"¿Mi ídolo? Quini era un auténtico espectáculo"

Rubén nació un 19 de febrero de 1979 en el barrio gijonés de Viesques (donde le apodan 'El Puma') y, eligiendo ese lugar para venir al mundo, era irremediable llevar el veneno sportinguista en la sangre. Si su padre, encima, es el legendario Secundino Suárez 'Cundi', lo inevitable se transformó en necesidad. El ex lateral llevaba a su vástago a verlo entrenar a Mareo y a los partidos en El Molinón, un santuario para el jugador granota. "Debuté allí, es un campo que me ha dado la oportunidad de disfrutar. El ambiente es increíble, una olla a presión y la gente apoya a muerte a su equipo", asegura el delantero. "Mi ilusión desde pequeñito fue jugar allí en Primera. Desde los tres años voy al fútbol y he pasado toda mi vida en Mareo. Tengo sensaciones muy especiales", agregó.

El asturiano rememora los veranos en que iba a ver a su referente a los entrenes. Cundi también lo era pero nos habla del Referente, con mayúsculas. "Me acuerdo de entrar al vestuario y estar con los jugadores. Mi ídolo era Quini. Ver al 'Brujo' hacer remates, chilenas, era un espectáculo. Era lo más. Un tío con no sé cuántos pichichis... Era compañero de mi padre pero para mí es de la familia", agregó Rubén, que también guarda buenos recuerdos de su padre-futbolista. "Me pilló muy pequeño. El Sporting tenía un equipo fuerte, vi partidos bonitos: fueron subcampeones dos veces, jugaron la UEFA... La verdad es que no me enteraba mucho pero, años después, cuando supe que jugó contra Gullit y esta gente te das cuenta de la dimensión que aquello tenía", nos explicó.

El pequeño gran atacante, aunque siempre será especial haber jugado en el Sporting, vivió la época mala del conjunto asturiano, tras el descenso. "Jugué con gente como Lediakhov, Ablanedo... Este último me decía que había compartido vestuario con mi padre y conmigo", rememora. Rubén tendrá sentimientos contrastados pero tiene claro lo que quiere. "Yo no deseo bajar a Segunda". Puxa... Levante.