Desde los once años sueña con disfrutar de esta oportunidad

Nacido en Cornellà del Llobregat (18 de enero de 1989), Miño siempre se distinguió por ser un portero precoz, capacitado para todo y que supo aprovechar con habilidad su altura (en la actualidad 1, 90). El Barça se fijó en él cuando tenía 11 años. Despuntando en la cantera del Cornellà, le propusieron coger el metro, hacer unas cuantas paradas en la Línea 5 (con destino a Collblanc) para comenzar a trazarse una carrera que le trasladaría a la elite de manera directa. Desde la eclosión de Valdés, la verdad es que la cantera del Barça tampoco ha generado muchos porteros últimamente. Pese a todo, su caso resultaría diferente: con tal de que no se estancara, los responsables del fútbol base decidieron cederlo dos cursos al Cornellà, de donde regresó a La Masía para estrenarse como Juvenil.

Convocado con la Sub-21 (no debutó) y tercer portero del equipo profesional en el Mundial de Clubes (en Abu Dhabi), Miño es conocido en la Ciudad Deportiva Joan Gamper como un especialista despejando penaltis. Va bien por arriba y sus compañeros del filial se sienten seguros con él.