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Primera | Espanyol

Iván Campo: "Mi gol en Sarrià no fue un gol; fue un golazo"

El vasco logró el último tanto en el campo perico "Me dolió cuando lo derruyeron"

Iván Campo

Iván Campo disfruta sus últimos meses en Bolton (Inglaterra). Después de cuatro temporadas al máximo nivel en los Wanderers, el donostriarra comienza a acumular una serie de recuerdos que le anuncian que ya no es un chiquillo en el mundo del fútbol. Pero está feliz. Tiene la sensación de haber aprovechado al máximo la oportunidad que le brindó la vida y ha podido vivir de lo que más le ha gustado hacer.

Iván es un tipo entrañable, sincero, que dice las cosas como son y que acata cualquier tipo de crítica sin problema alguno. Es lo que se conoce popularmente como buena gente. Y además, siempre habla bien del Espanyol. La pasada pretemporada, cuando el equipo de Ernesto Valverde se midió al Bolton en el Reebok Stadium (3-0), el donostiarra se abrazó con todos los futbolistas y miembros de la expedición. Le une algo especial.

Es sensible el futbolista al recordar el pasado. Campo tuvo el honor de ser el último anotador en Sarrià. "Lo mío en Sarrià no fue un gol; fue un golazo", se arranca. "Salí de atrás con la pelota controlada e hice una pared con Fernando (Gómez Colomer). Me la devolvió, miré a la portería y chuté desde 40 metros. Toni (Jiménez) no pudo hacer nada y hasta yo mismo me quedé sorprendido. Si ese gol lo hace ahora Ronaldinho, estamos cuatro meses viéndolo sin parar".

La semana pasada, casi sin quererlo, Valdo Lopes abrió un debate en el españolismo. ¿Estorba el tartán del Olímpic? ¿Beneficia al rival la distancia entre el terreno de juego y el calor procedente desde las gradas? Iván lo tiene claro: "No hay duda que Sarrià era uno de los estadios míticos de nuestro fútbol. Me supo mal cuando lo derribaron. Era especial salir a ese escenario. El Espanyol es uno de los grandes, uno de los históricos de nuestro fútbol. Cuando el Espanyol jugó contra el Bolton en agosto, me estuvieron explicando cómo sería su nueva casa: si el equipo sigue como hasta el momento y con el apoyo de los suyos, que son muy fieles, seguro que Cornellà-El Prat (pide ayuda para recordar el nombre) será infranqueable".

¡Ojito con ese!

Con una memoria de elefante, Campo recuerda uno por uno los futbolistas que salieron, aunque tuvo mucha más facilidad para rememorar a los que fueron sus compañeros. "Zubizarreta; Javi Navarro, Sietes, José Ignacio, Fernando, Karpin, etc...)", comienza a nombrar; del Espanyol se arrancó con fuerza, pero asegura que le quedó grabado la salida de Raúl Tamudo: "Alguien en el campo, no recuerdo quién, me dijo: vete con cuidado con ese chaval, que te la puede liar si te despistas".

Iván Campo mira el pasado con cariño, aunque sabe que no hay marcha atrás. Llegó al Valencia, tercera etapa de una carrera en la que disfrutó en Mallorca, sufrió en el Bernabéu y se sintió importante en el Reebok Stadium de Bolton. Todo pasa, pero nadie le puede quitar lo baildo. Sin quererlo entró en la historia del Espanyol, un 21 de junio de 1997. El día que no hizo un gol, sino que logró un golazo.

Su último partido con la camiseta del Valencia

Iván Campo ha sido un futbolista que ha disfrutado siempre de su profesión. Juega para divertirse, pero ha tenido la suerte de vestir camisetas de equipos importantes. Curiosamente llegó al Valencia en la temporada 1996-97, procedente del Alavés, que un año antes lo había comprado al Alavés, procedente del Logroñés B. Al donostiarra le llegaron ofertas importantes y tras el partido de sarrià se enroló en las filas del Mallorca, donde progresó tanto que lo fichó el Madrid. Allí, después de ser criticado injustamente, se planteó dejar el fútbol, pero le llegó una propuesta de Bolton que aceptó y de la que está más que feliz.