Beñat: el niño de Igorre que ahora triunfa en el Betis

Beñat Etxebarria Urkiaga (Igorre, Vizcaya 19-02-1987) siempre soñó con ser capitán del Athletic. Desde que tuvo uso de razón dedicaba todo el día a jugar al fútbol y a la pelota vasca. Aún conserva trofeos en el restaurante Txindorra, que sigue siendo el negocio familiar. En su pequeño pueblo, que vio nacer también al ciclista Iban Mayo, nunca entendieron que tuviera que emigrar.

 Desde alevín ya vestía de rojiblanco. Su timidez le hacía pasar desapercibido, pero sus grandes amigos, Imanol Agirretxe, el meta Raúl Fernández y sobre todo su 'hermano' Susaeta, recuerdan su gran pegada. Y así fue escalando Beñat hasta cumplir su gran sueño: debutar en San Mamés. Félix Sarriugarte le sacó cinco minutos ante Osasuna el 29 de octubre de 2006. Pero nunca más lo hizo. Sarriugarte fue destituido y llegó Mané, que no contó con él, al igual que Joaquín Caparrós, que decidió cederle al Conquense del Grupo IV de Segunda B. Aunque nadie sabía que ahí estaría su gran suerte.

Los manchegos compartían categoría con el Betis B y los verdiblancos se quedaron boquiabiertos con sus actuaciones. Tras un partido en Sevilla, el entonces director de la cantera bética, Miguel Valenzuela, habló con su agente, el exportero José Vicente Biurrun, y le propuso fichar para el filial bético. Beñat dudó porque estaba muy lejos de Igorre (ya estuvo a punto de irse de Cuenca a los pocos meses por echar de menos a su familia). Pero aceptó. Acababa contrato y lo hizo gratis. Y ahí se hizo capitán general, aunque ni Antonio Tapia ni Víctor Fernández tiraron de él para un Betis en Segunda. Sólo lo hizo Pepe Mel y obligado por las bajas. Debutó en agosto de 2010 y ya nadie le bajará de ahí. Es la gran estrella bética. Hoy su cláusula es de 20 millones de euros. Mucho más para los béticos tras su doblete en el derbi. Sólo saldría por un ofertón y aunque él es feliz en el Betis, 'su' Athletic siempre lo lleva en el corazón.