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El Sevilla naufraga ante un gran Sporting
Los golazos de Sangoy y Diego Castro permitieron que en esta ocasión y, al contrario que en los encuentros ante Athletic y Zaragoza, el Sporting mantuviese un resultado que le permite poner tierra de por medio con respecto a las posiciones de peligro.
Dos zarpazos en los primeros minutos de cada tiempo, uno del argentino Gastón Sangoy y otro de Diego Castro, dieron al Sporting una victoria de calidad ante un Sevilla que llegó a Gijón sin Diego Capel ni Jesús Navas y que se encontró con un gol en el quinto minuto que encarriló el encuentro.
Los golazos de Sangoy -en el quinto minuto de partido- y de Diego Castro -en el quinto de la reanudación- permitieron que en esta ocasión y, al contrario que en los encuentros ante el Athletic de Bilbao y el Zaragoza, que acabaron en empate a dos, el Sporting mantuviese un resultado que le permite poner tierra de por medio con respecto a las posiciones de peligro.
Manolo Preciado jugó al despiste durante toda la semana y al final se decantó por situar juntos a Carmelo y De las Cuevas, el primero por la banda derecha y el segundo en su posición habitual de mediapunta pero con la posibilidad de permutar las posiciones, ya que los dos pueden desenvolverse bien en ambas posiciones.
Finalmente, el técnico rojiblanco no hizo tantos cambios en defensa como apuntó a lo largo de la semana y Alberto Lora y el galo Gregory conservaron sus puestos en el lateral derecho y central, respectivamente. Preciado no sacó de inicio al recuperado Nacho Novo, al que no ve todavía con posibilidades de aguantar los 90 minutos, pero si devolvió la titularidad a Sangoy, que no había jugado en las últimas jornadas. El Sevilla comenzó más fuerte, pero recibió primero, ya que tras los minutos iniciales en los que los andaluces controlaron el balón el Sporting se aprovechó de su primera llegada para adelantarse en el marcador en una larga jugada en la que primero Palop sacó una mano providencial a disparo de De las Cuevas, pero el balón siguió en posesión rojiblanca y Alberto Rivera mandó un centro medido a la cabeza de Sangoy, que bombeó por encima del portero sevillista.
Un gol recibido con alborozo por la hinchada local y que dejó tocado a los de Gregorio Manzano durante bastantes minutos en los que el Sporting se volcó al ataque.
Poco a poco los sevillanos fueron imponiendo su poderío físico en el centro del campo y comenzaron a llegar con más asiduidad a las cercanías del área de Juan Pablo, que le sacó a Luis Fabiano dos claros remates -en los minutos 30 y 33-, además del remate de Alfaro completamente solo, que salió fuera por poco, minutos antes de que de nuevo el portero local enviase a córner otro disparo suyo.
La primera parte finalizó con dominio sevillano y el Sporting tratando de sorprender en un contraataque, lo que a punto estuvo de hacer De las Cuevas en un jugada de tres contra tres, pero el interior rojiblanco se escoró demasiado y su disparo, aunque duro, se estrelló en el lateral de la red.
El comienzo de la segunda parte fue un calco del inicio del partido: salida fuerte del Sevilla, con un par de disparos altos, y gol del Sporting en su primera llegada a la portería rival y si bonito fue el de Sangoy, el logrado por Diego Castro no le quedó a la zaga porque, tras una gran jugada personal de Carmelo, tocó de tacón lo justo para despistar a Palop y el balón tras tocar en un poste entró mansamente en la portería.
Manzano respondió al segundo gol con dos cambios dando entrada al italiano Tiberio Guarente y al malí Frederic Kanouté en lugar del marfileño Romaric Ndri y Alvaro Negredo y el Sevilla decidió que si el Athlétic y el Zaragoza habían igualado dos goles al Sporting esta temporada, ellos también iban a intentarlo. El partido entró en un ''toma y daca'' emocionante, porque el Sporting buscaba el tercero en rápidos contraataques y en uno de ellos Alexis salvó un disparo de Sangoy que había superado a Palop.
El Sevilla se fue con todo al ataque y el Sporting empezó a sufrir, aunque la defensa estuvo muy atenta y aunque con agobio despejaba los intentos ofensivos del equipo andaluz que tenía a prácticamente a todos sus hombres en el medio campo local asumiendo mucho peligro, porque una contra podría ser mortal, como un trallazo del uruaguayo Sebastián Eguren desde fuera del área que salió alto.
Al final se armó la gorda por la decisión del árbitro de anular un gol a Nacho Novo por posición ilegal del croata Mate Bilic, decisión acertada pero que encrespó al público, con protestas que se interrumpieron tras un cabezazo de Bilic que sacó Palop de manera magistral en el que fue el último intento ofensivo de los locales se se dedicaron el tiempo que quedaba a guardar la renta adquirida.