentar el precio y salir victorioso del tete a tete con los catalanes.
Con Van Bronkhorst fue gentil (el holandés se había lesionado de gravedad en 2002 y al año siguiente le abrió las puertas del Camp Nou en forma de cesión), pero apretó como nunca en las operaciones de Hleb, Henry (consiguió que se quedase un año más en Londres) y con Cesc Fàbregas, al que hizo capitán del equipo y atornilló en el vestuario durante dos temporadas, tiempo exacto que tardo el centrocampista en poder regresar a su casa.
Con Song la situación es parecida. El Barcelona ofrece 15 millones, mientras que ayer Wenger filtró que desea casi el doble (29) para darle la posibilidad de cambiar el Emirates por el Camp Nou. Eso sí, mientras el Barça pesca en el vestuario profesional, Wenger lo hace en el fútbol base culé: se llevó a Cesc, Mérida, Toral y Bellerín. Casi nada.