Laporta está enfurecido con la presentación oficial de Rosell

El aún presidente del Barça, Joan Laporta, tiene un nudo en el estómago que no le acaba de dejar tranquilo, pese a haber tenido un fin de semana muy ajetreado (estuvo el viernes en París, el sábado en Sevilla y ayer enlazó su presencia en Montmeló con la capital francesa, donde el equipo de baloncesto disputó la final de la Euroliga). Mañana por la tarde (19:00), Sandro Rosell, el favorito en las apuestas para sucederle en el cargo, se presentará en sociedad y será el miércoles cuando ofrezca su primera conferencia de prensa para verbalizar todo lo que mantiene en silencio desde hace muchos años (Laporta medita organizar una contraprogramación para restarle protagonismo).

Rosell parece tenerlo todo controlado. Pese a todo, Laporta considera que su irrupción llega cuando el equipo puede alzarse con el vigésimo título de Liga y podría desvirtuar el buen trabajo del equipo de Guardiola. Pep sigue sin tener feeling con Laporta y gente cercana a su entorno reconoce que, con Rosell en el puente de mandos, las relaciones entre los dirigentes y el equipo serían mucho más dinámicas.

Movimientos.

Pero Laporta no sólo está preocupado por la llegada de Rosell. Teme que Jaume Ferrer, su delfín (Godall le dio calabazas) se una definitivamente a Marc Ingla (ex vicepresidente económico y deportivo), quien la semana pasada se presentó en sociedad acompañado de varios de los directivos que decidieron abandonar el proyecto de Laporta en 2008.

Ferrer entiende que uniéndose a Ingla y compañía tendría opciones de superar en las urnas al favorito, un Rosell que no quiere sentirse ganador antes del 13 de junio.