El United remonta con un penalti y un gol en propia puerta

Si es cierto que el partido ante el Manchester United era la prueba que serviría para ver el verdadero nivel del Arsenal, nadie que siguiera el partido con atención podría sacar una conclusión. Los gunners dominaron el partido (gracias al extraño centro del campo que alineó Ferguson) y merecieron más, pero perdieron el partido en cinco minutos incalificables: a sus errores infantiles se unieron los del árbitro.

El United saltó con un centro del campo novedoso: había dos jugadores por cada banda. En la derecha se juntaban Fletcher y Valencia y en la izquierda Nani y Giggs. El experimento salió mal y el Arsenal lo aprovechó. Se adelantó con un golazo de Arshavin y controló el partido hasta que Almunia cayó en la trampa de Rooney. El inglés había dejado el balón muy largo y Almunia, en lugar de aguantar, se tiró a sus pies. Rooney simuló penalti, al árbitro le pareció verdad y el propio Rooney marcó el 1-1.

Pero peor fue el 2-1. Un centro blando desde la banda derecha fue cabeceado inexplicablemente a gol por Diaby en propia puerta. Wenger no aguantó más y pateó con furia un bidón de agua y, para colmo, el árbitro le expulsó por el gesto.

Golazo de Torres y triunfo 'red'

El Liverpool lo pasó mal para ganarle al Bolton, que se adelantó dos veces en el marcador. El 2-2 lo firmó Torres tras un maravilloso pase de pecho de Kuyt y Gerrard puso el 2-3 final. Mientras, el Chelsea y el Tottenham demostraron que no están dispuestos a aflojar y mantienen su pleno de victorias. El Chelsea goleó al Burnley (3-0) y el Tottenham le ganó 2-1 al Birmingham con un gol en el último minuto.