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Champions League | Barcelona 1 - Celtic 0

A cuartos con tristeza

Gris triunfo ante el Celtic y nueva lesión de Messi

Fabián Ortiz
Actualizado a
<b>EL SÉPTIMO DE XAVI. </b>El azulgrana remató de forma acrobática un centro de Sylvinho. Ya ha metido 7 tantos en 39 partidos.
enric fontcuberta / rodolfo molina

El pase del Barcelona a los cuartos de final de la Champions League no pudo ser más triste. En lo futbolístico, porque se saldó con un 1-0 ante un Celtic penoso, en un partido del que sobraron 87 minutos. En lo emocional, porque el Barça pierde a Leo Messi, otra vez lesionado, quién sabe por cuántas semanas.

Enseguida se vio que las voces que llamaban a un ejercicio de mesura, que clamaban para que ningún culé se sintiera clasificado antes del partido, eran absurdas o movidas por un entendible cagómetro: siendo el Barça un equipo tan irregular y poco fiable como demostró en el Calderón, será mejor que se centre en las competiciones cortas, como la Copa o esta Champions. Tres minutos tardó Xavi en marcar el 1-0 que convertía el 2-3 de la ida en un resultado abrumador y al Celtic en una caricatura de rival.

Bastó que Xavi buscara a Ronaldinho, otra vez titular junto a Messi y Etoo, que el brasileño viera la subida de Sylvinho y que éste centrara para que Xavi, solo, rematara en el área chica por encima de Boruc. Parecía volver el Barça, pero enseguida reapareció el equipo narcisista que desperdicia su gran potencial ofensivo de tanto mirarse en el espejo. Un remate con el pecho de Etoo -desviado- y una vaselina de Puyol que desvió Boruc fueron todas las acciones ofensivas que dejó el equipo de Frank Rijkaard antes del descanso.

La jugada desgraciada tuvo como protagonista a Messi. El Pulga se rompió otra vez el muslo izquierdo, como hace un par de años ante el Chelsea, cuando intentaba un arranque entre dos rivales. Hoy se sabrá para cuánto tiene Messi. Rijkaard tendrá dificultades para justificar la presencia del argentino en un partido tan absurdo.

Sin rival.

Absurdo porque no había rival. McManus, el capitán del Celtic, dijo la víspera que si pudiera elegir qué jugador del Barça no alinear señalaría a los once. Pasó algo así con ellos mismos, porque el Celtic no compareció. Gordon Strachan se dejó a McDonald, su máximo goleador, en el banquillo, lo que significaba dar por perdidas sus opciones antes de agotarlas. Cedió la pelota el Celtic, y la mitad del campo, para ni siquiera intentar un contraataque. Su primer tiro con peligro contra Valdés se produjo en el minuto 86, cuando McDonald, que había entrado por Hartley, probó suerte desde lejos. Una banda, el Celtic, que sólo ha conseguido un empate a domicilio en Europa; ese es todo su botín. El Barça abre ahora un nuevo periodo de reflexión. Mientras mira de reojo el sorteo del viernes 14 para conocer su suerte en cuartos, deberá pensar en cómo reemplazar a Messi en la Liga y en la semifinal copera. Para saber a qué juega. Cuando supere la tristeza de anoche.