Vilanova y el Barça están más lejos de lo que parece

Hoy se cumplen seis semanas desde que Sandro Rosell anunció que el relevo de Pep Guardiola en el banquillo del Barcelona era Tito Vilanova. Todo parecía atado, ligado y listo para ser oficializado una vez el equipo (eliminado de la Champions por Chelsea en semifinales y sin opciones en la Liga al haber perdido ante el Madrid en el Camp Nou), acabase la temporada oficial. Hasta el momento no ha podido ser. Tras semanas de reuniones y encuentros, las posturas entre las dos partes (club y agente del entrenador) están lejísimos, aunque con al esperanza de encontrar un punto que pueda salvar la negociación.

Básicamente el motivo es económico. El representante del técnico, Josep María Orobitg, también es el de Guardiola, considera que la base del nuevo contrato debe comenzar a cimentarse de las cifras que ingresó Vilanova en los últimos años. Entonces, Guardiola, que intercedió por todo su equipo de trabajo, solicitó una base salarial fija que debían trufarse con unos apetecibles bonus en base a los resultados cosechados en las diferentes competiciones (para la próxima temporada, cuatro: Liga, Champions, Copa del Rey y Supercopa de España). Nunca se filtraron las cantidades, pero sí se supo que Tito era el tercer técnico mejor pagado de nuestro país, sólo superado por Jose Mourinho (Madrid) y el propio Guardiola.

Discrepancia.

Así, ahora los gestores del Barcelona pretenden incrementar el fijo del contrato, aunque condicionan las variables al tener que conquistar dos títulos como mínimo, como si eso fuese sencillo.

Con este panorama, el que hasta ahora fue el ayudante de Guardiola en el banquillo del Barça está descansando en L'Escala, un precioso pueblo de la Costa Brava y para la semana próxima tiene prevista comenzar un merecido periodo de vacaciones posiblemente lejos de nuestras fronteras. Y sin firmar su contrato...

Amenazan con tener un plan B

Ante la falta de entendimiento por las dos partes, desde el Barça, incluso, llegaron a avisar a Vilanova que "tenían un plan B con cuatro técnicos esperando una llamada", a lo que Vilanova, siempre en la persona de su representante, especificó que no tendría problema en acogerse a un año sabático y descansar. Pese a todo, tanto Tito como el Barça están obligados a entenderse para comenzar comenzar un proyecto avalado por el equipo.