"Llegué a pensar que no volvería a ver a mi padre"

Ya tiene mejor cara... Y ojalá tenga un mejor año.

¡No será muy difícil! Es normal que me encuentre así, feliz y contento con el desenlace final de aquella terrible historia. Ahora espero poder centrarme en lo futbolístico y ser el jugador que el españolismo espera. ¡Confío en hacer mi vida como tantos futbolistas!

Menudas Navidades que debió pasar.

¡No se lo imagina! Pese a que liberaron a mi padre antes de tan señaladas fechas, me costó calmar la ansiedad que tuve desde el momento que me lo dijeron. Uno no está acostumbrado a estas cosas, a Dios gracias.

¿Quién le comunicó la noticia del secuestro?

Mi agente en Brasil, Eduardo Uram. Fue horroroso descolgar el teléfono y enterarte de lo acontecido.

Menudo palo.

Pues sí. Después hablé con mi madre, que fue quien lo vivió y se lo comió todo de cerca. La pobre mujer no cabía de pena y del disgusto que llevaba, como era normal.

Se dijeron muchas cosas y que incluso iban a por su hermano Bruno.

A mi también me llegó esa triste historia. Él es joven y un futbolista fantástico. Llegó más tarde a casa, rodando en bicicleta y se descompuso ante lo que estaba pasando.

¿Todo sucedió en...?

Fortaleza, allí es donde viven mis padres.

¿Tan peligroso es Brasil?

La situación no está muy cómoda desde hace bastante tiempo, que se diga. Sales a la calle con cierto miedo, aunque los que viven allí están tristemente acostumbrados a los secuestros. Además, mis padres viven en un suburbio de la ciudad, que poco a poco se ha ido convirtiendo en algo peligroso.

¿Y por qué no vienen a vivir a Barcelona?

Ese es un tema que está en estudio y que pronto sabremos cómo acaba.

¿Temió no volver a ver a su padre o confiaba en que todo se resolvería pagando o por la policía?

Hubo momentos que pensaba en positivo, pero después, cuando no habían noticias, llegué a pensar que no volvería a ver a mi padre. Esa sensación no se la deseo a nadie; por mucho que te digan o te consuelen, no hay nadie que te pueda ayudar tanto como ver a una de las personas que más quieres en el mundo quede en libertad. Nunca se sabe cómo puede acabar una de estas historias.

¿Se pagó alguna cantidad de dinero?

No, pienso que eso quedó claro. Es más, aprovecharé esta opotunidad para agradecer a la DAS (División Anti Secuestro de Brasil) por todo lo que hicieron por la familia Domingos. Trabajaron muchos efectivos, pero el señor Jaime, el comisario, hizo una planificación excelente. Sólo puedo tener palabras de agradecimiento.

La gente en Barcelona quedó conmocionada.

Lo sé y no tendré nunca palabras de agradecimiento. Me iban informando de todo lo que se estaba haciendo en Barcelona. Dani Ballart (consejero españolista encargado de los asuntos personales de los futbolistas) se comportó como el campeón que es en el agua. Pese a estar en la otra punta del mundo, siempre me sentí muy apoyado por él y a su vez por la gente de la entidad.

¿Y de los aficionados? ¿Qué me dice?

Dani (por Ballart) me explicó que el día que el equipo se enfrentó al Austria de Viena (1-0) quiso salir con una camiseta de ánimo a mí y a mi familia, pero que la UEFA lo prohibió. Pese a todo, me envió fotografías de ese partido en las que pude ver el videomarcador con una fotografía mía, en la que el club me daba ánimos. Y eso me emocionó, claro.

Pero sí que se hizo ante el Real Madrid.

Lástima del resultado final, pero estaba al corriente de todo. No puedo pedir más: el Espanyol me ha enseñado que están hechos de una pasta diferente y que están siempre para celebrar, pero también para arrimar el hombro cuando es necesario.

Por ejemplo y por preguntar sobre los cracks mundiales brasileños, ¿recibió el apoyo de Ronaldinho?

Nunca supe de él, pero lo entiendo, ya que apenas tengo relación.

¿Y de Ronaldo, de Carlos Dunga o de Robinho?

Nada de nada. Sin noticias de ellos.

¿Está dolido?

No, la verdad es que no puedo echarles nada en cara. Los únicos brasileños que se preocuparon por mí fueron los de mi equipo: Fredson Cámara y Eduardo Costa.

¿Y cómo puede agradecer tanto apoyo?

Haciéndole un gol al Barça el próximo sábado. Esa sería una buena manera de corresponder a los míos.

Buen partido.

Pienso que me quedan algunos entrenamientos para estar listo, pero confío en entrar en la lista de convocados del entrenador. Ya le digo que mi vuelta a Barcelona es un volver a empezar y quiero jugar cuanto antes.

Es el momento de que cambie la suerte de Jónatas Domingos en el Espanyol, en la Liga y en España.

La falta de aclimatación, las lesiones, lo sucedido el mes pasado... Todo eso me ha perjudicado, pero me siento bien para comenzar de cero y demostrar que nadie se equivocó apostando por mí.

¿Es vencible el Barcelona?

Claro que sí, como todos los rivales. Tiene a futbolistas sensacionales, pero nosotros fuimos de menos a más, pese al mal resultado del domingo pasado ante el Recreativo (0-1) Ellos están en una buena racha y nos sorprendieron.

El equipo creció mucho, más allá de ese mal resultado.

No comenzamos muy bien la Liga. A todo eso se sumó la eliminación en la Copa del Rey ante el Rayo. Pero ese varapalo sirvió para que reaccionaramos y que poco a poco fueramos sumando y ganando en confianza. El Espanyol que reaccionó es el Espanyol de verdad. El momento más triste de la temporada lo revivimos estos días, con la vuelta de la Copa, trofeo del que somos los campeones... y vivimos desde casa.

Hace muchos años que el equipo no gana al Barça en el Estadi Olímpic.

Y ya nos toca. Me lo dijeron mis colegas. El grupo está concienciado en lograr un resultado que nos permita acabar la primera vuelta felices y ganado el derby, uno de los partidos más importantes de la Liga.

El fútbol siempre da revancha, se dice.

Sí, es cierto. Nuestra gente espera una victoria que nos permitiría no sólo vivir una gran noche sino encarar el final de la primera vuelta con grandes espectativas.

Pues mucha suerte, Jónatas. Y bienvenido.

Muchas gracias. Ya todo pas ahora, ¡viva el fútbol!