Sólo caben 20.902 culés Cruyff estuvo en la caseta

Doce años esperando con ansiedad y desespero una final de la Champions League y ahora resulta que la mayoría de los socios y aficionados del Barcelona tendrán que verla por televisión. Sólo 18.000 de los más de 100.000 socios que presume tener el club podrán asistir a la final de Saint Dennis del próximo día 17 de mayo ante el Arsenal. Ayer, a media mañana, dos directivos del Barcelona, el vicepresidente Albert Vicens y uno de los encargados del área social, Albert Perrín, informaron de cómo se distribuirá el paquete de 20.902 entradas de las que dispondrá el club. De éstas, sólo 8.000 estarán a disposición de los socios y sólo podrán optar a una de ellas a través de un sorteo, ante notario, previa inscripción en la página web del club, que podrá comenzar a realizarse desde esta misma mañana.

Además de estas entradas, el club donará 6.000 (dicen que por contrato) a la agencia de viajes que organiza los traslados oficiales del club; más 3.500 a las peñas y 500 a los medios de comunicación que traten de organizar caravanas culés a París. Total: 18.000 para el pueblo. Irrisorio.

Lo fuerte del reparto es que el club se quedará con 2.902 pases, que distribuirá entre compromisos institucionales (980, los 17 directivos que componen el equipo de trabajo de Joan Laporta dispondrán cada uno de 30), el equipo profesional (800), los patrocinadores y departamentos del club (1.022), y la agrupación de veteranos (50) y el Casal d'avis -veteranos jubilados-, que dispondrán, también de 50.

Disgusto.

AS se puso en contacto con varios socios del Barcelona, que demostraron su disconformidad con el reparto del pastel. "Todos los barcelonistas queremos estar con el equipo en París", señaló Mateo Mateu, que tratará de conseguir una de las entradas para poder asistir al partido, aunque sabe que será muy complicado.

"Pienso que será más complicado adquirir una entrada que ver a Carles Puyol alzando la Champions", aseguró Santiago Oltra, otro socio que aspira a ver a su Barça en Saint Dennis y no por televisión. El socio culé deberá tener fortuna y rezar todo lo que sepa y más para poder animar a los suyos en París.

Faltaba menos de una hora para que comenzara el partido más importante de la historia moderna del Barcelona, cuando Johan Cruyff, ideólogo, mentor y gurú del famoso entorno del Barcelona, apareció por el Camp Nou. Lo hizo acompañado de su mujer, Danny, que iba impecablemente vestida. Ella, después de saludar a varias personas, decidió quedarse en el antepalco, degustando el sabroso y apetecible catering que se sirve en la zona noble del Camp Nou. Dicen que disfrutó con unas piezas de sushi, melosa comida japonesa. Él, ni corto ni perezoso, se montó en un ascensor y bajó a la zona de vestuarios, donde aseguran que estuvo charlando con los protagonistas.

La cuestión es que Cruyff sigue dividiendo al barcelonismo, incluso en la propia junta de Joan Laporta, que no acaba de entender la influencia del Flaco dentro del club. El miércoles, más de un directivo vio a Cruyff cerca del vestuario local, pero nadie quiso abrir la boca ni denunciar su presencia. Normal. Ya se sabe la relación entre el presidente y su ídolo, Johan Cruyff.

Los preciosson muy caros

A la complejidad para poder adquirir una entrada, se une los precios, que oscilan entre los 60 euros, la más barata, y los 180, la más cara. También hay de 100 y 140 euros.