La repentina marcha hoy de una importante accionista en el londinense Arsenal ha sembrado temores en el entorno de la entidad, abocada, quizá, a una "guerra" por ver quién compra el club y que podría terminar en manos extranjeras.

Nina Bracewell-Smith, una empresaria casada con un hombre cuya familia lleva 70 años vinculada a este club, ha abandonado de forma inesperada y repentina la junta directiva de la entidad del norte de Londres y se ha convertido en agente libre para vender su participación del 15,9 por ciento al magnate ruso Alisher Usmanov, otro de los socios.

La sorpresiva salida de Bracewell-Smith, cuya participación está valorada en unos 50 millones de libras, de la escena directiva del Arsenal podría haber sido motivada, según señalan hoy algunos medios británicos, por una riña con el resto de directivos.

No ha sido la única. Al parecer, otro de estos directivos, Richard Carr, que posee el 4,4 por ciento de las acciones del club, también se ha retirado de la junta principal.

Tras lo sucedido, se pone fin a un acuerdo que mantenían los socios principales del club de fútbol, por el que no se les permitía vender su participación a extranjeros.

Ese acuerdo se diseñó con la intención de mantener al Arsenal como el único de los "cuatro grandes" de la "Premier" con propiedad británica.

Y además, con esa cláusula se pretendía, principalmente, bloquear al ruso Usmanov, cuya empresa Red and White Holdings posee el 24 por ciento de acciones en este equipo, lo que le convierte en el mayor accionista individual.

El ruso adquirió acciones del que fuera vicepresidente de la entidad londinense, David Dein, que dimitió de su cargo el pasado abril.