El pueblo ansía a Márquez como pivote

Dice la lógica que las cosas no deben tocarse cuando funcionan. Y Rafa Márquez jugaba la pasada temporada, actuando por delante de la defensa. El mexicano estaba consolidado en esa posición, dándole una salida coherente al equipo desde atrás y complementando una defensa seria, en la que su colaboración era más que evidente. Pero desde que arrancó la pretemporada se vio que Frank Rijkaard iba a mover ficha. Lo incrustó en verano junto a Carles Puyol en la línea de centrales y de ahí no lo ha movido. Y el pueblo culé comienza a estar caliente. Parece que no gustan las evoluciones de Edmilson Gomes y el juego anárquico, triste y despistado de Thiago Motta. Éste está completamente perdido en el centro del campo, por lo que lo más lógico sería alinear al turista Lilian Thuram (no ha jugado casi nada desde que llegó) junto a Puyol y avanzar a Márquez como mediocentro, una posición en la que ha demostrado que puede rendir a un magnífico nivel. Pero Rijkaard sabe por qué no lo hace. Aseguró a sus más íntimos (y luego lo hizo públicamente) que si movía ficha, tanto Edmilson como Motta podrían verse perjudicados moralmente y no volver a dar lo que de ambos se espera, como si lo estuvieran haciendo ahora. Pero, bueno, donde manda patrón no manda marinero, dice el sabio refranero español. La grada espera pacientemente que el entrenador holandés rectifique y mueva ficha. Con Márquez de pivote el balón circularía con más velocidad, cosa que agradecería un Barça que camina empanado en este inicio de temporada.