Real Madrid | El discurso de Florentino Pérez
"Un proyecto espectacular"
Florentino explicó en 11 minutos por qué se fue y por qué vuelve
Buenos días y muchas gracias a todos por su presencia en este acto.
Durante estos últimos tres años he mantenido un respetuoso silencio que ha tenido una única finalidad: no interferir en los asuntos y en la trayectoria del Real Madrid. No he querido por tanto durante todo este tiempo que una palabra mía pudiese incomodar a nadie. Entendía que ese silencio era, sin duda, mi mayor contribución -desde la responsabilidad- a la ansiada estabilidad que siempre he defendido para esta Institución.
Hoy, a las puertas de un nuevo proceso electoral derivado de los graves acontecimientos que han ocurrido en el Club, comparezco ante ustedes, ante los socios y los aficionados para anunciar de manera oficial mi meditada y firme intención de presentar mi candidatura a la presidencia del Real Madrid.
Soy muy consciente de las dificultades del momento y sé que la situación global y del Club hacen de este nuevo tiempo y de este nuevo proyecto un desafío complejo. Pero también sé que tenemos las ideas, el modelo, la pasión y el equipo humano necesarios para volver a situar al Real Madrid en el lugar que le corresponde.
Y el primer paso que quiero dar y lo primero que quiero decir es, desde la perspectiva que da el tiempo, reconocer que aquella decisión que tomé hace algo más de tres años fue una decisión equivocada.
Mi renuncia en aquel momento sólo tenía como objetivo ayudar al Madrid. Entendí que mi marcha sería buena para el Club porque pensaba que la solidez y la estabilidad de la Institución estaban plenamente garantizadas.
Sin embargo sé también que muchos de los socios y seguidores aún hoy se siguen preguntando por qué me fui. Siempre he intentado, en todas y cada una de las actividades que he emprendido en mi vida, aplicar un código de conducta basado en la entrega, la ética y la honestidad. Ser presidente del Real Madrid es uno de los mayores honores que un madridista puede soñar aunque por supuesto también tengo la convicción plena de que ese honor no es para siempre. Sería ilusorio que alguien que acceda a él tuviese una percepción ilimitada de permanencia. Sencillamente porque afortunadamente el Real Madrid es de sus socios. Ellos son, y yo trabajaré, esté donde esté, para que sigan siendo los dueños del destino de este Club.
Al cumplir casi seis años de intenso trabajo al frente del Real Madrid, entendí que aquel proyecto de ilusión, estabilidad y modernización que tuve el privilegio de liderar con el cariño y el apoyo mayoritario de los socios, era ya lo suficientemente sólido como para dar paso a otro ciclo que sirviera para seguir revitalizando y renovando las bases de futuro que habíamos implantado. En el año 2000, cuando los socios me otorgaron la confianza para hacer frente a un nuevo proyecto, recibí un Club con gravísimos y enormes problemas económicos, con una notable pérdida de valores y un deterioro de la imagen tan serio que se estaba poniendo en riesgo nuestra propia identidad. Por no olvidar que existía un peligro cada vez mayor de que el Real Madrid dejara de ser de sus socios.
Tras seis años de trabajo sin descanso, consideré que aquel proyecto había alcanzado los objetivos diseñados para dar la vuelta a la difícil situación heredada:
Nuestro modelo deportivo provocó una gran admiración: logramos que en el Real Madrid jugaran varios de los mejores jugadores del mundo.
Se ganaron siete títulos, estuvimos en cuatro finales más y en otras tres semifinales, con la singularidad de que en el inolvidable año del centenario, se conquistó por primera vez en la historia del Real Madrid, la triple corona mundial: la Copa de Europa, la Supercopa de Europa y la Copa Intercontinental.
Nuestro compromiso con la cantera como seña de identidad del madridismo y como apuesta de futuro, se concretó con la creación de la nueva Ciudad del Real Madrid. Una espectacular Ciudad Deportiva que nació para la formación de los futuros jugadores del Club y la transmisión de la cultura y de los valores que han configurado y deben seguir configurando la identidad del Madrid.
Modernizamos el Santiago Bernabéu. Logramos dotar al templo de todos los madridistas de aquellos elementos y servicios que han permitido a los socios y aficionados disfrutar de una calidad, comodidad y seguridad adecuadas, y a la altura de nuestra historia.
En el ámbito económico, el Real Madrid conquistó el liderazgo de ingresos tras varias décadas sin optar a esta privilegiada posición. Logramos además diseñar y crear en el Club una estructura profesional de altísimo nivel y una modernización de tal naturaleza que nos permite ahora mismo tener bases fuertes para afrontar el futuro.
La imagen del Real Madrid ocupó el lugar que le corresponde por su prestigio internacional. Difundimos el madridismo y sus valores por todos los rincones del planeta y consolidamos la marca Real Madrid como punto de encuentro de personas de ideologías, razas, religiones o culturas muy diferentes. Construimos un auténtico Real Madrid de la solidaridad con vocación universal.
