En la presente edición de la Champions League el Zúrich contaba todos sus partidos como visitante por victorias y no había encajado ningún gol. En las fases previas ganó 0-3 tanto al Maribor como al Ventspils y dio el sorpresón al llevarse los tres puntos de Milán (0-1). Ayer se llevó seis de una tacada en su visita al Velodrome de Marsella.

Pronto se vio que no sería la noche de los suizos. A los tres minutos de partido Aegerter se marcó en propia puerta el 1-0 al cabecear una falta lanzada por Abriel. Ocho minutos después, Abriel calcó el lanzamiento de falta y esta vez el balón entró sin que nadie lo tocara. El gol del Zúrich, obra de Alphonse, fue un espejismo antes del descanso.

En la segunda mitad llegó el vendaval del Marsella, conscientes de que un empate del Zúrich les hacía casi imposible la clasificación. El partidazo galo se demostró con que nadie repitió gol: seis tantos, seis autores distintos.

Deschamps: "Teníamos que liberarnos"

"No he parado de morderme las uñas. Llevamos el partido por el sendero correcto. Hubiese hecho falta que aquella jugada de Brandao hubiese sido el tercer gol porque con el 2-1 ellos se han crecido y nos han hecho sufrir un poco. Era necesario liberarse un poco y que mis jugadores se acostumbraran a jugar en el Veledrome. Notaba que el equipo en casa tendía a jugar con el freno de mano puesto. Ahora estaremos un poco más liberados. Marcar seis goles en la Champions es cada día más difícil".