El Alcorcón sale vivo y con opciones

Partido de poder a poder entre el Hércules y el Alcorcón. Infinitamente mejor el cuadro visitante en la primera mitad y absolutamente superior el local en la segunda. Al final, el empate que firmaron unos y otros a falta de media hora terminó siendo el resultado más justo.

Quiso avasallar el Alcorcón con una presión en todo el campo desde el inicio. Con tanta suerte que, a los 16 segundos, el lateral Ángel se sacó un zapatazo desde la frontal que pilló en frío a Juan Carlos. El meta, que suplía al tocado Falcón, se hizo un flan y sólo pudo tocar el misil para introducirlo en la red. Mal empezaban las cosas para los de Mandíá, que habían previsto una eliminatoria asequible siempre y cuando en casa no recibiesen un gol.

A partir de entonces, el Alcorcón planteó un partido de desgaste, muy físico, y el Hércules no tuvo más remedio que aceptar el envite. Se desplegó como un atlas y ocupó el campo a lo largo y a lo ancho. Con la distancia entre las líneas del cuadro alicantino, los madrileños supieron aprovechar a la contra los espacios generados. Avisó Montañés con una internada que no pudo rematar y, a los ocho minutos, fue Fernando Sales quien se plantó en el área y puso a prueba a Juan Carlos. Esta vez, el cancerbero acertó metiendo el pie.

No tardó el Hércules en replicar con varias ocasiones, generadas más por acumulación de hombres en campo contrario que por virtudes en la combinación en el centro del campo. Volvió a la medular Tiago Gomes en este partidoSin pausa y desnortado, el conjunto de Mandiá empujó, encadenando oleadas que se estrellaron una y otra vez contra el acantilado de la defensa alfarera. Como dos colosos infranqueables, Babin y Agus frenaron a un Urko Vera sin chispa.

Mandiá detectó el problema en la punta y en el descanso dio entrada a David Aganzo, que dinamizó el ataque y liberó a los jugadores de mediocampo. Con más toque y más pegada, el Hércules se fue en busca del partido. Y, tras varios desajustes defensivos de los alfareros, un balón tonto que no acertó a despejar la zaga le cayó a Adrián Sardinero en el área de Manu Herrera, quien aceptó sin remilgos el fusilamiento a quemarropa.

Con el empate en el electrónico, apareció la pausa. El ritmo frenético que hasta entonces habían impuesto unos y otros dio paso al control y la medición de esfuerzos. Y al juego duro, producto de la tensión y el nerviosismo. El colegiado quiso retener el control del partido y comenzó a repartir cartulinas cual pistolero desenfrenado. Mandiá se llevó la peor parte y acabó expulsado por protestar una acción a la hora de partido.

Coaccionadas por el miedo a la derrota, ambas escuadras firmaron tácitamente las tablas y en los últimos 30 minutos se limitaron a especular. Tuvo en este tiempo más presencia el Hércules en área contraria, merced de un segundo tiempo de dominancia casi absoluta. Y, extenuados por su inicio arrollador, los alfareros terminaron encerrados y despejando al pelotazo. El Alcorcón sale vivo del Pérez. Y con opciones para la vuelta del próximo domingo.