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Primera | Espanyol

Gran adiós a Pochettino

Espanyol 3.0 le hizo una fiesta y estuvo acompañado por sus amigos

<b>GOLEADOR. </b>Albert Riera marcó el primer gol del Espanyol. Su aportación fue fundamental para que los pericos empatasen.
josep maria lago

Mauricio Pochettino acabó llorando. Era normal. Espanyol 3.0 le hizo una merecida fiesta de homenaje a uno de los futbolistas que más ha dado a un club necesitado de cariño y huérfano de grandes celebraciones (Copas del Rey a un lado). El zaguero decidió desengancharse del fútbol hace unas semanas, después de no recibir propuestas muy interesantes, y tras haberse desvinculado del Espanyol, también entre lágrimas, en junio del mes pasado. "Tuve ofertas, es cierto, pero sólo me siento capacitado para jugar de blanquiazul, de local y en Montjuïc. ¿Queda claro?". Sin duda, la verdad. Mauricio se siente españolista de corazón. Llegó joven a Barcelona y aquí pudo acabar de formarse como futbolista, llegando incluso a ser internacional con la selección argentina. "Aportó muchas cosas al grupo. Defensivamente fue uno de los mejores futbolistas que ha tenido el Espanyol en las últimas décadas y demostró tener un gran sentimiento por este club al querer acabar su carrera deportiva aquí", aseguró Paco Flores, ex entrenador del equipo campeón de la Copa del Rey de 2000, que aceptó de buen grado su asistencia a la fiesta. Flores ha sido uno de los entrenadores que más ha arrelado en el corazón de Pochettino y que mejor lo ha entendido.

El defensa se vio sorprendido ante la gran afluencia de personal que quisieron estar a su lado. Desde las cabezas pensantes de Espanyol 3.0, hasta Iván de la Peña pasando por el capitán Raúl Tamudo. Incluso Pablo Zabaleta, compatriota y que tan sólo compartió vestuario con él una temporada, tampoco faltó a una cita emotiva. "Es un ejemplo en Argentina para algunos chavales jóvenes. Seguir sus pasos sería algo muy lindo y grande".

La fiesta fue bonita y emotiva. Se recordará durante mucho tiempo, porque fue el adiós a un grande. Incluso alguno especuló con la posibilidad de que fuera un punto de inflexión en el dubitativo camino político que vive la entidad desde hace tiempo, pero ese no era el asunto del día.

Junto con Pochettino estuvieron, además de su familia (su esposa y sus dos hijos), una buena representación de futbolistas del primer equipo. Al margen de Iván de la Peña, Raúl Tamudo y Pablo Zabaleta, también asistieron Albert Riera y Luis García, quienes hicieron emocionar a su ex compañero con su asistencia. El ex capitán lo valoró mucho. Estos se fueron pronto a casa (hoy hay entrenamiento a las 10:30). Pero antes quisieron visionar junto con el resto de presentes un curioso vídeo, en el que personalidades políticas como Jordi Pujol, José Montilla y el nuevo alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, se despedían de él. Otros ex profesionales del fútbol, como Toni Jiménez o Cristóbal Parralo le animaban a ser feliz e incluso, Fernando Molinos, presidente de la Agrupació de Veteranos, le anunciaba que lo tenía en nómina para jugar sus próximos compromisos.

Antonio Martín.

El cuarto accionista del club hizo acto de presencia en la fiesta. Se sentó en la mesa presidencial junto con Pedro Tomás, Claudio Biern, Josep María Piera Martorell, entre otros. Se dijeron muchas cosas, pero el director general de Quat no estaba para tonterías. "No quiero comentarios raros. Desde hace mucho tiempo era fan de Mauricio y quería estar a su lado el día de su primer homenaje (el domingo habrá otro en el Olímpic). Pienso que ha sido un futbolista excepcional y que ha dejado huella en el club y en la ciudad", aseguró Martín.

Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando el grupo musical 'Malditos Roedores' (los que cantaron en la final de la Copa del Rey de Madrid el pasado mes de marzo), le dedicaron una canción. El público se puso en pie, mientras que Pochettino dejaba ir sus primeras lágrimas. Quedaban más. Los ojos de Mauricio fueron desde entonces una fuente constante, pero de alegría y de emoción. Mauricio se va del fútbol, pero no del Espanyol y de su vida. Siempre quedará por el bien de los bienes.

Luego le tocó hablar. Agredeció a todos los presentes por haber asistido a la que su fiesta. Él era el actor principal de una película que había comenzado hacía 18 años, cuando Pochettino se enfundó por primera vez la camiseta de Newell's y había debutado en la máxima categoría argentina. De ahí hasta ahora, ha disputado 21 encuentros con su selección y ha jugado 264 partidos en Primera División con el Espanyol y se ha convertido en el extranjero con más participaciones de perico. Extranjero es un decir, porque la afición lo quiere como si de pequeño, en su Argentina natal, hubiese nacido con una bandera blanquiazul entre los dientes y con un balón en sus piernas. Ayer se le acabó el fútbol, pero nació el mito. Mucho tardará algún futbolista en superar lo que ha completado Pochettino en el Espanyol. Adiós al Gran Mauricio.