Campeón en el campo

El Barça ya tiene en el saco el primero de los seis títulos a los que aspira esta temporada. Se llama Supercopa de España, que ya ganó la pasada campaña (ante el Betis) y que le permite igualar al Real Madrid en el ránking de la competición: siete por barba. El viernes, en Mónaco, los azulgrana aspiran a su segunda corona antes incluso de que empiece la Liga. Será ante el Sevilla, en otra Supercopa, la europea. Y antes, mañana mismo, buscarán otro trofeo, su Gamper, ante el Bayern. Así son las cosas en casa del campeón de la última Liga y de la última Champions, antes de que se pongan en marcha las del presente curso.

Y a estas alturas, ayer volvió a quedar clara la enorme diferencia futbolística entre el Barça y el Espanyol. Como se esperaba, el campeón salió a por todas desde el primer minuto, y, encima, el rival le puso en bandeja la goleada. El experimento de Valverde naufragó a las primeras de cambio, sobre todo en la retaguardia. Cambiar de lateral a Zabaleta y poner en la derecha a Sergio Sánchez (un central) desbarató su cobertura. Y al Barça no se le pueden dar facilidades. Así que en menos de un cuarto de hora, el partido ya tenía dueño y la Supercopa, ganador sobre el césped.

Insólito el 1-0, en el minuto 2. El pequeño Xavi remató solo, en el área chica ¡y de cabeza! una virguería de Ronaldinho, que para entonces ya había sacado de sus casillas al canterano Sánchez. Diez minutos después, galopada de Belletti (hubo más) por su banda dejando atrás a Zabaleta y dando una suerte de pase de la muerte que remató dentro del área, también solito, Deco. 2-0 y fin de la película.

'El Álamo' blanquiazul que habíamos pintado en la previa se derrumbó a la primera acometida culé. Y, peor aún, nunca hubo una 'Última carga' perica en pos de Jorquera, que ayer suplió (como Kameni a Gorka) a Valdés. Pandiani, más solo que la una, no tuvo ocasión de ser 'El Rifle'. Y eso porque Valverde renunció a De la Peña y a Luis García. Sin esos argumentos, su idea de frenar al Barça con un centro del campo guerrillero no tan sólo no sirvió para eso, sino que dilapidó su opción ofensiva.

La primera parte fue un soliloquio atacante barcelonista, con Messi superando a su colega Zabaleta y Ronaldinho recreándose en sus suertes; sólo faltó un errático Etoo. Enfrente, un Espanyol atemorizado, metido en su trinchera e intentando detener infructuosamente las sucesivas cargas de caballería de color azul y grana.

La segunda mitad, con un Espanyol mejor puesto, fue más plomiza y permitió que Rijkaard rotase a su tropa. Thuram debutó en el Camp Nou, pero no tuvo ni que lucirse. Ronaldinho bajó el ritmo y dejó que Deco se llevara los laureles con un 3-0 para la videoteca.