NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Mundial 2006 | España, del 23 al 1

18. Cesc. El niño que se hizo grande en la Premier

Llega al Mundial con 19 años recién cumplidos. El niño prodigio del fútbol español, aquel que optó por dejar un futuro en azulgrana por un futuro incierto en el Arsenal de Londres triunfó en el fútbol inglés y llega a la Selección enamorando con su juventud y talento.

Celebra un gol con el Arsenal.

Hace casi tres años que la vida de Francesc Fàbregas Soler, Cesc, evoluciona a la velocidad de la luz. En una decisión acertada y muy meditada, el joven centrocampista decidió cambiar los campos de los anexos al Mini-Estadi del Barça para ir a practicar a Highbury y a la magnífica ciudad deportiva que tiene el Arsenal al norte de Londres. Sólo tenía 16 años. No dudó y el tiempo le ha dado la razón: acertó. Aquella mañana del mes de mayo de 2003 en la que Arsegne Wenger recibió a la familia Fàbregas Soler en su despacho, comenzó a cambiar su vida. Se quedó impresionado. "Entró el mister y se me encogió el estómago. Era más alto y flaco de lo que imaginaba. Me tuvieron que pellizcar para darme cuenta de que Wenger me estaba explicando la idea que tenía sobre mí". Comenzó en el Arenys, pasó al Mataró y de ahí, a La Masía. Pero allí no supieron explotar todo su talento. Es más, el Espanyol estuvo a un plis de firmarlo, pero los ingleses eran insistentes.

A Cesc lo siguieron más de una temporada. Francis Cagiga, cazatalentos del Arsenal, le echó el ojo. Lo vio jugar una docena de partidos, los mismos que otros dos scouters del club londinense. Entre los tres lo vieron jugar en 36 encuentros y la decisión estaba tomada: había que ficharlo. Ahí comenzó su aventura. Consiguieron liberar al chico de su sueño de triunfar en el Camp Nou, haciéndole ver que sería una piezas clave del Arsenal.

Tras unas sesiones con el primer equipo, vieron que el niño tenía talento y clase. Y un chip especial que lo hacía diferente. Entre los más sorprendidos estaba Thierry Henry, el futbolista que más ha sabido aprovechar el don del catalán. Con sólo mirarse a los ojos, Cesc y el internacional francés se entienden. Y si no que se lo pregunten a los jugadores del Madrid. O de la Juventus. O del Olympique Lyonnais.

Cesc debutó con el Arsenal el 28 de octubre de 2003 en Highbury. Salió con el dorsal 56. Le aplaudieron a rabiar. Fue de los mejores del encuentro, que venció el equipo local en la tanda de penaltis. "No tenía edad para celebrarlo con una cerveza, así que al llegar a casa me comí un huevo Kinder y me bebí una Coca Cola", dijo el día siguiente del encuentro. La camiseta se la regaló a su madre.

Pero lo mejor estaba por llegar. Casi sin quererlo, entró en la historia del Arsenal al convertirse en el goleador más joven del club. Fue en diciembre del mismo año. Anotó ante el Wolverhampton Wanderers con 16 años y 212 días. La promesa se había convertido en una realidad y mientras en el Camp Nou se tiraban de los pelos, en Highbury se frotaban las manos. Su padre, Francesc y su hermana, Carlota, más pequeña que él, estuvieron presentes en el encuentro.

Ahora Cesc está consagrado en la Premier y en la Champions, donde ha sabido adaptar su juego para convertirse en un medio potente, con ideas frescas, gran lanzamiento de media distancia y muchísima llegada al área. Dicen que es un magnífico heredero de Patrick Vieira, del que aprendió muchísimas cosas. "Fue un maestro magnífico, pero debo seguir esforzándome mucho".

Decepciones y alegrías.

En el verano de 2003, Cesc realizó una brillante actuación con la Selección en el Mundial sub-17 de Finlandia. Fue nombrado mejor jugador del torneo y máximo realizador. Hizo seis goles, pero se le quedó mala cara cuando Brasil les tumbó en la final. Ese fue la primera vez que el fútbol le jugaba una mala pasada. El verano siguiente, en Francia, en el Europeo de la misma categoría, la mala suerte se cebó de nuevo con él. Metió a la Selección en la final, después de marcar un golazo en la semifinal ante Inglaterra. Lo consiguió en el último minuto, pero los galos derrotaron a los españoles en la final. Nunca olvidará esta última temporada de clubes. Colaboró en la clasificación del Arsenal para la próxima edición de la Champions, después de que el Arsenal quedara cuarto en la Premier y de haber jugado la final ante el Barcelona, su equipo del corazón (2-1).

Cesc tiene un gran reto: el Mundial. Si hace un año se lo hubieran dicho habría dejado pasar de largo al mensajero. Pero Luis rompió los guiones y se lo llevó a una jornada de convivencia. "Es increíble", dijo. Luego, con el paso de las semanas y del recital en el Bernabéu con el Arsenal, el seleccionador lo hizo debutar (de blanco), ante Costa de Marfil. Y esa oportunidad ya está ahí. España confía en la imaginación de este chico de ideas precoces y que sabe jugar al fútbol como pocos a su edad. Va para fenómeno y de eso se debe aprovechar la Selección.