Mas allá de victorias y derrotas creo que el madridismo vivió una etapa de estabilidad y unidad que se vio reflejada en todo momento en las diferentes asambleas de socios, que fueron siempre modélicas y en donde se decidieron asuntos fundamentales y trascendentes para el cambio.
Con esta estabilidad institucional y la fortaleza económica que el Real Madrid había alcanzado en aquel momento consideré que mi marcha era un gesto de responsabilidad y hasta de coherencia. Pensé que la Institución estaba a salvo de agitaciones y tensiones y quise provocar un revulsivo y un nuevo impulso en la necesaria renovación deportiva. Desde la ética y la honestidad con las que se debe gestionar siempre este Club, pensé que era lo correcto, anteponiendo los intereses del Madrid a otra cosa, incluido mi orgullo personal. No fue una decisión fácil y es evidente que no fue una decisión acertada. No debí irme sin antes asegurar la estabilidad que el Madrid necesita.
Así que voy a intentar explicar brevemente por qué vuelvo.
El Real Madrid ha vivido tres años de convulsión institucional y de actuaciones impropias alrededor de lo que yo considero la Institución deportiva más importante del mundo. Este Club tiene grabados en su memoria el juego limpio y la generosidad como valores esenciales. El Real Madrid debe ser siempre ejemplar, especialmente para los niños y jóvenes. Desgraciadamente hemos vivido una triste etapa que debemos superar cuanto antes.
Por eso tras el análisis de la situación actual, quiero decirles que se ha instalado en los últimos años una forma de hacer y de entender el Real Madrid que no se corresponden ni con lo que somos, ni con lo que representamos.
Las elecciones a la presidencia del año 2006 han sido impropias de nuestro Club. En el acto más importante que tenemos los socios, en el acto supremo como es elegir a nuestro Presidente y Junta Directiva, recurrir a la justicia para cometer una injusticia en beneficio propio es el mayor daño que se le puede hacer a la Institución. Miles de socios se quedaron sin su derecho al voto y eso es de una inmensa gravedad. Afortunadamente la justicia prevalecerá y se sabrá toda la verdad. No obstante, los tres años de convulsión institucional y de actuaciones inadecuadas, como la triste asamblea del 7 de diciembre, han situado a nuestro Club, de nuevo, en una situación de altísima dificultad.
Este Club, no puede, ni debe trasmitir al mundo los comportamientos irregulares que se han vivido durante esta última etapa.
Por eso y más allá de intentar volver a seducir a los aficionados con un equipo espectacular, con un proyecto deportivo estable y apasionante e incluso de recuperar la fortaleza económica, objetivos que vamos a alcanzar, si así es la voluntad de los socios, lo que realmente me mueve a tomar esta importantísima decisión de aspirar a la presidencia del Real Madrid es la necesidad urgente y vital de sentar las bases de un modelo de organización, blindado contra cualquier acto irresponsable o irregular como los que hemos vivido en los últimos tiempos. Los valores que deben marcar la trayectoria de este Club deben estar siempre presentes independientemente de quién tenga el honor de estar al frente del Real Madrid.
Por eso vuelvo con una ilusión mayor que la del 2000. Por eso vuelvo con más ideas, más fuerza y más pasión que nunca. Un proyecto de compromiso capaz de devolver al Real Madrid su necesaria estabilidad institucional. Un proyecto deportivo emocionante y ganador. Un proyecto innovador y estable que genere confianza y que afronte este nuevo tiempo difícil pero repleto de oportunidades.
Frente a la inestabilidad: serenidad. Frente al oportunismo: entrega y sacrificio. Frente al desencanto: ideas, profesionalidad e ilusión.
Como dije al principio por respeto y por entrega a este Club he guardado un escrupuloso silencio durante más de tres años. Mucha gente me interpretó, pero yo jamás hablé. Hoy ya he dejado claro que estoy dispuesto a afrontar la inmensa responsabilidad de estar al frente del Real Madrid. Dentro de unos días y cuando se convoquen oficialmente las elecciones, presentaré mi candidatura a la Presidencia así como de los miembros de la Junta Directiva que me acompañaran. A partir de entonces será el momento de transmitir y explicar con detalle ese nuevo proyecto de estabilidad, ilusión y confianza, para los próximos cuatro años.
Para terminar quiero dar las gracias a los madridistas, socios y aficionados que me han expresado durante este tiempo su cariño y su apoyo. Gracias a su afecto, a su energía y a la comprensión de mi familia afronto con humildad pero con toda la pasión este enorme desafío. Mi equipo y yo tenemos un único objetivo: servir al Real Madrid, para que siga siendo el mejor Club del Mundo, esta vez del siglo XXI.
Por eso hoy estoy aquí. Porque los grandes proyectos y las grandes historias se hacen con convicción e ilusión. Les puedo asegurar que estamos trabajando en un proyecto espectacular. Si los socios quieren, lo vamos a lograr. Muchas gracias.