Llorente da la voz de alarma en Lezama

Gesto de dolor y una ligera cojera. Así dejó ayer el entrenamiento Fernando Llorente. El delantero se retiró al vestuario con mala cara y la mano pegada a la zona del pubis. El entrenamiento, cargado de exigencia física, le pasó factura y lo concluyó de mala manera. Con dolor. El atacante se someterá hoy a un examen para conocer al detalle cuál es su estado físico y si lo que sufrió ayer sólo es una respuesta a la intensidad o esconde un problema mayor.

En el mejor de los casos, todo quedará en una sobrecarga. Si por contra el daño es más evidente, puede que el delantero acuse unas incipientes molestias en el pubis. Y en el vestuario ya se sabe bien qué es lo que viene detrás: son muchos los que han tenido que parar varias semanas por una lesión de pubis. El último, Fran Yeste, que en la temporada 2006-07 vivió un calvario que sólo pudo solucionar el quirófano. No valieron ni las infiltraciones ni los tratamientos con plasma.

Todo lo que rodea a Llorente tiene su trascendencia porque además de ser el máximo goleador de la plantilla la pasada temporada es el único delantero que en ese curso superó los cuatro goles. Hizo once y el siguiente de la lista fue Aduriz, traspasado al Mallorca, que marcó siete.

Sustos. El percance de Llorente no fue el único que tuvo el entrenamiento. Amorebieta y Gurpegi también pusieron en alerta a los auxiliares médicos del primer equipo. El primero a causa de un golpe en el empeine del pie izquierdo y el centrocampista por una hiperflexión de la rodilla que tiene operada. Todo quedó en un susto.

La buena noticia del día hubo que buscarla en el regreso de Javi Martínez, que con la clasificación de la Sub-21 para el Europeo en el bolsillo forzó la tarjeta amarilla ante Kazajistán para cumplir ciclo y descansar. El de Aiegi se ejercitó al mismo ritmo que el resto de sus compañeros.